
Tras la decisión de la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) de decretar el cierre definitivo del proyecto minero Pascua-Lama y de cursarle a la empresa a cargo de las obras, Barrick Gold, una sanción de $7 mil millones, su
posible reconfiguración como mina subterránea ya genera rechazo entre los habitantes de la Provincia del Huasco, en la región de Atacama.
En conversación con
El Mercurio, director ejecutivo de la empresa canadiense en Chile, René Muga, señaló que el rediseño de la iniciativa binacional debe considerar una minimización total de los impactos sociales y medioambientales y que, además, debe “incorporar necesidades de comunidades”, motivo por el cual no descartó un cambio de nombre.
En esa línea, Muga precisó que dentro de la gama de opciones que tienen en evaluación
destaca la alternativa de una mina subterránea, la cual “tiene mucho mérito y está corriendo con ventaja”.
Muga también indicó que en los próximos meses se deberá decidir cuáles son los estudios que más se ajustan a sus necesidades, lo que generará una modificación a su Resolución de Calificación Ambiental (RCA) debido a que todas las opciones tienen “desarrollos mineros distintos”.
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