Hace poco más de un año, en el desierto de Coahuila, 14 viejitos miserables decidieron cerrar un camino de tierra que la minera canadiense First Magestic usa y que está sobre la propiedad que heredaron de sus padres.
Es decir: el camino de tierra cruza su ejido, Tenochtitlan. Los viejitos, que viven en casas de lodo y palos, bloquearon ese acceso porque es parte de su propiedad.
La minera First Magestic tiene su propia seguridad privada (que ha usado contra los viejitos en otras ocasiones) pero esa vez decidió librarse de ellos de manera más fácil: llamó a las autoridades mexicanas. Era un 27 de junio.
La reportera Kowanin Silva, del periódico Vanguardia de Saltillo, cita a uno de los viejitos: «Estábanos tapando con un falsete para que no pasaran el diesel y vinieran los señores de la mina a dialogar, nada más que en lugar de dialogar nos echaron a la judicial.