Al menos recién a mediados de 2015 Barrick Gold estaría en condiciones de superar los incumplimientos ambientales y eventualmente recibir el vamos de la autoridad para reactivar el proyecto minero binacional Pascua-Lama. La segunda fase, que corresponde al sistema permanente de manejo de aguas, está en etapa de ingeniería. Algunas de las obras que tendrían que construir requerirían pasar por el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA). Pero los más potentes obstáculos son el fuerte rechazo social y la consecuente falta de licencia comunitaria junto con los fallos judiciales que paralizan el proyecto.
Esto solamente desde el punto de vista medioambiental, ya que se estima que no antes de doce meses podrían finalizar las obras comprometidas con la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA), como parte del proceso de sanción iniciado por el organismo en 2013.