Me confieso que soy antiminería desde los siete años. Mi mamá venía de San Félix, Chiriquí, que era el punto de entrada hacia el proyecto de Cerro Colorado. Ella se encargó de explicarme todos los impactos y daños que podía causar la minería a su pueblo y a su querido río San Félix. Mi madre redactó poemas y fábulas infantiles sobre su querido río San Félix, al que ella acudía de niña a buscar agua y a llevar a los caballos a beber.
El científico de la familia era mi papá. Un ingeniero civil libre pensador, que de vez en cuando lanzaba alguna arenga anticlerical, que delataba su formación en el Instituto Nacional y el Colegio Artes y Oficios. Mi papá no era cualquier ingeniero, dotado de una maestría en ingeniería, había construido hidroeléctricas en Panamá y colaborado en varios otros proyectos internacionalmente. Ah, se me olvidaba, él también había estudiado sobre minería en la escuela de minas de Colorado, Estados Unidos.



En el sistema capitalista-imperialista la industria minera se basa en la violencia para su imposición y desarrollo. Múltiples son las formas en que esta industria extractiva ejerce violencia contra las mujeres, incluso antes de que comience la explotación de los minerales y luego de que termina la vida útil de las minas, desde el momento mismo en que las corporaciones invaden un territorio, utilizando la violencia física y sexual para el despojo y el control, violando y violentando derechos, y poniendo en riesgo a las comunidades y ecosistemas donde las mujeres y sus familias desarrollan su vida; luego generando división y rompimiento del tejido social, despojando a las mujeres de sus medios de vida, sobreexplotando su fuerza de trabajo, masculinizando los espacios y reforzando el patriarcado, aumentando los niveles de violencia intrafamiliar, la prostitución, así como la criminalización de las mujeres defensoras de derechos; y después de que han extraído todo el mineral, dejando las dolorosas secuelas sociales y ambientales, como daños irreversibles en la salud de las mujeres y sus familias, sin que nadie responda por estos crímenes.
Los militares no se van. La medida fue rechazada por los dirigentes de la provincia arequipeña. Los militares, hasta el momento, han permanecido dos meses en dicha zona.
Los manifestantes llegaron a poca distancia de las obras de instalación de la minería, tratado de romper el cordón policial que tenía rodeada a zona. La Policía repelió disparando gases lacrimógenos y luego los perseguió con rabia a los manifestantes que estaban huyendo hacia el bosque. Algunos de ellos contestaron tirando piedras o cócteles molotov. La policía procedió a 75 retenciones, la mayoría se realizó una vez acabada la manifestación. Además, la policía detuvo un autocar con manifestantes que estaban marchándose hacia sus pueblos de origen. Ver video y galería de imágenes al pie del artículo.
Un equipo del Observatorio de Conflictos Mineros del Perú visitó el pasado 20 de agosto el Valle del Tambo en la provincia de Islay. El motivo de la visita era realizar una suerte de constatación de la situación actual y recoger opiniones de sus pobladores, luego de la etapa de estallido social y movilización de rechazo al proyecto Tía María.
Los páramos son uno de los territorios esenciales para el ciclo hídrológico en Colombia. Además de captar, almacenar y regular el líquido vital, los 36 sistemas de páramos del país, con una extensión de 2.906.137 hectáreas, ofrecen el 70% de las aguas que hoy consumimos los colombianos. Luego de las importantes movilizaciones que se realizaron durante los últimos años en contra de la actividad minera y la destrucción territorial y contaminación de aguas que conlleva, la delimitación de los páramos fue la estrategia política y respuesta del gobierno Santos. Hoy deberíamos preguntarnos ¿A quién beneficia esa delimitación?
Entre os dias 13 e 15 de agosto deste ano, mais de 100 mulheres e homens do Brasil, Moçambique, Peru, Colômbia, Suíça, Canadá e Argentina estiveram reunidos no V Encontro Internacional das Atingidas e Atingidos pela Vale. Foi uma oportunidade para debater as experiências acumuladas, assim como para traçar estratégias no enfrentamento das violações cometidas pela mineradora Vale por todo o mundo.
Permanecieron doce días en la capital para presionar al Gobierno a que cumpla con sus demandas, desde el pasado 12 de agosto en el parque de El Arbolito.
Investigador del Centro Latino Americano de Ecología Social (CLAES), con sede en Montevideo, Uruguay, considera que se ha aumentado la dependencia de los extractivismos en los países.
Luego de los violentos sucesos del pasado lunes que dejó el saldo de un policía muerto, los comunarios de Tacacoma, La Paz, amenazaron con masificar sus protestas y demandaron que los efectivos uniformados abandonen la zona.