Francisco López Bárcenas
La Jornada, 2 de julio de 2015
entro de las regiones del país donde los megaproyectos afectan sobremanera los territorios de los pueblos indígenas se cuenta la Sierra Norte de Puebla. No es para menos. Más de 180 mil hectáreas de ella se encuentran concesionadas para proyectos mineros, hidroeléctricos y de hidrocarburos. Tan sólo para minería existen 103 concesiones en manos de empresas de ocho países, aunque la empresa canadiense Almaden Minerals, a través de sus filiales Minera Gavilán, Minera Zapata y Minera Gorrión posee 13 títulos que representan 73 por ciento de tierra concesionada. Otras 46 concesiones, que abarcan 22 por ciento de la superficie concesionada, pertenecen a Minera Dominan, de capital mexicano, integrada por Grupo Ferrominero, Grupo Frisco y Grupo Peñoles. Por esta situación sus habitantes se llaman a sí mismos, eufemísticamente, «los condenados de la sierra».
Junto con los proyectos mineros llegan las hidroeléctricas que producirán la energía necesaria para que funcionen y las ciudades rurales que desplazarán a la gente que habita los territorios y generarán la mano de obra barata que se empleará en ellos.