El ecofeminismo está en todas partes en América Latina. Seamos capaces de reconocerlo o no, existe una estrecha relación entre los problemas ambientales y las asimetrías de género.
Si utilizamos una definición amplia, los ecofeminismos son un conjunto de miradas, reflexiones y prácticas que abordan la dominación que opera simultáneamente sobre mujeres y la Naturaleza. La relevancia de esa mirada ya es evidente desde las comunidades locales.
En efecto, se ha visto que en algunos sitios las mujeres reaccionan de manera distinta que los hombres cuando los ambientes donde viven se ven contaminados o amenazados. Una lideresa indígena, en Bolivia, pocos meses atrás señalaba que las mujeres son las que “sienten que la contaminación nos entra por todos lados, sobre todo cuando estamos gestando.” O sea, que sienten y perciben a esos contaminantes invadiendo sus propios cuerpos. En cambio, agregaba la lideresa boliviana, los “hombres llegan sucios de la mina y se bañan y ya está”. Nosotras sabemos que la contaminación no se limpia con un baño, ésta se mete y se integra a nuestro cuerpo, a las moléculas que sintetizamos, a las nuevas vidas que generamos.



Trece intelectuales de diversos países, entre los que destaca el exsacerdote y filósofo brasileño Leonardo Boff, uno de los fundadores de la Teología de la Liberación, se sumaron a un grupo de 29 que enviaron originalmente una misiva al vicepresidente Álvaro García Linera en la que critican la arremetida gubernamental contra el trabajo de las ONG en Bolivia.
Las defensoras de derechos humanos (DDHH) mantienen un estrecho vínculo con sus tierras y territorios, y los consideran una fuente de vida. A su vez, las mujeres se ven limitadas en su capacidad de proporcionar comida y agua potable a sus familias y comunidades, debido al daño ambiental que ocasiona la industria extractiva. Del mismo modo, la pérdida de tierras y el desplazamiento aumentan el trabajo que deben realizar las mujeres para mantener a sus familias, incluyendo la situación de mujeres traficadas y víctimas de migración forzada. La minería destructiva y a gran escala también afecta la salud de las mujeres y de sus familias, al igual que su subsistencia.
Detrás del olor a humo que se siente en varios sectores de Barraquilla, y que está asociado a afectaciones respiratorias entre los habitantes de la ciudad, está la quema indiscriminada del mangle en uno de los pulmones de la Costa: el Parque Isla Salamanca, ubicado sobre la vía que comunica la capital del Atlántico con Santa Marta.
La movilización indígena denominada «Por la vida y la dignidad» recorrió las calles de Quito, tras una travesía de 800 km que inició el pasado 2 de agosto, con la que buscan el archivo de algunas iniciativas de ley impulsadas por el Gobierno de Ecuador, entre ellas: la firma del Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, licencia a proyectos de mega minería. Además exigen el cese de la persecución a dirigentes sociales y el archivo de todos los procesos judiciales en su contra.
A mediados del presente año, el auto-denominado Frente Pro Desarrollo Sustentable de BCS (FPDS), mostró su verdadera cara en pro del desarrollo extractivista e insustentable de Baja California Sur, al sumarse a los grupos que desde la anuencia de la impunidad que prevalece en la estructura del poder político, así como gozando del auspicio y cobijo de las empresas de capital nacional y trasnacional, salen a denostar sin más el trabajo organizado y de resistencia que en todo México, Latinoamérica y el Mundo venimos haciendo millones de mujeres y hombres contra el modelo extractivo depredador.
Colorado y Nuevo México declararon zonas de desastre en algunos tramos de los ríos Animas y San Juan, mientras que la Nación Navajo declaró una emergencia luego que los desperdicios comenzaron a fluir río abajo, y en algún momento de la semana llegarán al Lago Powell.
Así lo analizó la asamblea de Amigos de la Tierra región América Latina y Caribe (ATALC), reunida en Asunción del Paragua por estos días frente a un informe presentado por el reconocido médico y ambientalista hondureño Juan Almendares Bonilla, integrante de dicha federación ambientalista.
Las organizaciones de vecinos y Ong’s celebraron ayer la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba (TSJ) de confirmar la prohibición para realizar minería metalífera a cielo abierto en la provincia. Sin embargo, el fallo encendió las alarmas en la industria a nivel nacional, porque se está generando un antecedente «para una actividad que en otras provincias es real y tiene mucho potencial».
Tras calificar como exitoso el paro nacional de ayer, dirigentes de organizaciones indígenas y sindicales anunciaron que la tarde de hoy continuarán las concentraciones masivas en el parque El Arbolito en rechazo a las políticas del Gobierno de Rafael Correa.