La forestería mexicana se ve amenazada por dos nuevos factores de amplia rentabilidad, la minería y el extencionismo agrícola de alimentos de alta demanda comercial, como el caso del aguacate y otros productos comerciales que generan ingresos significativos para inversionistas, una situación que por un lado genera empleos, alimentos y economía, mientras que por la parte nociva se pierden recursos naturales.
De acuerdo a Sergio Madrid Zubiran, director ejecutivo del Consejo Mexicano para la Cultura Sostenible, en los últimos cinco años el 30 por ciento del territorio nacional ha sido concesionado a empresas mineras, privadas, muchas de ellas transnacionales, con venias de hasta 40 años para explotarlas, para hacer minería a cielo abierto, lo que se ha convertido en una nueva preocupación para ejidos y comunidades.



La minera Andacollo Gold inició el mes pasado una explotación en el cerro San Pedro muy cerca de la localidad de Huinganco, en Neuquén. Realiza detonaciones para dar con la veta Karina. Vecinos protestaron por las voladuras. Concejales denunciaron en la Justicia porque existe una ordenanza de la década pasada impide hacer explosiones a menos de 1.000 metros de las cañerías de gas.
Luego de una semana de conflictos e incertidumbres, finalmente hoy han vuelto los trabajos normalmente en el yacimiento minero Potasio Rio Colorado que explota la empresa brasileña.
Las negociaciones entre el Gobierno boliviano, mineros asalariados y cooperativistas continúan abiertas en aras de encontrar una solución pacífica al conflicto entre ambos sectores, por la explotación de la veta Rosario, rica en estaño, zinco y plata.
Los intereses de las multinacionales por encima de la vida. No es nuevo, pero en Guatemala suena a la historia interminable. Ayer, el Ejército masacró una protesta pacífica indígena y acabó con la vida de 7 de ellos y dejó heridos a otros 41.