Raúl Zibechi
Periodista uruguayo, escritor, responsable por la sección internacional de Brecha. Profesor e investigador en Multiversidad Franciscana de AL
El 7 de marzo cayó uno de los más sólidos mitos de los uruguayos: la confianza en las empresas estatales. Ese día quienes abrieron los grifos sintieron un olor nauseabundo y los que tomaron mate o café sintieron un sabor extraño. La empresa estatal encargada del suministro de agua, OSE (Obras Sanitarias del Estado), debió reconocer «un episodio” de contaminación con algas en la cuenca del río Santa Lucía, que abastece a seis de cada diez uruguayos.



Las agrupaciones de habitantes de la costa y el Uruguay profundo abajo firmantes repudiamos lo actuado el miércoles próximo pasado por el Presidente de la República y exhortamos a toda la sociedad civil organizada y ciudadanos responsables con el futuro del país a hacer lo propio y a movilizarse en respuesta.
El presidente José Mujica recibió este miércoles en la Residencia Presidencial de Suárez al gerente general de Aratirí en Uruguay, Fernando Puntigliano, para proponerle que «el Estado quiere ser socio en ese proyecto». Mujica declaró que «Tenemos que definir, y le tengo que plantear que el Estado quiere ser socio en ese proyecto para dar garantía, para meternos adentro y aprender, porque no sabemos ni leer un mapa».
Desde las siete de la tarde una marea humana invadió el balneario que lució repleto. Las medidas de control parecen haber dado resultado y la retirada del público se desarrolló con normalidad. Durante el desfile una muy original comparsa integrada por vecinos de La Pedrera y los balnearios vecinos, recorrió la calle principal manifestándose contra los proyectos de megaminería y puerto de aguas profundas. debe y haber de la organización de una fiesta que se desarrolló en paz. Galería de imñagenes.
La irrupción de proyectos de minería metalífera a cielo abierto en gran escala en un país de economía agropastoril, donde no existen yacimientos de gran concentración ni de grandes volúmenes y donde los impactos sociales y ambientales de la actividad extractiva serían de gran magnitud, ha generado un movimiento social de resistencia sin precedentes en Uruguay, en el que se está desarrollando un nuevo concepto de ciudadanía.