Después de pedir permiso a las divinidades andinas con una pawa, cada una recibió un aguayo cargado de compromisos y tareas, siendo puesto en sus hombros por familiares o amistades que expresamente cada una quiso que les entregara.
Y es que por segundo período asumen la responsabilidad de ser las voceras de los pueblos aymara y quechua compredidas en la comuna de Camarones y al Área de Desarrollo Andino, ADI Alto Andino, la misma que Chile entero conoció por los efectos del terremoto del 1 de abril que afectó a Arica y Parinacota, que visibilizó la falta de conectividad vial, luz electríca permanente y condiciones de precariedad en los valles y altiplano, contradictoriamente ricos en historia, variedad de producción agrícola y poseedora de vestigios arqueológicos que caracterizan a la Región.