
En el transcurso de los años en que las actividades de minería se han estado llevando a cabo en Rep. Dominicana, sus auspiciadores y "defensores" no han podido demostrar que dichas operaciones son compatibles con el entorno y mucho menos con el ambiente, apenas son "compatibles" con la compra del silencio, que no es más que una especie de soborno o bozal para impedir que la opinión pública haga valer sus derechos, lo cual de por si es violatorio a los derechos humanos y al ejercicio de la libre expresión del pensamiento, un derecho ciudadano adquirido y consagrado en nuestra constitución. Leer mas