Turbulencias políticas y financieras en el mercado externo obligan a Vale a concentrar sus inversiones en Brasil, dejando en segundo plano proyectos en África y Sudamérica.
Hubo un tiempo en que toda gran multilatina parecía no tener otra opción que la expansión internacional y comprar activos baratos en el extranjero. Pero algo está cambiando y la gigante brasileña Vale es un ejemplo.
Desde 2011 Vale viene concentrando sus fichas en sus activos brasileños, una estrategia antagónica al expansionismo que adoptara como mantra Roger Agnelli mientras estuvo a cargo de la compañía. No fue sólo la llegada del nuevo y cauteloso Murilo Ferreira lo que alteró los planes offshore de la compañía. Factores como el enfriamiento de la economía china (principal mercado de su mineral de hierro), el ambiente poco favorable al financiamiento de grandes proyectos por parte de los bancos internacionales y problemas políticos en varios países donde opera fueron leídos por Ferreira como avales de una política de reagrupamiento en el terruño.