
La provincia cusqueña de
Espinar tiene
36 años de actividad minera y los ciudadanos de la zona tienen reclamos pendientes de atender. Desde hace años, vienen protestando por la presunta contaminación provocada por la actividad extractiva. Según dos estudios, cerca de
700 personas, evaluadas entre el 2010 y 2013, tienen
metales pesados tóxicos en sus organismos. Actualmente, la transnacional
Glencore opera la mina
Antapaccay en la zona y campesinos han denunciado
agresiones por parte de su seguridad privada.
Cooperacción considera que esta y otras situaciones hacen de la
provincia de Espinar un posible escenario del estallido de un
conflicto socioambiental. El primer tema que preocupa es el caso de las
agresiones contra los comuneros de Alto Huarca, sobre todo mujeres, cometidas en diciembre del 2018, por trabajadores de Liderman, empresa que presta servicios de seguridad a Glencore. Sobre la minera, la organización sostiene que "también la hace responsable de hechos que cometen terceros que están a su servicio".
"En realidad, lo que está detrás de este hecho es la disputa por tierras entre la empresa y la comunidad. Esta agresión ha indignado a las comunidades que esperan respuestas de la propia empresa y de las ...