El boro, el plomo, el mercurio y el flúor están en altas concentraciones en las aguas de la Región de Antofagasta. Las faenas mineras arrojan al cielo y a las aguas dichos contaminantes.
Recién en la década del ’70 se nivelaron los niveles de arsénico en el agua, porcentajes que envenenaron en las décadas anteriores a los habitantes de dicha zona. Se atribuye a esto que la región de Antofagasta tiene uno de los índices más altos de cáncer a nivel nacional.



El senador Antonio Horvath (RN), la presidenta del directorio del Programa Chile Sustentable, Sara Larraín y el alcalde de Los Andes, Mauricio Navarro, entre otros, mostraron su preocupación este viernes, por el peligro que corren los glaciares debido a grandes proyectos mineros en la cordillera, frente a Santiago y a la Región de Valparaíso, y que traerían como consecuencia una afectación en el suministro de agua potable y para el riego de las siembras en las zonas.
El proyecto minero Pascua Lama está ubicado en la frontera de Chile y Argentina, y busca extraer oro, cobre y plata. Hoy se encuentra paralizado temporalmente por diversas investigaciones como resultado de graves incumplimientos a la ley ambiental Chilena. Sin embargo, puede volver a activarse.
Los ciudadanos del norte afirmaron que siguen preocupados por la contaminación del agua potable con arsénico y denunciaron falta de respuestas por parte de la Superintendencia de Servicios Sanitarios. Mientras, en todo el país se articulan organizaciones que luchan por la defensa de las aguas, a las puertas de la gran movilización convocada para el próximo lunes 22 de abril.