El saqueo minero en México comenzó hace más de 500 años con la invasión de las potencias europeas a nuestro continente. Durante la época de la Colonia, se extrajeron del subsuelo mexicano más de 182 toneladas de oro y 53 mil 496 toneladas de plata. Después de la guerra de Independencia (1810-1821), durante la invasión norteamericana (1846-1848, con la pérdida de más de la mitad del territorio nacional), la guerra de Reforma (1857-1861) y la ocupación francesa (1862-1867) se produjeron alrededor de 64 toneladas de oro y 17 mil 095 de plata; esta vez a manos de capitales extranjeros en su mayoría ingleses y norteamericanos.
Al restaurarse la república en 1867, bajo el México gobernado por los liberales y a lo largo del Porfiriato (1876-1910), se extrajeron 507 toneladas de oro y 64 mil 739 de plata; era entonces la minería la principal fuente de riqueza del país.



El investigador del Centro Latinoamericano de Ecología Social (CLAES), Eduardo Gudinas, afirmó que los gobiernos progresistas como Bolivia ahora apoyan la idea de subsanar los daños ambientales, culturales y sociales con compensaciones económicas.
En el mes de julio del año 2012, el Cabildo Indígena del Resguardo Awá de Hojal la Turbia desalojo a mineros ilegales que durante 3 años habían desangrado nuestra madre tierra, la presencia de una empresa de explotación de oro en el resguardo Hojal la Turbia se registró a inicios del año 2009 y hasta el año 2012, gracias a las decisiones tomadas por autoridades indígenas Awá de hacer respetar la autonomía que por ley de origen nos pertenece, cerca de 200 guardias indígenas se movilizaron a desalojar los mineros que de manera inconsulta se habían instalado dentro del Resguardo.
Integrantes del Frente Todos Unidos contra Grupo México, integrado por damnificados del río Sonora y mineros de la sección 65, convocaron a una manifestación para el próximo jueves 30 de julio en Cananea, Sonora.
La lucha por la Madre Tierra, por el ecosocialismo y contra el cambio climático significa en la República Bolivariana de Venezuela:
Las cuentas no dan. El gobierno de Juan Manuel Santos ha vendido a la opinión pública nacional e internacional que uno de los polos económicos de desarrollo del país es la MINERIA. En su plan de desarrollo, la minería es una de las “locomotoras”; sobre esa base el país le da en concesión a las multinacionales para que exploren, y si encuentran minerales o hidrocarburos los extraigan y se los lleven en su totalidad sin dejarle ganancias a la nación acorde con la riqueza que hay en el subsuelo. El PIB minero representa, del PIB total, solamente el 2,3% y el 7.7% teniendo en cuenta los hidrocarburos.
Poco a poco está quedando en evidencia que los actuales extractivismos avanzan en un contexto de creciente violencia. Esto no es una exageración: se apela a distintas formas de violencia para imponerlos y protegerlos, y es cada vez más frecuente que la movilización ciudadana quede también atrapada en ella.
A casi un año del derrame de metales venenosos al Río Sonora por parte de la mina Buenavista del Cobre, seis voluntarios del ejido Molino de Camou con manchas en la piel o lesiones, se hicieron pruebas de laboratorio, en las cuales resultaron con Arsénico, Aluminio, Hierro y Cobre en la sangre.
Varios cientos de pobladores del municipio de El Triunfo en el departamento de Choluteca, protestan en contra del parque minero ubicado en El Corpus, al sur de Honduras y los permisos para que una empresa canadiense realice a la extracción de metales preciosos de la zona.
No contentos con cerrarle su predio, impedir sus caminos, sacar sus forestales, extraer sus cuyes, agredir a su mascota, ahora los trabajadores de Minera Yanacocha han sacado los cultivos de Máxima Acuña.