Al momento de utilizar un discurso de convencimiento a la sociedad respecto a temas sensibles, en este caso la muy cuestionada megaminería, impulsada como nunca antes por el actual gobierno del Ecuador, éste ha acudido a varios conceptos que por repetición se intenta lograr que sean aceptados por el ciudadano común.
El alto potencial minero, la relación de la minería con el «tan ansiado» desarrollo y sus aportes a la economía del estado, son quizás los principales argumentos de las empresas mineras y los gobiernos que las auspician.
Por otro lado, las amenazas ecológicas, los desechos a gran escala generados por esta industria, la relación agua – megaminería – conflictos sociales son temas que los impulsores de la megaminería niegan o pretenden minimizar.