El largo historial de muerte del Grupo México empezó en 1908, cuando en la mina 3 Rosita, ubicada en la región carbonífera de Coahuila, murieron 200 mineros por una explosión de gas; mientras el rastro de la degradación ambiental dio inicio hace 60 años en la misma región, al abandonar los hornos de Cloete utilizados para coquizar el carbón.
“Grupo México es un asesino serial”, dice de manera tajante Cristina Auerbach Benavides, directora de la organización Familia Pasta de Conchos e integrante del Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal). “Nunca ha reparado en el medio ambiente por donde ha pasado. Todo lo que toca Grupo México lo pudre”.
Ante el derrame de 40 mil metros cúbicos de arsénico, cadmio, cobre, cromo y mercurio en los ríos Sonora y Bacanuchi, provenientes de la mina Buenavista del Cobre, del Grupo México, la organización en defensa de los mineros realizó el informe Una historia de muerte y desolación: la minería de Asacro-Grupo México –entregado a La Jornada–, donde da cuenta de manera detallada del camino de muerte y depredación ambiental que ha provocado esa empresa.