Las comunidades aledañas al milenario lago Poopó enfrentan una de las sequías más severas desde 1980. Las aguas desaparecen, no hay peces y solo va quedando tierra seca, situaciones que golpean la economía de pescadores, quienes piden ayuda urgente.
La Razón hizo un recorrido desde la orilla del lago Poopó, declarado en 2012 como sitio Ramsar (humedales de importancia internacional) por ser hábitat de una variedad única de peces y aves, hasta la Isla de Panza, un lugar ceremonial ubicado al medio del lago, donde encontró kilómetros de tierra árida, medio centenar de botes abandonados y pescadores dedicados a otras faenas para el sustento de sus familias. En noviembre de 2014, los pescadores hallaron miles de peces y aves muertas en las orillas del lago, lo que inició una cadena de desastres, aseguraron.