Las comunidades originarias de Realenga, Toraca Alta y Toraca pertenecientes a la provincia Pantaleon Dalence  del departamento de Oruro – Bolivia, reunidos en una asamblea el 2 de julio del presente, resolvieron de manera unánime, en defensa de su vocación agro ganadera y su derecho a la libre determinación, no permitir ningún tipo de instalación de ingenios mineros en sus terrenos, por ser una amenaza directa a la calidad de vida, ya que implica la contaminación del medio ambiente, el agua y los suelos por agentes químicos.
Luego de tener la experiencia de atravesar problemas de contaminación debido a la empresa Huanuni y la contaminación del rio Huanuni, que arrastra la contaminación por sus tierras y debido a la falta de responsabilidad en mitigación ambiental, diques de cola y licencias ambientales en el país, sienten como una gran amenaza a sus derechos, su producción y su vida, el intento de instalación de una fundición de zinc en sus terrenos.
Además denuncian que este intento de instalación del ingenio está acompañado por el apoderamiento de sus terrenos de parte de la comunidad Sora Sora, quienes atribuyéndose el derecho propietario intentan ceder estos terrenos como suyos para dicha instalación.



	
	
El Gobierno Peruano hará la primera consulta previa del sector minero en el primer semestre del 2015, a pesar de la reiterada oposición que el Ministerio de Energía y Minas (Minem) ha expresado a la implementación de este proceso en los proyectos de exploración minera. La información no hace referencia a si se aplicará exactamente lo estableciodo por el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y sus recomendaciones de implementación que se sustentan en la consulta previa, libre e informada a los pueblos originarios.
	
SOBRE UNA SUPUESTA PARTICIPACIÓN DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE EN UN  
	
Un equipo del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos CENIDH Filial Matagalpa estuvo presente este 15 de agosto en reunión de convocatoria pública y directa por la Alcaldía de Rancho Grande con la participación de representantes de instituciones del Estado como el Ministerio de Energía y Minas, Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales, Alcaldía de Matagalpa, representantes del Proyecto Minero Pavón Rancho Grande, representantes de la iglesia Católica y evangélica organizaciones de la sociedad civil y movimientos sociales, así líderes comunitarios.
	
La empresa Industrial Minera de México, mejor conocida como Grupo México, ha sido la protagonista de los accidentes más grandes que el sector minero en el país ha tenido en los últimos años.
	
En cabildo abierto, los habitantes de Teupasenti se declaran en contra de la minería no metálica. Una reciente exploración señala la existencia de varios yacimientos de óxido de hierro en el valle del Coyolar.
	
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) de México presentó hoy una denuncia penal contra las empresas Buenavista del Cobre y Minera México por su presunta responsabilidad en un derrame tóxico en el noroccidental estado de Sonora.
	
Mientras el Gobierno nicaragüense abre sus puertas a la inversión extranjera a través de 1er Congreso Internacional de Minería, más  de 1,000 personas de las comunidades de municipios afectados por proyectos mineros fueron retenidas de movilizarse a la ciudad de Managua a expresar públicamente sus preocupaciones por los impactos de la minería en sus comunidades.
	
El Sindicato Nacional Minero  y la Sección 65 arrancaron con una campaña informativa en este lugar de 800 habitantes donde al menos 70 de 130 se unieron para exigir cerrar la mina y el retiro de la concesión al Grupo México, “el orgullo sonorense es más poderoso que el monstruo de Los Larrea”.
	
El pasado 10 de agosto, en Cananea, Sonora, la mina Buenavista del Cobre derramó más de 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico desde una ruptura en un tanque de almacenamiento. El ácido sulfúrico es una sustancia altamente corrosiva que, entre otros usos, es empleada para el tratamiento del cobre por la industria minera. En contacto con el agua o compuestos orgánicos reacciona violentamente, desprendiendo calor. Estas sustancias contaminantes alcanzaron el río Bacanuchi, tiñendo las aguas del mismo de un enfermizo color