El pueblo indígena más numeroso en los Estados Unidos enfrenta a una de las industrias más contaminantes en su propia tierra y sus aguas: las minas de carbón.
Las comunidades indígenas navajo resisten la devastación ambiental causada por la minería de carbón a cielo abierto, y los desplazamientos forzados, que pretenden “limpiar” su territorio ancestral de gente, para facilitar la generación de electricidad.