Uno de los rasgos de los propietarios del capital en el campo y en la minería durante la colonia y el porfiriato, fue el uso de personal a su disposición para reprimir cualquier connato de descontento; después en la época posterior a larevolución mexicana proliferaron en el campo los conocidos como “guardias blancas” que son una especie de policías privados que cuidaban las propiedades de los terratenientes, y así siguió la práctica con los finqueros, una especie de policías armados pagados por los propietarios de la tierra.
Esto no ha cambiado mucho: por ejemplo las compañías capitalistas que se han establecido en zonas de riego en el norte y noroeste del país, que producen hortalizas para el mercado capitalista con tecnología de punta, emplean a miles de jornaleros, la gran mayoría de ellos de habla indígena, “enganchados” en el centro y sur-sureste del país, por los llamados “coyotes”, que después son sobreexplotados en el campo, por las compañías capitalistas que producen para el mercado mundial; pero además están vigilados por policías privados, dentro de las grandes propiedades privadas de tierras o rentadas a los ejidatarios.
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