por Adazahira Chávez
México es el décimo productor mundial de oro, pero ese “honroso” lugar tiene su precio: destrucción de reservas naturales, despojo de territorios y producción de desechos tóxicos son sólo una parte de él.
Craso el Triunviro, político romano que derrotó al rebelde Espartaco, murió cuando fue obligado a beber una copa de oro fundido como símbolo de su ambición desmedida; en Tailandia, las ofertas más exclusivas de los spa llevan mascarillas de oro; a Victoria Beckham, el marido le obsequió un vibrador de oro y diamantes; en los decomisos contra los grandes narcos mexicanos, nunca falta un arma chapada en oro.
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