Por Camilo Salvadó*
Actualmente, las selvas y montañas de Alta Verapaz, Petén, Izabal e Ixcán, en el norte del país, son territorios en disputa. Entre los diversos actores colectivos involucrados, están las comunidades campesinas e indígenas que habitan estos territorios desde hace mucho tiempo, arreglándoselas para sobrevivir en equilibrio con su entorno natural, en la medida que su pobreza y las presiones externas lo permiten.
Otros actores interesados en el control territorial son grupos ilegales, como traficantes de drogas, de especies animales y vegetales “exóticas”, de maderas preciosas y hasta de personas. Están también los actores legales -los que actúan amparados por la ley pero no necesariamente por la justicia-, entre los que se cuentan los gobiernos locales y el gobierno nacional, así como diversas empresas que impulsan Proyectos extractivos.