Mexico

Agresiones de Almaden Minerals en Ixtacamaxtitlán, campaña de despojo

Regeneración, 16 de mayo de 2017, Huauchinango, Puebla.- La agresión de Almaden Minerals contra pobladores de Ixtacamaxtitlán y miembros del Consejo Tiyat Tlalli que se oponen a sus actividades se inscribe en una campaña de difamación, criminalización, estigmatización y amenazas para “concretar sus acciones de despojo” en la Sierra Norte, consideró la Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA).

Mediante un comunicado, la REMA explicó que el ataque a las resistencias y a quienes acompañan a estos procesos, además del despojo a los pueblos, son las “otras actividades” que realizan las empresas mineras en la región y en el país.

Las mineras “de capital privado, extranjero y trasnacional en conjunto con los estados en sus tres niveles de gobierno, están decididas a incrementar y diversificar sus acciones relacionadas con el despojo de los bienes naturales, el desplazamiento de la población, la ocupación del territorio y la eliminación de cualquier proceso organizativo que intente resistir y defenderse de forma pacífica, legal y en total ejercicio de sus derechos colectivos”, precisó.

Luego de que el pasado 1 de Mayo empleados de Almaden Minerals incursionaran por la fuerza a terrenos de propiedad privada en Ixtacamaxtitlán, tanto los dueños de los lotes, como sus asesores fueron amenazados y citados a declarar ante el Agente Subalterno del Ministerio Público, situación por la que han denunciado el inicio de acciones de hostigamiento en su contra, además de la violación a sus derechos humanos.

La REMA indicó que la persecución contra los opositores a la minería, se realiza desde diferentes frentes, por ejemplo: “utilizando empleados de la empresa canadiense Almaden como sucedió en Ixtacamatitlán, Puebla; o como lo hicieron a través de la autoridad municipal e instancia federales y la misma empresa Fortuna Silver Mines en San José del Progreso Oaxaca; o con golpeadores, soldados y policías auspiciados por la empresa Excellon Resources quienes desplazaron de su campamento a las y los ejidatarios de La Sierrita, Durango; o como hace apenas unos días le pasó a las y los integrantes del Frente Popular en Defensa del Soconusco en Acacoyagua Chiapas, cuando el presidente municipal solicitó la presencia de la policía estatal y del ejército con lo que mandó un mensaje claro de apoyo a la empresa minera El Puntal S.A de C. V”.

Precisó que de la misma forma ocurrió con “la organización Bios Iguana y el Consejo Indígena por la Defensa del Territorio de Zacualpan en Colima, quienes al defenderse de la empresa Gabfer S.A. de C.V, recibieron la presión de todo el aparato estatal que actuó en su contra. Esto también pasa constantemente en Guerrero, en Zacatecas, en San Luís Potosí, al igual que en otras partes de Latinoamérica como recientemente ocurrió en Perú, cuando la empresa Hudbay haciendo gala del control que ya tiene sobre el estado, mandató a la policía del Perú para retener e investigar la actuación de los compañeros de Miningwatch y el documentalista John Dougherty, perseguidos por proporcionar información sobre los desmanes que esta fatídica empresa ha ocasionado en varios países incluyendo el propio Canadá”.

En todos estos casos, añadió, hay un patrón de conducta en el que se alinean medios de información, empresas, instancias del estado y diversos grupos armados legales e ilegales quienes buscan intimidar y estigmatizar la defensa del territorio contra la minería.

La REMA se solidarizó con los pobladores de la Sierra Norte y con las organizaciones Tiyat Tlalli y FUNDAr a las que consideró han sido víctimas de las campañas difamatorias y amenazas “simplemente por actuar en defensa de los derechos colectivos, respeto de la ley y de forma abierta y transparente, mientras las empresas, los estados y sus grupos de choque actúan en la opacidad, la cobardía y el uso de la fuerza y la intimidación”.

La organización denunció que ante esta situación el gobierno ha sido omiso y lo hizo responsable de cualquier afectación física, psicológica y patrimonial a los defensores del territorio.

Fuente:http://regeneracion.mx/agresiones-de-almaden-minerals-en-ixtacamaxtitlan-campana-de-despojo/

Argentina

Litio, ¿una industria nacional posible?

Hasta finales de los ’90, el litio ocupaba un lugar periférico en el imaginario industrial que esencialmente se vinculaba con el sector nuclear de los Estados Unidos. Es que, hasta ese momento, y durante décadas, el Gobierno norteamericano compró grandes cantidades del mineral -identificado en la nomenclatura química con el símbolo Li y el número atómico tres- para resguardar la operatoria técnica de sus centrales nucleoeléctricas.

El Departamento de Estado lo consideraba un mineral estratégico, por lo que acopiaba un poderoso inventario de hidróxido de litio en depósitos militares. La otra línea histórica de la demanda provino del segmento de cerámicas y vidrios, que todavía lo consume como fundente reforzado en sus variables de disilicato y ortofosfato.

Para ese entonces, los smartphones eran todavía una ensoñación de las compañías de tecnología, y los vehículos híbridos y eléctricos no estaban presentes en la agenda prioritaria de las terminales automotrices. Cuando, en 1998, la administración de los Estados Unidos decide degradar la categoría del mineral y no considerarlo más como insumo estratégico, su precio se desplomó, lo que obligó a cerrar varios proyectos extractivos a nivel global.

Casi 20 años después, su realidad es completamente distinta. El litio, el mineral más liviano del planeta, vive hoy una especie de boom con precios que se elevaron casi un 50% en los últimos tres años. El valor de la tonelada de carbonato, el derivado que se utiliza para fabricar baterías de iones de litio para equipos electrónicos, autos eléctricos y fuentes de almacenaje de redes inteligentes de energía (o smart grids), registró el año pasado picos cercanos a los u$s 18.000, el triple que en 2014, cuando promedió los u$s 5.050. En 2016, el valor medio fue de u$s 7.450.

En ese contexto, la Argentina juega un rol protagónico en la película que promete la llegada de una fiebre por el litio. La razón puede cuantificarse: un 17% de las reservas certificadas del mineral se encuentran en el territorio nacional, fundamentalmente en provincias del NOA como Salta, Jujuy y Catamarca. El triángulo del litio se conforma con Bolivia y Chile, que cuentan con un 30% y 21% de los depósitos comprobados, respectivamente.

Sobre la base de ese guiño de la geología, la actualidad conjuga elementos sólidos que dan cuenta de un escenario de crecimiento de la minería de litio en el país.

Desembarco

Los tres mayores productores a nivel global están presentes en el país. La norteamericana Albermarle, primera en el ránking, está explorando el Salar de Antofalla, en Catamarca, donde se radicó en septiembre de 2016. La chilena SQM, segunda en esa nómina, también se radicó el año pasado en la Argentina en salares de Jujuy. Y el tercero, FMC, el único de esa tríada que cuenta con una producción a escala comercial, está presente en el Salar del Hombre Muerto (Catamarca) e inició la explotación de carbonato de litio grado batería en 1997.

La firma norteamericana -que en el país actúa bajo la subsidiaria Minera del Altiplano- produjo, en 2016, más de 17.000 toneladas del mineral, suficientes para cubrir un 10% de la demanda global del producto, según se desprende de un extenso informe sobre el mercado de litio presentado, en mayo, por la Secretaría de Desarrollo Minero, que depende del Ministerio de Energía y Minería.

«El principal motor del mercado global del litio será el de las aplicaciones de almacenamiento de energía. La tecnología de baterías de iones de litio sigue mejorando y los costos de fabricación de baterías continúan disminuyendo», explica Fernando Ruíz Moreno, gerente financiero de Minera del Altiplano.

El desembarco reciente de grandes players del negocio se complementa con la apertura, en 2015, del segundo proyecto en explotación del país, que estuvo a cargo de Orocobre, un emprendimiento que cuenta con el respaldo de la japonesa Toyota, ubicado en el Salar de Olaroz en Jujuy. «El proyecto Olaroz comenzó a producir en abril de 2015 marcando un hito a nivel mundial al ser el primer proyecto greenfield (‘desde cero’) en salmueras tras casi 20 años», resalta el reporte redactado por la cartera que dirige Juan José Aranguren.

¿Hacia una industrialización?

El vértice de crecimiento es real. «La Argentina ofrece una oportunidad de inversión atractiva debido a sus depósitos de litio de alta calidad y un Gobierno que apoya la producción eficiente en términos de costos», señala, en esa línea, Ruíz Moreno.

Lo complejo es dimensionar el tamaño de la oportunidad. ¿Está la Argentina frente a la chance de convertirse en la nueva Arabia Saudita del litio?, como sostienen los más optimistas. A priori, parece una caracterización excesiva. ¿Cuán viable es el desarrollo en el país de una industria de tecnología para baterías que permita agregar valor a la actividad meramente extractiva? ¿Cuál es el beneficio económico que podría reportarle al país la explotación de litio en los próximos años? ¿Debe el Estado ponerse al frente del desarrollo a partir de la creación de una empresa estatal, como sucedió en una provincia argentina? Son interrogantes que conviene empezar a sopesar.

Daniel Meilán, secretario de Minería de la Nación, recomienda la cautela. «Es cierto que existe un gran interés de inversores internacionales en llegar a la Argentina para explotar proyectos de litio. Como sucede en estos casos, hay empresas idóneas con un plan a largo plazo y otras que arriban con fines especulativos», analiza, en diálogo con este medio.

El riesgo de desplegar una lectura excesivamente optimista -añade- es caer en el maniqueísmo. Fue lo que le pasó, por ejemplo, a Bolivia, que, con el respaldo de contar con las mayores reservas de litio del planeta (buena parte de ellas están emplazadas en el turístico salar de Uyuni), inició un proceso de industrialización del litio en cabeza del Estado que obligó a los inversores interesados a industrializar el litio en territorio boliviano.

La respuesta mayoritaria de las firmas mineras fue dejar en stand by sus iniciativas, y redireccionar sus proyectos hacia Chile y la Argentina. Tampoco le fue bien al gobierno de Michelle Bachelet al declarar al litio como mineral estratégico y colocar su desarrollo bajo la órbita de la estatal Codelco, históricamente a cargo de la explotación de cobre. La administración chilena modificó también el esquema de cuotas de producción que le corresponde a cada minera. La respuesta de los privados frente a esa mayor intervención fue la esperable: para diversificar el riesgo político, Albermarle y SQM pusieron un pie del otro lado de la Cordillera de los Andes y llegaron a la Argentina.

Encontrar la fórmula que compatibilice la llegada de inversiones extranjeras con una mayor incidencia del Estado en el negocio no es sencillo. En Jujuy, por caso, la estrategia de establecer como obligatoria la asociación con la estatal Jujuy Energía y Minería Sociedad del Estado (Jemse) no parece conseguir los resultados esperados. La provincia gobernada por Gerardo Morales cayó en 2016 al último lugar del ránking conformado por el prestigioso Instituto Fraser de Canadá, que mide cuáles son los mejores distritos mineros para invertir a nivel global.

«El hecho de que existe una empresa del Estado no significa algo negativo en sí mismo. Lo que no es bueno es que se establezca como obligatoria su participación en los proyectos de inversión. Si bien no está del todo claro si es o no mandatorio que Jemse tenga un porcentaje accionario, el tema genera ruido entre los inversores», admite Nilo Carrión, de la Cámara Minera de Jujuy.

Escalonamiento

Para Meilán, se debe «buscar un escalonamiento en la incorporación de valor en la cadena del litio». «Primero, debemos lograr la explotación comercial de los recursos que tenemos. Luego, avanzar en un proceso que permita procesar hidróxido de litio, que es más caro que el carbonato o el cloruro. Y tal vez, en un futuro, podamos refinar litio metálico, que posee todavía más valor, o fabricar insumos para las baterías de iones de litio. Pero es un proceso, no tiene sentido establecer ninguna etapa como obligatoria», advierte el funcionario, que ejerce su segundo período al frente de la Secretaría de Minería, tras su paso por el cargo a mediados de los ’90.

La fabricación de baterías y artefactos de almacenamiento de energía está en poder de unas diez empresas líderes a nivel mundial, como Panasonic, Samsung SDI, LG Chem y Sony, entre otras, que concentran un 90% de ese negocio. A priori, parece complejo por un tema de costos, ubicación de mercado, logística y desarrollo tecnológico que alguna de ellas decida instalarse en el país. Sí sucede que, en algunos casos, como Toyota y Mitsubishi, están asociadas a firmas productoras de carbonato con proyectos en la Puna.

Con todo, existen algunos emergentes que alimentan la posibilidad de fabricar baterías de litio en el ámbito local. En esa clave, hace diez días el presidente Mauricio Macri, aprovechó la visita de su par de Italia, Sergio Mattarella, para ratificar un convenio entre la firma de tecnología Y-TEC, propiedad de YPF, y el Conicet, con la fabricante de baterías italiana FIB-FAAM y Jemse para montar una planta de celdas de litio en el país. La iniciativa, aún en etapa incipiente y germinal, apunta a traccionar una inversión de u$s 60 millones para inaugurar, en 2018, una planta piloto para procesar 68,6 toneladas anuales de carbonato de litio. La cifra equivale a menos de un día de la producción actual argentina, que el año pasado fue de 30.335 toneladas de carbonato.

Mercado de exportación

Toda la oferta doméstica de litio se coloca en el mercado internacional ante la falta de industrias locales que consuman el producto. Las exportaciones de carbonato facturaron u$s 191,1 millones el año anterior. Por lo que, en el Ministerio de Energía, estiman que las ventas de litio al exterior podrían reportar ingresos por alrededor de u$s 800 millones anuales a partir de la próxima década.

La ampliación global del mercado de litio gira en torno a dos vectores: la penetración de los autos eléctricos y el desarrollo de megabaterías para almacenar la energía generada por fuentes renovables como la eólica y la fotovoltaica, la mayor apuesta de la industria eléctrica, que podría significar una verdadera revolución en el sector. Hoy por hoy, el del litio es negocio más bien pequeño. El año pasado, el consumo global de carbonato de litio ascendió a las 201.000 toneladas. La Argentina cubrió un 16% de ese volumen. En total, la facturación total del mercado en su conjunto no superó los u$s 1800 millones. Es un número modesto si se lo compara con las cifras que mueve el negocio petrolero. Solo YPF, por ejemplo, invertirá este año cerca de u$s 4.000 millones; más del doble de lo que facturó el negocio global del carbonato de litio.

Ahora bien, el gran interrogante es si la expansión de los autos eléctricos e híbridos cumplirá con las proyecciones esperadas. En la actualidad, estos cubren apenas un 3% del parque automotor a nivel mundial. Y, según los cálculos que trazan los productores de litio, ese guarismo podría trepar al 25% para 2025. La decisión de Tesla, el mayor fabricante de vehículos eléctricos del planeta, de construir una enorme planta en Nevada para fabricar masivamente baterías de iones de litio -denominada Gigafactory- en asociación con Panasonic robustece esa proyección. La planta, que está operativa desde enero pasado, posiciona a los Estados Unidos como competidor en el mercado de baterías, controlado hasta ahora por Japón, Korea y China.

De cumplirse esas coordenadas, el negocio del litio registraría un salto exponencial y hasta podría quintuplicarse. En ese caso, si los precios del carbonato grado batería se mantienen en una franja cercana a los u$s 8.000, el negocio global pasaría a traccionar unos u$s 9.000 millones al año. Con todo, son números mucho más humildes que los que movilizan otras industrias.

De ahí la cautela que pide Meilán, que, sin embargo, permite ilusionarse. «Si bien los países con tecnología tienen la llave del desarrollo, el control de las materias primas jugará un rol clave a futuro. ¿De qué sirve tener la tecnología si uno no puede asegurarse el acceso a la materia prima?», se pregunta. Y concluye: «Esa es la ventaja que debemos aprovechar con relación al litio. Las reservas están acá. Debemos ponerlas en producción».

Foco de la agenda minera

La explotación de las reservas de litio es uno de los ejes de la agenda minera -industria que podría movilizar inversiones por u$s 20.000 millones en los próximos cinco años, según datos de Caem- del Gobierno. Para posicionarse en el frente global, en mayo, el país fue anfitrión de la Conferencia de Ministerios de Minería de las Américas.

Es la primera vez en más de 10 años que se realiza este evento que contó con la presencia de funcionarios de los Estados Unidos, Canadá, Chile, México, Brasil y Bolivia, entre otros, y apunta a consolidar una agenda regional, con foco en la promoción de políticas comunes que impulse el desarrollo del sector.

Colombia

El espaldarazo de Santos al sector minero

Tras la votación en Cajamarca en contra de la explotación en La Colosa, el presidente dijo que presentará un proyecto de ley para aclarar el procedimiento de las consultas previas.

Durante el cierre del Congreso de la Asociación Colombiana de Minería (ACM), que se realizó esta semana en Cartagena, el presidente Juan Manuel Santos le dio su respaldo al sector. Se hizo un llamado a la calma después de que el pasado 26 de marzo el municipio de Cajamarca votara en contra de la explotación de oro en La Colosa. Un resultado que para el gremio minero pone en duda el sentido de las consultas populares.

Frente a estas inquietudes Santos explicó que “la consulta previa es un derecho constitucional que, como Gobierno nacional, respetamos y garantizamos. Consideramos, eso sí, que es fundamental aclarar su procedimiento. Para lograr esto, ya tenemos un proyecto que le vamos a presentar al Congreso”.

El mandatario también dijo que presentarán otro proyecto de ley “para reglamentar el derecho a la protesta social, que defendemos y valoramos. Pero que no se le puede atravesar, en forma de bloqueos, al derecho al trabajo”.

De esta manera el mandatario le dio su apoyo al sector: “tiene todo nuestro respaldo la minería legal, la bien hecha, con título y con licencia, la responsable social y ambientalmente. Esa minería por la que venimos trabajando desde el inicio del gobierno”, dijo Santos.

El presidente aseguró que seguirán trabajando el sector minero para garantizar las mejores condiciones, de modo que puedan operar con tranquilidad, seguir creciendo, generando empleo y atrayendo inversión.

Fuente:http://www.elespectador.com/economia/el-espaldarazo-de-santos-al-sector-minero-articulo-693591

Mexico

Concesionadas más de 182 mil hectáreas para proyectos mineros en Puebla

La industria extractiva, a través de proyectos mineros, ha logrado concesiones federales para explotar 182 mil 774 hectáreas de territorio poblano en 48 municipios, que representan el 5.3 por ciento de la superficie total del estado, informó la Secretaría de Economía (SE).

Actualmente se encuentran vigentes 240 proyectos a través del mismo número de concesiones, que fueron otorgadas de 1971 a 2015, para explotar los recursos naturales por medio siglo, aunque la más antigua data de 1961, autorización que es también la de mayor duración pues verá su fin hasta 2061, proyecto ubicado en el lote denominado Lagunillas de Rayón, en Chietla.

Existen además nueve proyectos vigentes que terminarán su concesión hasta el año 2065, que ocupan una superficie de 136 mil 476 hectáreas, pero que los comparten los estados de Veracruz, Morelos, Guerrero, Puebla y Oaxaca, sin que se detalle el área total que le corresponde a cada entidad federativa.

Desde 1930, el Gobierno Federal ha otorgado 26 mil 179 concesiones en todo el país. En Puebla desde el último registro se han dado 299 títulos, cifra que representa el 1.1 por ciento del total que existen en México, entre los que se encuentran los vigentes, los compartidos y los que han finalizado.

El Producto Interno Bruto (PIB) minero en el estado representa 2 mil  48 millones de pesos, mientras que el metalúrgico 13 mil 226 millones, ambos concentran el 3.5 por ciento del PIB estatal y solo la actividad minera el 0.5 por ciento. La industria minero-metalúrgico genera más de 35 mil puestos directos de trabajo y 7 mil 143 indirectos, de acuerdo con los últimos datos de la Cámara Minera de México (Camimex).

En Puebla, la superficie más grande concesionada a un solo proyecto es la que se encuentra con el número 243617, de Construcciones Santino, que trabaja en el lote llamado Arcángel Miguel en el municipio de Albino Zertuche pues tiene una superficie de 29 mil 168 hectáreas, siguieron con 20 mil 85 hectáreas el proyecto Mixteca Suprema en Piaxtla y con 13 mil 47 hectáreas el proyecto Oriental 1.

Por otro lado, con base en información del Servicio Geológico Mexicano (SGM) son las arcillas, arena, agregados pétreos, basalto, caliza, yeso, grava o feldespato algunos materiales que producen las minas ubicadas en el estado, aunque el organismo señala que en los últimos 50 años la producción de oro, cobre, plomo o zinc ha registrado actividad, pero esporádica.

A través del “Panorama Minero del Estado de Puebla”, el Servicio destaca que hasta 2015 se otorgaron 448 títulos de concesión que representan una superficie de 333 mil 73 hectáreas, que da como resultado una superficie de 9.79 por ciento del estado, propiedad de las minas, y que incluirían  los proyectos que han perdido vigencia y los que comparte Puebla con otras entidades del país.

Cabe destacar que de 2011 a 2015, la superficie concesionada del estado a proyectos mineros casi se duplicó, ya que pasó de 5.37 a 9.79 por ciento, esta última cifra que representa casi una hectárea de cada 10 del territorio, informó el documento del SGM.

LA MINERÍA

Desde antes de la conquista se explotaba en la región de Tepeaca ónix que servía de ornato al palacio de Moctezuma, y en Chiautla de Tapia y Tetela de Ocampo se extraía oro. Después de la independencia, en 1897 fue el último año en el que se trabajaron las minas en la zona de Jolalpan, al sur del estado, después de eso, en 1950 inició de manera formal la explotación minera en territorio poblano, aunque ya se realizaban trabajos de explotación en yacimientos de perlita del Cerro Pinto en Tepeyahualco, de arena sílica en Oriental, además de pómez en Libres, Guadalupe Victoria y Tlachichuca, y cal también en Tepeyahualco, según datos del SGM.

MUNICIPIOS CON ACTIVIDAD MINERA

La SE detalla que se realiza actividad minera a través de una o más concesiones en los municipios de Jolalpan, Chietla, Chiautla, Tlachichuca, Xicotlán, Teopantlán, Izúcar de Matamoros, Tecomatlán, Zapotitlán, Ahuacatlán, Ixtacamaxtitlán, Zautla, Guadalupe Victoria, Piaxtla, Libres, Oriental, San Jerónimo Xayacatlán.

Además de Totoltepec de Guerrero, Huehuetlán El Grande, Acatlán, Tehuitzingo, Albino Zertuche, Tulcingo, Chignahuapan, Xicotepec, San José Chiapa, San Salvador el Seco, Tehuacán, Ixcamilpa de Guerrero, Tlacuilotepec, Zacatlán, Teziutlán, Tlatlauquitepec, Zongozotla, San Nicolás Buenos Aires, Zaragoza.

Asimismo, en Teotlalco, Tetela de Ocampo, Huehuetlán El Chico, Cuayuca de Andrade, Aquixtla, Santa Inés Ahuatempan, Tochtepec, Nicolás Bravo, Hueyapan, Huauchinango, Chiconcuautla y Tzicatlacoyan.  Estos municipios representan el 22 por ciento de los 217 que existen en el estado de Puebla, por lo que, los proyectos mineros estarían ubicados prácticamente en todas las regiones del territorio.

Fuente:https://www.elsoldepuebla.com.mx/local/concesionadas-mas-de-182-mil-hectareas-para-proyectos-mineros-en-puebla

Internacional

Esperan movilización contra tierras raras empuje a Junta a paralizar proyecto

(España).- La Plataforma Sí a la Tierra Viva ha convocado para el próximo domingo, justo un año después de la primera manifestación que se celebró en Torrenueva (Ciudad Real) en contra de la minería de tierras raras en esta provincia, una segunda movilización que esperan sea «un hito» para lograr que el Gobierno regional paralice el proyecto de Quantum Minería.

Así lo ha destacado hoy en Toledo el portavoz de la Plataforma, Manuel Ginés, que ha comparecido ante los medios para informar sobre esta manifestación ciudadana, arropado por representantes de organizaciones agrarias y ecologistas, cooperativas agroalimentarias y asociaciones culturales que se oponen también al proyecto.

Ginés ha justificado la oportunidad de esta manifestación en que los motivos que la originaron, como la afección a los recursos naturales, al patrimonio histórico y paisajístico y al entorno socioeconómico, «no han sido resueltos e incluso se han agravado».

Y en este punto se ha referido a la declaración de impacto ambiental que ha presentado la empresa Quantum Minería, pese a la resolución de la Defensora del Pueblo que instaba a la suspensión de la tramitación, «dada la manifiesta falta de recursos hídricos para acometer los proyectos extractivos en esta zona».

Ha citado también la resolución aprobada por mayoría absoluta en las Cortes Regionales el 19 de mayo de 2016, que pedía el archivo de las actuaciones mineras en Ciudad Real afectadas por los informes negativos de la Confederación Hidrográfica, y otra del pasado mes de febrero que instaba al Gobierno regional a iniciar los trámites para elaborar una ley que impida este tipo de minería en la región.

En este punto, Ginés ha asegurado no entender «el miedo que está demostrando tener el Gobierno regional a una empresa modesta como es Quantum Minería, que sólo busca su pelotazo propio».

Y ha pedido al Gobierno regional y a su presidente, Emiliano García-Page, que recientemente dijo que este proyecto no se llevaría a cabo, «que pasen de las palabras a los hechos» y paralice este proyecto, que «es técnicamente irrealizable y ambiental y socialmente inviable», y adolece además de irregularidades legales.

En este mismo aspecto ha hecho hincapié el portavoz de Ecologistas en Acción, Miguel Hernández, quien ha asegurado que un proyecto como el que pretende desarrollar Quantum Minería en el Campo de Montiel «supone transformar de una manera tan radical un territorio, que no queda otra vía que la administración lo anule».

Y se ha mostrado convencido de que la manifestación del próximo domingo en Torrenueva, que recorrerá a partir de las diez de la mañana las calles de esta población, para pedir «una provincia de Ciudad Real sin minería de tierras raras», tiene que ser «un hito en la consecución de este objetivo».

Por su parte, José Guzmán, de SEO-BirdLife, ha subrayado que «simplemente el dato de que, en el proyecto previsto, se van a movilizar 220 toneladas de tierra por hora quita el sentido» y evidencia el daño que se causará al paisaje, los cultivos, el modo de vida y la conservación del medio ambiente, de un territorio que además está incluido en la Red Natura 2000, ha recalcado.

Por su parte, el responsable de la Plataforma Campo de Montiel Origen del Quijote, Federico Fernández, se ha centrado en el perjuicio que la minería de tierras raras tendrá para la declaración de esta comarca como Patrimonio Mixto de la Humanidad Natural y Cultural, «que no podría lograrse, al perderse la integridad natural».

Por su parte, los representantes de Asaja, Arturo Serrano; COAG, Noelia Serrano, y UPA, Elena Escobar, han expresado su apoyo a la Plataforma Sí a la Tierra Viva, porque es lo que demandan los agricultores y ganaderos de esta comarca, que ven amenazado el desarrollo sostenible de sus pueblos.

En similares términos se ha expresado José Gallego, de la Fundación Savia, quien ha afirmado que «la mina solo traería el deterioro del suelo», aspecto en el que ha abundado el presidente de la cooperativa de 2º grado Campo de Montiel, Pablo Vivar, quien ha destacado el perjuicio de la minería de tierras raras para los productos agrícolas y las industrias de transformación.

En cuanto a la manifestación, la organización confía en superar la participación de la celebrada hace un año, que fue de unas 3.000 personas, así como el número de tractores, que calculan que alcanzará el medio millar.

En este punto, el portavoz de la Plataforma ha hecho hincapié en que el mismo día de la manifestación se recogerán alegaciones contra el proyecto, actualmente en fase de información pública (concluye el próximo día 25) y ha resaltado que hasta el momento se han recogido 7.000 alegaciones ciudadanas.

Fuente:http://agencias.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=2501554

Mexico

Minería contamina el agua de Acacoyagua, Chiapas, denuncian ante relator de la ONU, Léo Heller

“Nuestro movimiento nació en el 2015 para defendernos de la contaminación de nuestros ríos por la minería. Somos miembros de la Rema [Red Mexicana de Afectados por la Minería] y luchamos por la cancelación de las 21 concesiones mineras que existen en nuestros municipios”, denunció una integrante del Frente Popular en Defensa del Soconusco 20 de junio (FPDS) ante Léo Heller, relator especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre el derecho humano al agua potable y al saneamiento, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México.

La reunión, que se llevó a cabo el pasado 10 de mayo, la mujer expuso al relator “la grave situación que estamos viviendo en los municipios de Acacoyagua y Escuintla, zona costa de Chiapas, donde la explotación de titanio afecta la calidad de nuestras fuentes de agua y por lo tanto nuestro derecho al agua potable”.

El relator de la ONU escuchó de la mujer que los sistemas de agua municipales de Escuintla y Acacoyagua agarran agua de los ríos Cintalapa y Cacaluta y que sus tomas de agua se encuentran justo abajo de la mina de titanio Casas Viejas, explotada por la empresa El Puntal S.A. de C.V.

También denunció que desde el 2004, la delegación de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), a través de su representante Amado Ríos, empezó a aprobar una serie de cinco proyectos mineros en la zona de influencia de la Reserva de El Triunfo y en las áreas de recarga de sus mantos acuíferos, por lo que empezaron a tener serios problemas. “Esos problemas afectan tanto los habitantes conectados a las redes municipales como a los de las rancherías y comunidades de Acacoyagua que tienen sus pozos de agua:

“Desde que se implementaron los proyectos mineros, hemos observado que el agua de la llave sale de color amarillo oxidado y que el agua de los pozos sale con lodo y grasa. Hemos notado la presencia de enfermedades en la piel por el contacto con el agua que usamos en nuestros hogares, tanto la del sistema de agua municipal como la de los pozos. Tenemos comezón, resequedad, agrietamiento, manchas y ronchas en la piel, así como enrojecimiento, ardor y conjuntivitis en los ojos. Además, estas mismas enfermedades aparecen cuando los habitantes se meten a los ríos”.

“Hemos observado también un aumento de cáncer en el colón, el estómago, el hígado y los riñones en los habitantes de Acacoyagua y Escuintla. Notamos que los habitantes sufren de pérdida de cabello y de abscesos en la parte de los brazos, los glúteos. Las mujeres embarazadas presentan abortos y partos prematuros y sus bebés presentan malformaciones”, dijo la representante del FPDS.

Indicó al relator de la ONU que la organización ha solicitado varias investigaciones a las autoridades en el marco de “mesas de trabajo” con el gobierno de Chiapas; entre ellas, un estudio epidemiológico por daños a la salud y al agua por la minería (al Instituto de Salud, Jurisdicción Sanitaria No. VII) y estudios de calidad del agua (a la Comisión Nacional del Agua, Conagua, con representación en Chiapas). Ninguna de estas investigaciones se ha realizado, por lo que nos salimos de las “mesas de trabajo” en febrero 2017.

Fuente:http://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/index.php/2017/05/12/mineria-contamina-el-agua-de-acacoyagua-chiapas-denuncian-ante-relator-de-la-onu-leo-heller/

Colombia

Mientras Colombia duerme , le «roban» el Agua.

En los páramos de Colombia, de donde procede el 70% de las aguas que consumen los colombianos, se reportan 522 títulos mineros; el plátano, la caña de azúcar y la palma aceitera acaparan el 68,62% de la ‘apropiación’ del agua en el país y el sector hidroeléctrico ocupa el segundo lugar de la demanda hidríca. De las 318 cabeceras municipales con probabilidad de desabastecimiento, 65 lo sufren por limitaciones en sus infraestructuras, y la gestión del agua sigue privatizándose. La industria embotelladora también crece, con beneficios de 240 mil millones de pesos al año, y el 1,1% de las concesiones de agua en Colombia acapara el 62% del volumen de agua concedida en el país. Según el estudio Roa, García y Brown de 2015, de los 20 mayores beneficiarios por volumen de agua individuales, 10 son para hidroeléctricas, 5 para la agricultura con distritos de riego a gran escala y el tercer lugar lo ocupa una cementera que tiene industrias en 4 departamentos. De los 20 mayores beneficiados por número de concesiones, la mitad es para molinos de caña de azúcar.

Por culpa de la contaminación de las aguas, en La Guajira ha disminuido de forma considerable la pesca y las actividades agrícolas, y es más difícil la manutención de los animales. Lo cuentan sus pobladores, que solo salen en las noticia por la sequía y la desnutrición infantil. Las comunidades afrodescendientes e indígenas aseguran que han desparecido entre 8 y 10 arroyos y quebradas. Pero la mina de El Cerrejón tiene permiso para utilizar 25 litros de agua por segundo del río Ranchería y 17.000 metros cúbicos de agua diarios para aplacar el polvo del carbón. Un ejemplo de cómo la “aniquilación de fuentes también representa una forma de privatización (…) Desaparecen fuentes del bien común para el beneficio de una empresa”. Esta, como las anteriores, son imágenes de la realidad en Colombia. Ejemplos de cómo el agua ha sido considerada únicamente como un recurso para las actividades extractivas, ”desconociendo su importancia ambiental y social” y su relación con los valores ancestrales y las cosmovisiones.

La Guajira, los páramos, las hidroeléctricas y los grandes proyectos agroindutriales son la parte de un todo, de un diagnóstico que el Informe Estado del Agua en América Latina y el Caribe, elaborado por Amigos de la Tierra, hace de Colombia y en el que se describe una constante privatización de las fuentes y de la gestión del agua en el país; el acaparamiento del agua en manos de unos pocos, a pesar de ser un bien público; el privilegio del uso corporativo del agua. Todo ello implica, advierten, la violación de un derecho fundamental, así como mayor inequidad e injusticia ambiental y social. Mientras, el Gobierno lo disfraza de consecuencias del cambio climático y de fenómenos naturales.

En el informe participan organizaciones de una quincena de países de América Latina y El Caribe que analizan la situación en Brasil, El Salvador, Guatemala, Paraguay, Honduras, Uruguay y Colombia, cuyo capítulo ha sido elaborado por por Diego Andrés Martínez Zambrano de Censat -Agua Viva.

Para Amigos de la Tierra la política desarrollada por los gobiernos colombianos para ubicar al país como potencia minero energética y agroindustrial implica una “generalización de la contaminación y de la apropiación de las aguas”. Junto a ello, las nuevas estrategias, como la economía verde, intentan “mercantilizar la naturaleza interpretando el agua como un servicio en un creciente mercado trasnacional y privatizando los territorios esenciales para el ciclo hídrico”. El informe advierte de que desde los años 90 del siglo pasado, los gobiernos colombianos han incentivado un control corporativo de las aguas donde “actores más poderosos toman el control del agua mientras las poblaciones no reciben beneficio de las supuestas inversiones, teniendo que pagar deudas adquiridas por sus gobernantes”. Esta situación produce ese “acaparamiento” del agua que concentra este recurso en manos de corporaciones o intereses privados “provocando inequidad y escasez, una escasez que no es propia de esos territorios sino del acaparamiento del agua y de las destrucción acelerada de los ecosistemas que garantizan el ciclo hídrido”.

La llamada ‘economía verde convierte el agua en “un bien económico sujeto a las reglas del mercado para su compra y venta”

Las consecuencias son medibles. Escenarios de sequía recurrentes en los últimos años, disminución del volumen de agua (de 60 litros por segundo por kilómetros cuadrado en 1990 a 56 en 2012), contaminación, y aumento de los conflictos socioambientales.

A pesar de que Colombia cuenta con una oferta hídrica de 2.011.665 millones de metros cúbicos de agua, ocupa el puesto 24 del ranking mundial de la relación de la disponibilidad de agua para las personas (Naciones Unidas 2003). Los conflictos socioambientales, en su gran mayoría relacionadas a las afecciones y usos del agua, aumentan en América Latina. El mapa que los recoge señala 300 casos y sitúa a Colombia en el primer lugar con 173. En la mayor parte de América Latina los conflictos por el agua no están relacionados con la escasez real o física, sino por una escasez “inducida, provocada” por una diversidad de factores que incluyen mal manejo, contaminación y desconocimiento de las gestiones ancestrales y comunitarias, sentencia el informe.

Privatización de las fuentes y la gestión

Martínez Zambrano relata que el agua se ha convertido en un elemento de preocupación para las poblaciones e instituciones de Colombia pero aún no se ha visibilizado de forma masiva la responsabilidad de las actividades extractivas en estos escenarios de escasez. Considera que una de las razones es la “estrategia del gobierno de atribuir las crisis del agua a fenómenos naturales como El Niño o el Cambio Climático velando la responsabilidad de las actividades extractivas que desconocen los ciclos vitales del agua”. Al desactivar las críticas se “naturaliza” la escasez de agua como si no hubiera responsables o se desvía la mirada hacia esos fenómenos climáticos “desconociendo las causas estructurales”. En Colombia, según datos del Instituto de Hidrología y Medio Ambiente (IDEAM) de 2015, por causa de la extracción minera se vierten a las aguas y suelos alrededor de 205 toneladas de mercurio al año, solo por la extracción de oro y plata.

“La defensa del agua y los territorios en Colombia representa una disputa por la democracia y por la interpretación de los bienes comunes”

Ante la protesta social, el Gobierno ha decidido delimitar los páramos, pero, para Martínez Zambrano y los movimientos ambientalistas, los únicos beneficiarios de esta medida son las propias empresas petroleras y mineras ya que se da vía libre para sus actividades sin restricciones en todas aquellas regiones fuera de las zonas delimitadas y se rompe la visión integral de la montaña andina. Además, el primer proceso de delimitación puesto en marcha, en Santurban, “ni siquiera protege los territorios del páramo” y permite extracción minera para títulos anteriores a 2010. El Plan Nacional de Desarrollo 2014.2018 permite minería y petróleo en los 36 territorios de páramos para títulos anteriores a 2010 y 2011.

Economías verdes y agroindustria

Pero la apropiación de las fuentes de agua también está relacionada con las economías verdes, la agroindustria y las hidroeléctricas, advierte el informe de Amigos de la Tierra. Una apropiación vinculada también al despojo territorial, la calidad del agua o las actividades productivas de las poblaciones. Como ejemplo de estas afirmaciones, Martínez Zambrano explica que el Plan de Desarrollo también ubica el crecimiento verde como una de las estrategias de desarrollo del país (Reducción de Emisiones por Deforestación y Pago por Servicios Ambientales). Detrás de esta supuesta visión sostenible, sus disposiciones convierten el bien común del agua en “un bien económico sujeto a las reglas del mercado para su compra y venta”. “Esta regulación -alerta- reproduce una política de desplazamiento del campesino ya que el pago tiene como objetivo la adquisición de tierra y no la permanencia de la relación del campesino con su territorio”. Además, programas como el Pago por Servicios Ambientales invisibilizan formas históricas y ancestrales de manejo del ambiente como la gestión comunitaria del agua.

Otro ejemplo destacado es la caña de azúcar y la palma aceitera, que han tenido un crecimiento “sin precedentes” en el país. La primera supera las 418.000 hectáreas, según el informe, la segunda llega a las 455.000 hectáreas. Estos dos cultivos, junto al plátano, acaparan el 68,62% de la apropiación del agua, “ríos, lagos y acuíferos que no retornan a sus fuentes”. El sector hidroeléctrico constituye el segundo lugar en la demanda hídrica del país con 7.738 millones de metros cúbicos de agua y aunque la huella hídrica no es tan alta como en el sector agrícola, porque el agua supuestamente vuelve, en términos ambientales, económicos y sociales las consecuencias son “desastrosas”: inundaciones de tierras fértiles, desplazamiento forzado de familias, erosión de las riberas, pérdida de especies e inseguridad alimentaria. Solo Hidrosogamoso, Hidroituango y El Quimbo inundan 20.000 hectáreas altamente productivas. Hidrosogamoso ha desplazado alrededor de 20.000 familias, ha disminuido la presencia de medio centenar de especies que existían en la cuenca, se ha transformado el microclima de la zona y aumentado la presencia de plagas, y el agua del embalse se encuentra en estado de putrefacción por el alto contenido de materia orgánica que no fue talada antes de llenarlo.

Para los responsables del informe, las hidroeléctricas producen “profundas transformaciones territoriales”. No sólo se controlan las aguas, sino las vidas humanas y prácticas comunitarias. Los pueblos pierden el derecho de hacer uso del río y la soberanía de decidir sobre sus aguas porque las comunidades no son consultadas y porque las empresas privadas controlan el libre acceso al río.

A todo ello se suma la privatización de la gestión del agua y la apuesta por las Asociaciones Público Privadas para prestar el servicio a través de préstamos internacionales. Una política que el documento centra especialmente en Álvaro Uribe, “con miles de millones” invertidos en obras que ni siguiera se iniciaron y diagnósticos y diseños que no se cumplieron y empresas que no prestaban ningún servicios, y Juan Manuel Santos que impulsa un programa denominado ‘Aguas para la prosperidad’ que, según Martínez Zambrano, cae en los mismos esquemas que privilegian a operadores privados. Ahora el punto de mira está en la ruralidad colombiana, pero no tiene en cuenta el sujeto campesino ni los acueductos comunitarios. “Este modelo de servicio de agua que persigue el lucro, basándose en ‘la capacidad de pago’, y cuyo horizonte se orienta hacia un mayor consumo de agua, no presagia nada bueno para los territorios campesinos y rurales del país”.

Un derecho fundamental

Para Amigos de la Tierra, el Estado colombiano ha “violado sistemáticamente” el derecho fundamental del agua y ha privilegiado un uso corporativo del agua en el territorio nacional. Porque los derechos del agua en el país se concentran en una parte relativamente pequeña de los usuarios de agua, y en regiones donde la competencia por el agua es alta. “No sólo la distribución del agua en el país es inequitativa, sino que los procesos para adquirir las concesiones de agua no demuestran los criterios de equidad y sostenibilidad”, el capital juega un papel fundamental en el acceso del agua, excluyendo a los más pequeños usuarios rurales, y favoreciendo a los sectores industriales, agroindustriales y energéticos, denuncian Amigos de la Tierra en su informe.

Se estima que el 70% de los pequeños usuarios no pueden mantener una concesión de aguas por los numerosos y costosos requerimientos. El 59% de los usuarios tiene concesiones inferiores a 100.000 metros cúbicos, es decir el 1,3% del volumen asignado. En cambio, hay un 1,1% de las concesiones que acapara el 62% del volumen de agua concedido en el país.

“La defensa del agua y los territorios en Colombia representa una disputa por la democracia y por la interpretación de los bienes comunes. Las luchas legales y legítimas por la defensa del agua, hoy no sólo tienen que ver con el cuidado y la conservación del ambiente, sino sobre la construcción de un país para todos, en donde la decisión del manejo y uso de las aguas se conviertan en escenarios más democráticos y equitativos”, apunta Martínez Zambrano, quien señala que en la actualidad se debe contemplar el medio ambiente y el agua no solo como un desafío creciente, sino como víctima en su doble condición de “botín y de escenario de guerra”.

Fuente:http://kaosenlared.net/mientras-colombia-duerme-le-roban-el-agua/

Colombia

Comunidad de Tabaco: Infelices 15 años esperando la reubicación

El pasado 7 de mayo se cumplieron 15 años de una sentencia de la Corte Suprema de Justicia de Colombia que ordenaba reubicar en 48 horas a la comunidad afrodescendiente de Tabaco, que vivía en la Serranía del Perijá, Departamento de la Guajira, hasta que fue desalojada en 2001 por la actividad minera de extracción de Carbocol S.A e Intercor, hoy Cerrejón.

Tabaco era un corregimiento afro ubicado en la Serranía del Perijá, departamento de La Guajira, al norte de Colombia; limitaba con varias comunidades campesinas y pueblos indígenas. Su economía se basaba en la pesca de río, la ganadería y la caza así como producción y comercio agrícola con los poblados vecinos. La comunidad contaba con espacio suficiente para la siembra y el pastoreo, servicios básicos de energía, centro de comunicaciones, escuela, campo de recreación, iglesia, entre otros.

El 9 de agosto de 2001 la comunidad de Tabaco fue desalojada forzosamente por parte del megaproyecto minero de Carbocol S.A e Intercor, actualmente Cerrejón, en complicidad con el Estado. Se obligó a salir del territorio ancestral de Tabaco a 1.200 personas (400 familias) aproximadamente, entre menores, adultos y ancianos, con el fin de facilitar la explotación y expansión carbonífera en la zona.

Desde el 1997, las empresas asociadas Carbocol-Intercor, hoy Cerrejón, habían ofrecido a los pobladores de Tabaco sumas irrisorias de dinero para que individualmente desalojaran y cedieran los derechos sobre sus territorios. Esta incidencia empresarial generó fricciones, desacuerdos y división en la comunidad; unos vendieron, otros se fueron, y algunos resistieron en su territorio con el ánimo de conservar su unidad social y continuar con un destino común, conservando las tradiciones agrícolas y ganaderas que les habían permitido sobrevivir.

Sin embargo, quienes resistieron en el territorio fueron víctimas de diversos mecanismos de presión para obligarles a irse. Hubo suspensión de los servicios públicos y domiciliarios, quema de viviendas, destrucción del cementerio; se prohibió el libre tránsito en el territorio e incluso se desvió el agua del río para el beneficio de la compañía, se despojó a la comunidad de su iglesia y su patrono religioso, entre otros múltiples hechos de presión.

Finalmente, el 9 de agosto de 2001 se expulsó del territorio a las últimas familias que quedaban habitando el lugar a través de un brutal desalojo ordenado por un juez y realizado por la fuerza pública en presencia de la fiscalía, de la alcaldía y de la empresa. Los habitantes vieron impotentes cómo una máquina aplanadora destruía su pueblo ancestral.

Ante tan alarmante situación, la comunidad adelantó una serie de acciones jurídicas tendientes a proteger los derechos conculcados. Y el 7 de mayo de de 2002 la Corte Suprema de Justicia de Colombia ordenó al Alcalde Municipal de Hatonuevo reconstruir de nuevo La Comunidad de Tabaco, en un lugar adecuado e iniciar los respectivos trámites “dentro de las próximas 48 horas”, fallo que no se ha cumplido hasta ahora.

La comunidad de Tabaco, se encuentra aún sin su territorio y además sufre las consecuencias de los daños sociales y ambientales producto de la actividad extractiva en cuya implementación se han desconocido y restringido los derechos de personas y comunidades habitantes del lugar.

El Departamento de la Guajira ha sufrido intensas sequías en los últimos años con muerte de animales y plantas, y registra el mayor índice de desnutrición y mortalidad infantil en la actualidad en Colombia, situación que ameritó la emisión de medidas Cautelares por cuenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, ordenando la protección efectiva e inmediata de la niñez de esta región.

Luego de múltiples acciones jurídicas y de incidencia, actualmente, la comunidad se encuentra en un momento determinante para al cumplimiento de la tutela y actos jurídicos generados a favor de su reparación. A la fecha, se ha avanzado en la consolidación de una Mesa de Control y Seguimiento en la que participan la Comunidad, el Estado y la Empresa Cerrejón frente a unos acuerdos establecidos en 2008.

Hoy más que nunca se hace necesario rodear y contribuir al fortalecimiento organizativo y comunitario de Tabaco, que mantenga consolidado el tejido social, y su cultura ancestral y étnica, a fin de posibilitar un ambiente de esperanza, resistencia y permanencia de las familias en el territorio para la exigibilidad de sus derechos y la rendición de cuentas a la Empresa.

Ver documental ChiquiChiqui, cocineras de sueños ancestrales

Fuente: https://www.colectivodeabogados.org/?Comunidad-de-Tabaco-Infelices-15-anos-esperando-la-reubicacion

Mexico

«No hay que cultivar maíz en zonas mineras»

El Fuerte, Sin.- “No hay que sembrar maíz en zonas donde existan residuos generados por una actividad minera”, afirma la doctora María Aurora Armienta Hernández.

La investigadora integrante del Colegio de Sinaloa impartió ayer en la UAIS Unidad Mochicahui la conferencia “Efectos de la minería en el cultivo del maíz”.

¿Cuáles son los aspectos importantes en esta investigación?
En que en muchas zonas mineras de México hay residuos de minería que quedaron de tiempo atrás y la gente que vive en los alrededores siembra maíz, que es el principal cultivo de México, y lo que nosotros estudiamos fue si esos residuos que se encuentran presentes en el suelo están afectando tanto el crecimiento del maíz como a las plantas y con el riesgo de que después puedan llegar a la gente al consumir este producto.

¿Y qué encontraron en estas investigaciones?
Los resultados que arrojaron nuestras investigaciones es que los residuos de minería en estas zonas sí afectan el crecimiento, y aunque no en toda la proporción se va al maíz, sí una parte, por lo que la conclusión general es que no hay que cultivar maíz en suelos que puedan estar afectados por esos residuos.

¿Qué tan grave es la afectación causada por residuos mineros?
En realidad al grano no pasa mucho, pues pasa más al tallo y a la raíz, pero el rastrojo si se le da a los animales es lo que pudiera afectar más, además de que el crecimiento de las plantas también se ve un efecto importante porque las plantas contaminadas con este tipo de residuos crecen menos y, en consecuencia, también producen menos.

¿En esas condiciones cuál sería la recomendación a los productores?
Que no siembren ahí y que se vayan a buscar otras zonas y que ahí cultiven otro tipo de plantas que no sean comestibles.

¿Qué plantas recomendaría para este caso?
Para este caso, estaríamos recomendando plantas que se utilicen para la elaboración de textiles por citar un ejemplo, pero nunca para producir algo que se le vaya a dar al ganado.

¿Estos estudios dónde se elaboraron?
Los hicimos en el centro del país, particularmente en la zona de Taxco, Hidalgo, y de Guerrero, pero la recomendación que hacemos de no sembrar maíz en terrenos de este tipo es porque aquí tenemos municipios en donde se tiene actividad minera y lo que se busca es evitar riesgos.

Fuente:https://www.debate.com.mx/mazatlan/No-hay-que-cultivar-maiz-en-zonas-mineras-20170513-0119.html

Internacional

Voces al unísono contra las minas en la provincia de Ávila

(España).-Las Plataformas “No a la mina en la Sierra de Ávila”, “No a la mina en la Sierra de Yemas” y “No a la mina en el Valle del Corneja” convocaban para este sábado una manifestación en la capital abulense contra los proyectos mineros que pretenden ejecutarse en la provincia.

Una manifestación multitudinaria, que ha sido secundada por numerosos vecinos de los pueblos afectados, sus alcaldes y la ciudadanía de la capital, que ha querido igualmente mostrarles su apoyo.

En el Paseo del Rastro se ha dado el pistoletazo de salida, donde ya las voces se unían en gritos y diversos lemas en contra de las minas, recordando los representantes de las tres Plataformas que “No se trata de un problema que afecte sólo a las zonas donde actualmente hay proyectos abiertos, si no que por lo que parece habrá más, pudiéndose dar a conocer 33 proyectos, que afectarían a toda la provincia, provocando terribles consecuencias”.

De momento sólo han salido a la luz los proyectos de“ Leito” “Riofrío”, “Sonsoles” y “Villatoro”.

En la actualidad el proyecto de la mina de feldespato en la Sierra de Ávila se encuentra en la última fase, y los miembros de su Plataforma están esperando el fallo sobre la Declaración de Impacto Medio Ambiental.

Por su parte, la Plataforma en contra de la mina en la Sierra de Yemas ha presentado alegaciones al Expediente de Investigación de la empresa que pretende realizar la explotación, esperando a que la Junta no les de el permiso.

Desde la Plataforma en contra de la mina en el Valle del Corneja lo que esperan es la paralización, de lo que han conocido recientemente que son dos proyectos, pasando de 70 a 90 cuadrículas mineras, afectando de esta manera también al municipio de Casas del Puerto. Desde la Plataforma han presentado Recursos de Alzada al Expediente de Investigación, para los que están esperando respuesta.

 

Los representantes de las tres plataformas coincidían en la necesidad de que estos proyectos no lleguen a ejecutarse pues de ser así “acabarían con nuestra forma de vida”.

El recorrido ha finalizado en la Plaza de Santa Ana con la lectura de un manifiesto*, elaborado de forma conjunta, ante las puertas de la sede de la Junta de Castilla y León, administración competente en el tema que les preocupa.

Fuente:http://www.tribunaavila.com/noticias/voces-al-unisono-contra-las-minas-en-la-provincia-de-avila/1494694360