El Salvador, fue el escenario para VI encuentro del Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina OCMAL, los días 23 y 24 de abril de 2016.
La red OCMAL es un espacio de diversas organizaciones que coordinan estrategias de resistencia y alternativas a la minería en América Latina.
Su principal objetivo es la defensa de las comunidades y poblaciones que, ejerciendo sus actividades locales como agricultura, ganadería, silvicultura, pesca, turismo, vivienda y cultura, son afectadas por los impactos de la minería en la región.
Igualmente es un espacio de investigación y exploración de nuevas oportunidades para lograr mayor efectividad en el trabajo conjunto, en las campañas y en las acciones de intercambio de información y acciones que forman parte de las actividades de defensa de las comunidades y protección ambiental, incorporando tareas que persigan la integración en la acción global con otros actores, incidiendo políticamente en los foros internacionales que influyen en las decisiones que afectan a nuestros países.



En un nuevo intento para arrebatarles los ricos terrenos del ejido El Bajío, las mineras Peñoles y Penmont acusaron a 11 campesinos de “asociación delictuosa” ya que se acusa a los humildes campesinos de robar más de 460 millones de litros de una solución cianurada rica en oro.
Ambientalistas salvadoreños realizaron un plantón frente a la sede de Banco Mundial en San Salvador para exigir a esa instancia resolver la demanda millonaria que la transnacional minera Pacific Rim interpuso contra el Estado salvadoreño por negarles los permisos de exploración y explotación de metales.
En esta zona de bosques de pino, encino y laurel, donde todavía transitan pumas, jaguares, venados y jabalís, los comuneros tienen, desde hace al menos tres décadas, como principal actividad el aprovechamiento forestal, además de una embotelladora de agua, el ecoturismo y la elaboración de artesanías.
Con más de medio centenar de personas nutridas por delegaciones de mujeres de distintos sitios de Salvador inició la rueda de prensa ofrecida en la Plaza Salvador del Mundo en ciudad San Salvador, en la que diversas voces de Mujeres latinoamericanas junto a Olivia la hija mayor de Berta Cáceres la reivindicaron y enfatizaron que su vida se ha multiplicado en todas las Defensoras de Derechos Sociales y Ambientales de América Latina. La rueda de prensa contó con la participación de Yanira Cortez Procuradora Adjunta de la Defensa del Ambiente de el Salvador y de Margarita Posada del Foro de Salud de el Salvador, Vidalina Morales de la Asociación de Desarrollo Económico y Social ADES de Santa Marta y Gloria Chicaiza en representación de la Red Latinoamericana de Mujeres.
Mediante una carta enviada al parlamento, el directorio de la Junta de Vigilancia del Río Mostazal y sus afluentes, manifestó su preocupación por la tramitación de una ley que atenta contra sus derechos y que pone en peligro la vida de los valles transversales del norte, como es el valle del Limarí.
El presidente del comisariado ejidal de Colombia de Guadalupe, Malinaltepec, Silvino Santos Rojas denunció que trabajadores de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) trataron de analizar los arboles en los bosques de conservación, pero consideró que ése es un trabajo a favor de los proyectos mineros.
Representantes de organizaciones civiles de Mongolia denunciaron hoy el ascenso de la industria minera en detrimento de la ecología y la vida nómada. El director de la organización ambientalista Iniciativa Verde, Choikhang Janchivlamdan, fue uno de los que lanzó una alerta para la conservación de especies amenazadas.
Es a consecuencia de la crisis del oro que viene azotando a la comunidad. La Empresa LAMPA tiene una concesión de explotación del oro de 5 mil hectáreas por ley de la nación y un permiso del viceministerio de Minas y Energía de 15 mil hectáreas más para prospección y cateo.
Más de 100 pobladores del distrito de Ocuviri, de la provincia de Lampa (región Puno), realizaron una movilización y plantón pidiendo el retiro de la minera Aruntani, a la que acusan de contaminar las cuenca Ramis y el río Larimayo, perjudicando sus labores agrícolas y ganaderas.