Son las 7 de la mañana y Cielo Barreto, la profesora de la escuela Juan Lozano de la Vega, en la vereda El Dinde del municipio de Valle de San Juan, abre la puerta del único salón de clases que funciona en la institución donde enseña desde preescolar hasta quinto de primaria. Al ingresar, apura a sus 18 alumnos entre 5 y 12 años para que se pongan su tapabocas. Ella también lo usa, pues asegura que lleva dos años con gripa. “Se me pasa ocho días y me vuelve”.
El ambiente no es propicio. El aula escolar se encuentra a la orilla de una carretera destapada. Unos estudiantes tosen, otros estornudan y otros se suenan. Jhonatan Gamboa, de nueve años, que cursa tercero de primaria, cuenta que el médico le diagnosticó asma. “Me ahogo, pero me dieron un inhalador. Es por tanto polvo que respiro cuando pasan las volquetas”, dice.