El paisaje marino de la Costa Grande contrasta olas majestuosas y pelícanos sobre la playa; del lado de los cerros se nota el avance de maquinaria pesada que escarba la tierra y los pobladores se han dado cuenta de que las mineras comienzan a llegar a sus pueblos, sin poder evitarlo. Son casi tres kilómetros entre arena y selva media baja lo que disfruta la vista.
Según datos de la Red Mexicana de Afectados por la Minería, de las concesiones otorgadas por la Secretaría de Economía (SE) 98 fueron para la región de la Costa Grande, como La Fe y El Calero en el municipio de Petatlán.
En el caso del poblado El Cayacal, recientemente una empresa minera estuvo extrayendo por un mes la arena del lugar, debido a la abundancia de fierro, zircón, magnetita, oro y plata. Al menos, 30 toneladas de arena fueron extraídas.