Imágenes satelitales difundidas por el Proyecto Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP) demuestran que entre agosto de 2014 y agosto de 2015 se deforestaron 8 hectáreas de bosque en las cercanías del río Santiago, en la región Amazonas, producto de actividad minera presumiblemente ilegal.
El área deforestada equivale a 11 campos de fútbol y se ubica en la quebrada Pastazio, en la provincia de Condorcanqui, selva norte de Perú.
Una de las primeras organizaciones que denunció el hecho fue la Organización Regional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Norte del Perú (ORPIAN-P) que informó a inicios de año que a consecuencia de la actividad ilegal en varios sectores, serían cerca de 70 mil nativos de las etnias Awajún y Wampis los que se encontrarían afectados.