Mientras los legisladores discutían la reforma laboral, los dueños de las minas carboníferas –los llamados pocitos– guardaron silencio para evitar llamar la atención, toda vez que en la iniciativa había una cláusula donde se proponía su prohibición, habida cuenta que muchos operan de manera ilegal. Pero alguien metió la mano, mutiló un párrafo y el asunto quedó resuelto. Todo parece indicar que las carboneras de la muerte seguirán funcionando sin contratiempos. Lo peor es que, según los expedientes a los que este semanario tuvo acceso, los propietarios de esas minas son políticos, empresarios… y gente vinculada con Los Zetas
A Wilhen Ernesto López García lo mataron Los Zetas.
No lo acribillaron ni lo descuartizaron; tampoco lo dejaron colgado en un puente. En su caso usaron un tambo para bajarlo de la bocamina hasta un socavón para que sacara carbón. El pozo se derrumbó. Toneladas de piedra lo sepultaron. Falleció el 3 de agosto de 2011 en el pueblo mineral de Agujita, en Sabinas, Coahuila.



La mina ubicada en la Primera Región y que es controlada por Anglo American y Xstrata Copper está lejos de vivir su mejor momento, con una importante baja en su producción.