El último manantial en Capulálpam de Méndez, comunidad indígena zapoteca, podría estar en riesgo: este año vence la suspención temporal que decretó en 2006 la Profepa contra la minera Natividad, por considerarla altamente contaminante. De no conseguirse un fallo definitivo de las autoridades ambientales, en breve la filial de la canadiense Sundance podría reactivar los trabajos extractivos de oro y plata en la zona. En 2007, la comunidad que perdió 13 veneros por la actividad minera fue declarada Pueblo Mágico por la Secretaría de Turismo federal
Capulálpam de Méndez, Oaxaca. “Éste es el último manantial que nos queda; si regresa la mina, acaba con él”, dice Mario Santiago Urrutia, habitante del municipio. El hombre señala el recorrido del agua: el espacio a su alrededor es completamente verde. Los árboles, altos y gruesos, resguardan la frescura de la Sierra Norte del estado. El frío cala, pese al sol.
Mario fue trabajador de la mina Natividad durante su juventud. Ahora es opositor a la empresa que les quitó el agua durante 1 década y forma parte del Comité por la Defensa de los Recursos Naturales de Capulálpam. “Vivimos por más de 10 años con escasez de agua. Los 13 veneros que había aquí se filtraron por los trabajos de la mina; se los acabó”, asegura el indígena zapoteco.