Las jugosas riquezas que genera una mina de oro de la canadiense Goldcorp en Guerrero, México, han avivado la cruenta lucha entre los traficantes de drogas vinculados a la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa en 2014, señala una información de la agencia Reuters, citada en el sitiol web de Milenio.
Si bien la minera firmó el estándar del oro libre de conflicto que impulsa el Consejo Mundial del Oro y, por ello, está comprometida a extraer el metal de una manera que «no alimente conflictos armados ilegales o contribuya a serios abusos contra los derechos humanos», según el convenio, en el poblado de Carrizalillo no reina, precisamente, la paz.
Hombres enmascarados y fuertemente armados suelen llegar al enclave montañoso cerca de la mina Los Filos asesinando y secuestrando, mientras exigen «una cuota» a quienes reciben regalías de la mina a cambio de perdonarles la vida.