Colombia

Contraloría revela grave impacto ambiental y social de la minería

niños asfixiadosSon las 7 de la mañana y Cielo Barreto, la profesora de la escuela Juan Lozano de la Vega, en la vereda El Dinde del municipio de Valle de San Juan, abre la puerta del único salón de clases que funciona en la institución donde enseña desde preescolar hasta quinto de primaria. Al ingresar, apura a sus 18 alumnos entre 5 y 12 años para que se pongan su tapabocas. Ella también lo usa, pues asegura que lleva dos años con gripa. “Se me pasa ocho días y me vuelve”.

El ambiente no es propicio. El aula escolar se encuentra a la orilla de una carretera destapada. Unos estudiantes tosen, otros estornudan y otros se suenan. Jhonatan Gamboa, de nueve años, que cursa tercero de primaria, cuenta que el médico le diagnosticó asma. “Me ahogo, pero me dieron un inhalador. Es por tanto polvo que respiro cuando pasan las volquetas”, dice.

Alejandra Rodríguez, de 12 años y de quinto grado, señala que siempre tiene dolor de garganta. “Cuando venimos por la carretera, las volquetas pasan y nos dejan rucios por el polvo”.

Los niños se refieren a las volquetas que transportan material de nueve empresas mineras en actividad de explotación en el municipio. De estas, la que más los afecta —según líderes comunales—, es la de Servicios Mineros del Tolima, Sermitol, que tiene ocho volquetas y realiza 24 viajes en el día para ejecutar tres proyectos de hierro, calizas y mármol.

Sermitol provee arcilla a Cemex, una multinacional que, a través de su oficina de comunicaciones, asegura que no conoce investigación ni sanción por incumplimiento o daño ambiental contra Sermitol, pero advierte que en caso contrario tomaría las medidas pertinentes. Agrega que actualmente instala en la planta Caracolito, en Ibagué un nuevo filtro de manga, cuyo propósito es disminuir aún más las emisiones de material particulado.

Según testimonios y lo que vio El Espectador durante su recorrido, estos vehículos levantan a su paso una polvareda que envuelve, pinta y mancha de polvo rojizo (Sermitol riega arcilla ferruginosa para mermar el polvo) las fachadas de las escuelas y las casas, se aloja en los pisos, colchones, muebles, bebidas y comidas, y penetra en nariz, boca, ojos, oídos y pulmones de la mayoría de personas de las siete veredas donde están las minas. Los habitantes de El Dinde, La Manga, El Capote y Santa Rosa tienen afecciones respiratorias permanentes como tos, gripa o asma. En el sector viven 1.700 personas, del total de 6.131 vallesanjuaneros. Un informe de gestión del municipio da cuenta de que entre 2005 y 2010, 1.382 personas fueron diagnosticadas con alguna enfermedad respiratoria, aunque no especifica los sectores.

El sector rural de Valle de San Juan tiene una población iletrada, carece de agua potable, usa pozos sépticos y tiene casas en bahareque y cocinas de leña. Hace muy poco llegó la señal de celular.

El profesor Evelio Urueña, de la vereda El Capote, cuya escuela también está a orilla de la carretera, dice que de nada sirve la dotación de computadores porque en el lapso de una semana se dañan por el polvo. Ahora mismo hay quince arrumados.

La situación tiene preocupadas a las autoridades municipales. “Se les está vulnerando a los niños especialmente el derecho a la salud y a un ambiente sano. Nos preocupan las secuelas a largo plazo” dice Sandra Quintero, psicóloga de la Comisaría de Familia del municipio.

Rodrigo Hernández, subdirector de calidad ambiental de la Corporación Autónoma Regional del Tolima, Cortolima, reconoce la problemática. “Somos conscientes del impacto, sobre todo de Sermitol, que explota arcilla ferruginosa y genera emisiones de partículas por el paso de las volquetas”. El funcionario asegura que se requirió a la empresa y ésta debe cambiar el material en un término no mayor a dos meses, de lo contrario podrían suspenderle la licencia.

Rafael Lara, gerente de Sermitol, asegura que en unas semanas se comenzará a recebar la vía con residuos de mármol que aminorarán el polvo. “La meteorización de suelos (pérdida de suelos) conlleva un impacto, pero la empresa ha reforestado y ha compensado la zona en lo social con 60 empleos y algunas colaboraciones para reinados o regalos para los niños”, asegura, aunque dice desconocer que las fuentes de agua Las Cajas y Aguadulce se hayan secado o que ello sea culpa de la empresa.

No obstante, el comisario del pueblo, Pablo Cortés, opina que la retribución no es equitativa con el daño al medio ambiente y los habitantes, “además de que se ha puesto en riesgo el ecosistema y hay alarma por la deserción escolar por contaminación, pues al estar enfermos, los niños no asisten o sus padres prefieren no mandarlos”. Agrega que con la afectación no pueden estar en capacidad física ni emocional para recibir clases.

El líder y agricultor Bernardo Rodríguez hace un llamado a las autoridades. “Necesitamos que nos pavimenten los 14 kilómetros de vía para que se termine el problema de salud”. Esta semana él y dirigentes comunales buscarán ayuda del gobierno departamental. Sin embargo, piensa que el problema ambiental que causa la minería es irreversible y no le da beneficios a ningún habitante de Valle de San Juan.

Sobre esta petición, Diego Murillo, secretario de Infraestructura y Hábitat de la Gobernación del Tolima, señala que se destinaron $52 millones para realizar los estudios para la pavimentación de sólo dos kilómetros, que costaría $3.000 millones. “Esos recursos habría que buscarlos porque el departamento no dispone de ellos”, dice.

Por ahora, asegura, se pretende hacer mantenimiento permanente a la carretera con maquinaria del municipio y con la colaboración de Sermitol. Cemex también indica que adelantó, por compromiso con la Gobernación del Tolima, un estudio por $23 millones para el mejoramiento del tramo de la vía que comprende del hotel Chicalá al cruce de Valle de San Juan y San Luis, que fue presentado en mayo pasado a la administración departamental y ahora está a la espera de la respuesta para trabajar en equipo en este sector.

Pero la comunidad está cansada. Anuncian que agotarán todas las instancias y advierten que si no hay una solución definitiva deberán irse a las vías de hecho.