
Encumbrarse en Cerro Mono, corregimiento Palmarito (Cúcuta), hasta los límites con la vereda El Empalme (Tibú) solía ser tarea compleja en un monte que solo los campesinos conocen.
La mañana del miércoles lo comprobó una jornada de cinco horas de camino, ida y vuelta,
salvo que ahora la guía son las canaletas por las que rueda el carbón hasta las volquetas que esperan el mineral, el rastro de la agujereada montaña, y las amplias vías por las que se abrieron paso retroexcavadoras, en un área estratégica de reserva hídrica y protegida, a cargo de la Alcaldía y Corponor.
Sin embargo, para los campesinos, hablar de protección por parte de las autoridades no es más que un tema de papel, porque si hubiese control, vigilancia, seguimiento y acompañamiento a las comunidades, el desastre ambiental se habría evitado.
Ricardo Castillo, líder local, lo reitera en el recorrido que acompañaron unas 300 personas, mientras advierte que hay unos cinco kilómetros de vías abiertas y una zona ya sin nacientes de agua con las que se criaron cientos de campesinos.
Lo anterior, solo en el área que visitaron la corporación ambiental, la Procuraduría delegada para asuntos ambientales ...