Negada oficialmente en Chiapas, la explotación minera persiste como una amenaza que para muchas comunidades y organizaciones ambientalistas y de derechos humanos, ya se materializa en la actualidad, particularmente en la Sierra Madre y la costa, poniendo en riesgo dos importantes reservas de la biósfera, El Triunfo y La Encrucijada, así como la vida de las comunidades y tierras agrícolas. No faltan señales de alarma.
Desde que en 2013 fue designado delegado federal de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) el biólogo Amado Ríos Valdez, diversas fuentes denuncian que se incrementaron los permisos para la explotación minera. Grupos ambientalista, como Alianza Sierra Madre y Red Mexicana de Afectados por la Minería han denunciado estas políticas.