Chile, Litio

Chile: Explotación de litio deja sin agua a pobladores

La demanda del litio está aumentando en todo el mundo, pero la minería está provocando diversos conflictos. En los pueblos del desierto de Atacama en Chile, el agua para las personas y los campos es cada vez más escasa.

En medio del desierto más árido del mundo hay una enorme área con estanques de agua color turquesa. Cada una de estas enormes piscinas tiene el tamaño de 20 canchas de fútbol y contiene agua salada extraída de las profundidades de la tierra del desierto. Esta salmuera contiene carbonato de litio, la base del metal ligero y plateado que se encuentra en las baterías de casi todos los computadores, teléfonos y autos eléctricos de la actualidad.

A primera vista, el desierto de Atacama de Chile parece un lugar estéril e inhóspito. A pesar de esto, la flora, la fauna y los habitantes de la zona han podido adaptarse bien a las condiciones de su entorno por muchas generaciones. Esto ahora está duda debido a que los pueblos de la zona tienen un nuevo y poderoso competidor por los escasos recursos de agua del desierto: las compañías mineras.

«El agua es vida»

Coyo es una de las doce aldeas en los dispersos oasis del desierto. Los miembros de la comunidad se turnan para sacar agua del río San Pedro. Tras dos semanas de espera, Hugo Díaz pudo finalmente irrigar sus campos.

«Antes de que llegaran las mineras acá había mucha agua. La minería ha consumido las napas subterráneas, sacan agua de un río de otro sector también y no llega acá el agua que corresponde», dijo Díaz a DW

Para los atacameños, el agua no solo tiene un valor material sino también cultural y espiritual. «Para nosotros como likan-antai (etnia atacameña) es muy importante el agua. No solamente el agua en relación a lo que es mantener nuestras costumbres mediante la agricultura, sino que también porque el agua es vida», explicó Vladimir Reyes, uno de los mayores de la comunidad de Coyo.

El agricultor enseñó las marcas en el canal de riego que muestran los niveles de agua más altos en tiempos pasados. «Muy pocos campesinos pueden vivir de la agricultura. En la actualidad, los jóvenes han tratado de ir aprendiendo sobre la agricultura, pero se ven con el obstáculo de que el agua es cada vez menos. Ese es principal daño que nos están haciendo las empresas mineras», afirmó Reyes.

La Arabia Saudita del litio

Chile tiene una de las mayores reservas de litio del mundo. Sus exportaciones cubren el 40% de la demanda mundial de este valioso metal. Por eso se le llama la «Arabia Saudita del Litio». Además, se espera que la demanda global se triplique en los próximos seis años.

Para extraer el litio, el líquido bombeado se deja expuesto al sol del desierto hasta que se haya evaporado el 95% del agua. El litio se separa del residuo mediante un proceso químico y se convierte en los compuestos para las baterías recargables.

2 mil litros por segundo

Las dos compañías mineras que operan en Atacama, la chilena SQM y la estadounidense Albemarle, extraen cada año más de 63 mil millones de litros de agua salada de las capas más profundas del desierto, es decir, casi 2 mil litros por segundo. Además, la industria consume una cantidad considerable de agua dulce.

Según los operadores de la mina, la extracción de agua salada del desierto no tiene ningún efecto en el suministro de agua dulce de la zona. «La salmuera, rica en minerales, no es adecuada para el uso agrícola o como agua potable. Y estamos trabajando muy de cerca con las comunidades locales para asegurarnos de que estamos actuando de manera sostenible», dijo a DW Hailey Quinn, gerente de comunicaciones de Albemarle.

Alteración del ecosistema

Existen pocos estudios científicos independientes sobre la cantidad de agua consumida durante el proceso de evaporación o sobre los efectos de la extracción de salmuera en el ecosistema. Una de las pocas expertas en este campo es la microbióloga Cristina Dorador, quien ha estudiado los microorganismos de los salares del desierto de Atacama.

«Los microorganismos son la base de todo… La explotación de la salmuera que ha tenido lugar en los últimos 10 o 20 años ha reducido la cantidad de microorganismos y ha afectado al ecosistema», declaró la bióloga. Los microbios que viven en el agua proveen alimento para el plancton y los crustáceos. Estos son consumidos por animales más grandes, como por ejemplo, los flamencos, la especie más emblemática de la zona.

Pocos derechos sobre al agua y la tierra

A varios cientos de kilómetros al sur del salar de Atacama se encuentra el salar de Maricunga, que también se está explotando para la producción de litio. Actualmente, casi toda la minería de litio en Chile se realiza en Atacama, pero se cree que Maricunga (más pequeño) alberga las segundas reservas de litio más grandes del país. Además de SQM, la compañía australiano-canadiense Salar Blanco está desarrollando un proyecto de litio en la misma zona junto a Codelco, operador de minas de cobre chileno de propiedad estatal.

Las proyecciones de expansión de la minería de litio preocupan a los miembros de la comunidad indígena Colla Pai-Ote. Los pueblos indígenas de Chile apenas tienen derechos de propiedad formales sobre sus tierras ancestrales. «Nadie le preguntó al pueblo Colla si querían minería en su territorio. Nadie le dijo al pueblo Colla cual era el impacto que podría tener la minería en las fuentes de agua en el salar de Maricunga», señaló a DW el abogado Ariel León, quien asesora a la comunidad.

Chile es uno de los pocos países del mundo donde los recursos hídricos y la gestión del agua están casi 100% privatizados. Esto y la inadecuada protección de los derechos indígenas se remonta a la constitución de 1980, que sigue vigente hoy en día y que fue promulgada bajo la dictadura militar de Augusto Pinochet.

Según el abogado León, el Estado ya está violando la Convención de la ONU sobre los Pueblos Indígenas debido a la falta de participación de los indígenas en las zonas de minería de litio. Este convenio obliga a los gobiernos a consultar a los pueblos indígenas cuando los proyectos más grandes afectan a su medio ambiente.

«Los autos eléctricos no son la solución»

Muchos de los habitantes de Atacama ven que el cambio climático está acelerando la escasez de agua en el desierto. Pero también dicen que los problemas en la zona solo comenzaron con la minería del litio y del cobre.

«Nos vinieron a decir que la solución eran estos autos eléctricos, la salvación del mundo y todo, pero en realidad no es la salvación. La salvación es la conciencia de cada ser humano, que sepa respetar este territorio como lo respetamos nosotros. Si todos tomáramos conciencia de respeto hacia la tierra, no tendríamos que decir que los autos eléctricos van a salvar el planeta», dijo Jorge Álvarez Sandon, perteneciente a la comunidad de Coyo.

Este artículo fue escrito en colaboración con el equipo de investigación de Danwatch.

 

Fuente:https://www.dw.com/es/chile-explotaci%C3%B3n-de-litio-deja-sin-agua-a-pobladores/a-52165228?fbclid=IwAR17kIzA-B6xO_hTVo9N6LlorylgzQWmqr8dHd0D2ytGx9ZuEd1dlJJY9DU

Chile, Litio

Diputados de Comisión de Minería aprueban royalty minero y Ejecutivo pone en duda la constitucionalidad

La Comisión de Minería de la Cámara de Diputados aprobó la idea de legislar del proyecto que establece un nuevo royalty por la explotación de la minería del cobre y del litio por 7 votos a favor, 3 en contra y 1 abstención.

La iniciativa fue respaldada por toda la oposición más el diputado Nicolás Noman (independiente que está en el comité de la UDI); mientras que los votos en contra y la abstención correspondieron a los diputados de Chile Vamos.

El diputado Esteban Velásquez (FRVS) “este es un paso importante para quienes vivimos en zonas mineras, pero sabemos que el camino es pedregoso porque son muchos los intereses que se han tocado. Fue muy valioso el voto del diputado Noman, ahí nos damos cuenta que cuando defendemos a las regiones no hay diferencias políticas”.

 

No obstante desde el Ejecutivo, el subsecretario de Hacienda, Francisco Moreno, planteó reserva de constitucionalidad porque el Presidente cuenta con la facultad exclusiva para determinar impuestos.

“Nos parece que esta materia que toca este proyecto es de iniciativa exclusiva del Ejecutivo porque hay un mandato legal muy claro respecto de la política tributaria. Aquí se plantea un derecho a compensación pero ello debe ir de la mano de prestación de dinero desde el privado al Estado, y eso es un tributo”, acotó.

Asimismo rechazó subir la carga tributaria a la minería y recordó que el gobierno se comprometió a enviar un proyecto de ley de rentas regionales a más tardar el 31 de marzo, y será por esa vía que se ayudará en el financiamiento a las regiones.

En tanto, la comisión colocó como plazo el 27 de enero para presentar indicaciones y seguir revisando el texto en particular.

 

Fuente:https://www.latercera.com/pulso/noticia/diputados-aprueban-royalty-la-mineria-ejecutivo-pone-duda-la-constitucionalidad/980847/

Chile, Litio

Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza dictamina moratoria para la minería del litio en Atacama

El pasado 5 de diciembre de 2019,  el quinto Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza (TIDN) celebrado en Santiago de Chile, resolvió aceptar el caso de la minería del litio en el desierto de Atacama, Chile. Asimismo, en su veredicto el TIDN emitió además otras catorce resoluciones, y propuso la moratoria de la minería del litio en la región atacameña.

 

Después de considerar los testimonios y denuncias expuestas por comunidades indígenas afectados y expertos en el caso, el quinto TIDN determinó que hubo una directa violación de los Derechos de la Naturaleza.[1] Resaltando que se incumplió los deberes de: a) Respetar y vivir en armonía con la Madre Tierra; b) Asegurar que la búsqueda del bienestar humano contribuya al bienestar de la Madre Tierra; c) Respetar, proteger, conservar, y donde sea necesario, restaurar la integridad de los ciclos, procesos y equilibrios vitales de la Madre Tierra; d) Establecer medidas de precaución y restricción para prevenir que las actividades humanas conduzcan a la extinción de especies, la destrucción de ecosistemas o alteración de los ciclos ecológicos; entre otros. Por tanto, el TIDN halló que “(…) la actividad minera producida en el desierto de Atacama, no respeta y son incompatibles con los derechos de la Madre Tierra y que a su vez se incumple con las obligaciones de los seres humanos para con ella, por lo que se declara la vulneración de sus derechos y los de las comunidades afectadas por estas actividades (…)”

 

En este marco, el TIDN dictaminó que, en el caso de la minería del litio en el desierto de Atacama, existen claros afectados – ecosistemas, seres humanos y no humanos – y claros responsables – tanto las empresas con capitales nacionales e internacionales, como el Estado chileno. Ante ello, el Tribunal resolvió solicitar la suspensión de las actuales Resoluciones de Calificación Ambiental de las empresas extractivas, declarar zona de prohibición para la industria del litio y extractivismo del agua en el Salar de Atacama y la Alta Cordillera, y exigir que se permita verificar el estado de salud de la Laguna Chaxa. La resolución del TIDN apunta, demás, a que la extracción y explotación de litio atenta contra la vida de las poblaciones atacameñas y su cosmovisión; y subraya la ausencia de una consulta previa, libre y de carácter vinculante en estas poblaciones y el atropello de otros derechos expresados en la ley indígena.

 

Respecto a las denuncias respecto a la sobre explotación de la cuenca para esta actividad minera, se denunció que “la minería del litio pone en peligro un bien fundamental y escaso, el agua, cuyo control se aseguran unas pocas empresas (…)”; enfatizando así, que la privatización y control del agua por parte de empresas no hace más que reflejar la “estructura de desigualdad” en Chile. Ante ello, el TIDN insta a apelar a un Principio Precautorio ante un posible daño “grave o irreversible” por la sobre explotación de agua en este ecosistema desértico.

 

El informe presentado, asimismo, hace referencia a la amplia complejidad que acarea la explotación de litio; ya que esta abarca no solo una problemática local y regional, sino una problemática global enmarcada en la discusión de la transición energética. Al respecto, la sentencia del TIDN sostuvo que la transición energética que se propone hoy en día a través de la explotación de los salares de Atacama es un modelo “insostenible, asociada a las corporaciones transnacionales, [y que] consolida un modelo energético que reproduce la dominación sobre la Naturaleza y las poblaciones.”; además, que dicha transición energética corre el riesgo de ser banalizada y puesta al servicio del actual sistema de reproducción social. Consecuentemente, el TIDN considera necesario “abordar la discusión desde una perspectiva no corporativa, multidimensional y critica, que contemple tanto la justicia ambiental como las necesidades de los pueblos”, y recomienda llevar a cabo encuentros y foros multidisciplinarios y multiactoriales para entablar la discusión desde una perspectiva popular y contrahegemónica.

 

Finalmente, en el marco de las evidencias presentadas respecto a la violación de los Derechos de la Naturaleza, la creciente crisis hídrica que perturba el ecosistema y la afectación directa a los derechos de la población local, el quinto TIDN propuso aplicar una moratoria a la minería de litio en la región de atacameña.

 

Fuente:https://latinvestment.org/2020/01/14/tribunal-internacional-de-los-derechos-de-la-naturaleza-dictamina-moratoria-para-la-mineria-del-litio-en-atacama/?fbclid=IwAR1bMRhly89f_Czx05AfeGsbofohXPzC4cv5J9KA4OqFZjswwT4u39fzM_4

Litio, Mexico

Estaría SLP en selecto grupo del litio

Una de las primeras referencias públicas en San Luis Potosí al “oro blanco” o “nuevo petróleo” -en relación a su posible riqueza- ocurrió en los albores de junio de 2010: el día 8, el periódico La Jornada publicó que empresarios españoles vinculados al Banco Santander firmaron un acuerdo con Litiomex, SA de CV, del empresario Martín Sutti Courtade “para hacerse cargo de la comercialización global” del litio mexicano.
Según este antecedente, laboratorios especializados de Canadá, Japón, Estados Unidos, Perú y México, encontraron que los depósitos de litio en SLP y Zacatecas “son de calidad mayor a la esperada”.
Courtade afirmó en ese entonces, que la empresa china Citic Gouan Group construiría en esta entidad una fábrica de baterías de litio para los automóviles eléctricos de los gigantes Nissan, Honda y GMC, a un costado de los salares del municipio de Santo Domingo. Courtade añadió que él posee los títulos de concesión de estos depósitos litíferos, a través de la empresa Pietro Sutti, sobre 47 mil hectáreas en el Altiplano de ambos estados.
Este empresario está identificado como un pionero en el conocimiento del litio y su valor, pero hace nueve años nadie le hizo caso. Cuando se busca a la empresa Litiomex en Google, apenas aparecen mil 20 resultados en 32 segundos, pero en realidad es muy poca la información de fondo.
Oficialmente, según el emprendedor, la Dirección General de Minas de la Secretaría de Economía (SE) federal, fue la encargada de entregarle la enorme extensión para su explotación.
PRIVILEGIADOS
El único estudio formal corrió a cargo, precisamente, de la SE. El documento de la Dirección General de Desarrollo Minero intitulado “Perfil de mercado de litio” consta de 43 páginas y data de 2018. Las referencias son escasas, pero suficientes en el sentido de que el litio no está en todo el país, sino en ciertas regiones y una de ellas es San Luis Potosí-Zacatecas, tal como dijera Courtade, además de Baja California y Sonora, donde estaría el mayor yacimiento probado por el momento.
La dependencia federal indica que el proyecto se ubica en la parte occidental de San Luis, dentro de los municipios de Salinas, Santo Domingo y Villa de Ramos; además de Villa de Cos, en Zacatecas.
«El proyecto pretende explotar un depósito de sales de litio y de potasio que se encuentra en sedimentos arcillosos y en salmueras de evaporación, formando lagunas (…) y miden en promedio 2.5 kilómetros de largo por 1 kilómetro de ancho, y están distribuidas a lo largo de un alineamiento de 100 kilómetros de largo dentro de cuencas endorreicas. Los estudios realizados a la fecha por la empresa Litiomex, indican que existe un gran potencial, estimando recursos del orden de los 8 millones de toneladas de litio equivalente», expresa el trabajo.
La zona donde estaría el recursos es el Altiplano potosino.
GEOPOLÍTICA
Pero el tema del litio, en sí mismo, no tiene mucho tiempo de circular a nivel nacional. Las primeras referencias fueron geopolíticas, por parte del analista político Alfredo Jalife-Rahme, quien sostuvo que el «golpe de Estado» en Bolivia contra el expresidente Evo Morales, tuvo su principal origen en la ambición de Estados Unidos por la riqueza de litio que posee el país, si bien está reconocido que Chile es el principal productor.
De hecho, México, a pesar de tener litio en su territorio, hoy lo importa. Según Economía, en 2016 gastó 1.6 millones de dólares en este producto (90% lo trajo del país andino), contra una venta irrisoria de 658 dólares de tres kilos a El Salvador, sin que refiera de qué parte del país se extrajo el elemento químico que hoy está en boca de todos. Además de Chile, otros países productores son EU, Argentina, Australia, Brasil, China, Portugal y Zimbabue. Bolivia y México tienen litio en abundancia y… está virgen.
De acuerdo con un reciente pronunciamiento del experto de la Facultad de Química (FQ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Plinio Sosa Fernández, el litio ofrece tecnologías más ligeras y actualmente es explotado en baterías de celulares, equipos electrónicos de trabajo, energía eólica, celdas solares, dispositivos recargables y autos eléctricos.
Ricardo Femat Flores.
POTENCIAL POTOSINO
El investigador de la División de Matemáticas Aplicadas del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (Ipicyt), Ricardo Femat Flores, declaró a Quadratín SLP que el valor del litio radica en que permite desarrollar baterías con alta duración y gran capacidad de almacenamiento de energía, “de ahí que baterías de litio en móviles y vehículos híbridos, son capaces de mover camiones de carga; sí se deben recargar constantemente, como un tanque de gasolina, pero es importante decir que será una de las alternativas energéticas para acumulación de energía para el futuro”.
Femat aclaró que la energía tiene una característica: no se puede acumular si no es con una batería. Puso como ejemplo los automóviles que tienen batería de ácido sulfúrico, alternador y generador, que la almacenan “y de ahí que los volvamos a prender al día siguiente”.
Consideró “exagerado” comparar el litio con el petróleo, ya que de este se pueden extraer varios compuestos, mientras aquel solo es utilizado para hacer baterías, aleaciones base, “incluso para ser superconductores, pero esa tecnología no maduró; es decir, en los superconductores no se pierde energía, mientras otros metales tienen una resistencia al paso de la energía y se pierde”.
El Investigador Titular “C”, miembro del Sistema Nacional de Investigadores de México (SNI) Nivel 3, aceptó que del litio “se sabe poco en el país, pero la gente que se dedica a sales y minería tiene registros desde hace años, sobre todo en las salmueras continentales (regiones donde hay sal)”, de las que San Luis posee una gran extensión.
A futuro, la ventaja para el estado potosino es que podría dotar de litio a los autos eléctricos del clúster automotriz del Bajío y en un momento dado, ser productor para las grandes empresas como Tesla en EU.
Es un recursos con una potencial demanda
UN DESPERDICIO
Femat añadió que tan insignificante fue el litio en México hasta hace poco tiempo, que a pesar de tener entre 400 y 500 años, las mineras, al extraer sal para cocina, lo tiraban, por lo que debe estar en esas áreas de explotación y es posible producir cloruros de litio (sal formada por cloro y litio) para las baterías.
“El litio debe estar en las minas o sus linderos, pero además se sabe que en la salmuera hay litio, es decir, en la sal que no han extraído para llevarlo a la mesa”.
El doctor recordó que Salinas de Hidalgo era productor de sal por excelencia en el país hasta que apareció Guerrero Negro (la más grande salina al sur de la península de Baja California), por lo que debe haber una gran dotación de litio abandonado ahí.

El texto original de este artículo fue publicado por la Agencia Quadratín en la siguiente dirección: https://sanluispotosi.quadratin.com.mx/economia/estaria-slp-en-selecto-grupo-del-litio/?fbclid=IwAR1DQX0Qjsy3KQbaQseYqfbtJYHDJtKmwYLU3GB2HtqUyESEM8ZlJR5QhuI

Bolivia, Litio

Cuál es el futuro del litio en Bolivia tras la salida de Evo Morales

La salida de Evo Morales y el posible triunfo de un movimiento de derecha en las próximas elecciones en Bolivia sembró las dudas sobre el futuro de la extracción y producción de litio, un mineral clave para la nueva generación de dispositivos electrónicos y protagonista del proyecto económico para el altiplano.

La ola de nacionalizaciones del líder cocalero, iniciada hace más de una década y enfocada inicialmente en los hidrocarburos, también alcanzó el “oro blanco”, con un plan dividido en tres fases a mediano y largo plazo: la extracción del carbonato de litio, el despliegue de procesos industriales a través de alianzas con firmas internacionales y, finalmente, la producción local de baterías de litio.

Bolivia, que cuenta con las mayores reservas de litio en el mundo junto a Chile y Argentina, se prepara para dar el salto a la producción industrial de este metal clave en la industria electromotriz, liderada por China. Precisamente, en este llamado “triángulo de litio” está cerca del 80% de las reservas mundiales y donde mayor esfuerzo se espera para satisfacer la demanda. En tanto, la producción mundial de este metal no ha parado de crecer en los últimos años. En 2018, aumentó un 23%, a más de 85.000 toneladas de litio (equivalentes a unas 446.000 toneladas de carbonato de litio), según el informe anual “Mineral Commodity Summaries”, del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Y en febrero pasado, Bolivia logró certificar sus reservas de litio de 21 millones de toneladas, principalmente en las regiones potosinas del Salar andino de Uyuni, la mayor pastilla salina del mundo, Coipasa y la laguna de Pastos Grandes.

A partir de 2015, Bolivia entró en la segunda fase, con la construcción de infraestructura industrial en Uyuni, gracias a las millonarias inversiones y préstamos de firmas chinas.

 

Sin embargo, el proceso para la tercera fase no ha sido sencillo. La experiencia de la técnica usada en Chile no era aplicable para los desiertos bolivianos, donde hay una alta concentración de magnesio que debe ser separado. Las limitaciones de ACI Systems, una pequeña empresa alemana que ganó la licitación para la industrialización, complicó la tarea. Y este año, se sumó el factor social. En Potosí, el departamento más pobre del país y sede de las reservas, las organizaciones civiles exigían conocer los detalles del acuerdo y lograr una mayor participación en las regalías.

En las protestas se hizo visible la figura de Marco Antonio Pumari, activista que hoy es uno de los precandidatos a la presidencia de Bolivia. Ante el creciente caos social de las últimas semanas, el gobierno de Morales resolvió abolir el contrato con ACI Systems.

La imagen de Pumari se vio afectada en las últimas horas por la difusión de un audio que revela que le pidió USD 250.000 al líder cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, para ser su compañero de fórmula en los comicios, por lo que la incertidumbre es grande en cuanto sus opciones políticas y el armado de las candidaturas para los próximos comicios. ¿Ganará un gobierno que cambie de rumbo con respecto a la política de Morales? ¿O se mantendrá el recelo hacia las firmas extranjeras?

Tras la renuncia de Morales, el ex presidente uruguayo José “Pepe” Mujica llegó a deslizar una comparación entre el litio y el petróleo como supuesto motivo para el movimiento opositor que reclamaba su salida. “¿Cómo el mundo occidental le puede permitir a un indio que maneje el litio?”, ironizó.

Expertos consultados por O Globo de Brasil descartan que los yacimientos de litio hayan sido un tema determinante para la caída de Evo, pero coinciden en señalar que hay un margen para cambiar la doctrina acerca del “oro blanco”.

Javiera Barandián, profesora de política ambiental de la Universidad de California, consideró probable que haya “modificaciones y ajustes” a las regulaciones para la industria, pero aclaró que estos cambios demorarían y ve difícil que sea algo “radical”. Según apuntó, aunque el esquema de Morales haya sido criticado, también fue exitoso.

Por su parte, Thea Riofrancos, una politóloga especializada en litio de la Providence College (Rhode Island), dijo al periódico brasileño que es posible que Morales haya intentado una jugada estratégica al cancelar el contrato con la empresa alemana, buscando mejorar las condiciones del acuerdo. Además, apuntó que el mercado del litio ya no es tan atractivo como hace unos años, y consideró posible que el mercado boliviano se abra a la exploración de otras empresas extranjeras. “Si cualquier partido que no sea el MAS (Movimiento al Socialismo) es elegido, la estructura regulatoria será alterada«, vaticinó.

Utilizado sobre todo en la fabricación de baterías recargables de ion litio para vehículos eléctricos y dispositivos electrónicos, el carbonato de litio, un polvo blanco fino como harina de repostería, también se usa para fabricar cerámica, vidrio y hasta medicinas. Con el 63% del mercado de baterías, China es el principal consumidor de este metal, frente al 23% de Estados Unidos.

Días atrás, la canciller del gobierno interino de Bolivia, Karen Longaric, dijo que corresponde “fortalecer” las relaciones con China, pero también reconducirlas, redireccionarlas y velar por los intereses del país protegiendo los recursos naturales.

 

Fuente:https://www.infobae.com/america/america-latina/2019/12/09/cual-es-el-futuro-del-litio-en-bolivia-tras-la-salida-de-evo-morales/

Litio, Mexico

Megayacimiento da a México boleto a la carrera del litio

En la región limítrofe entre Chihuahua y Sonora, afectada por la actividad del crimen organizado –ahí fue atacada la familia Lebarón–, está el corazón de un negocio nunca antes explotado en el país: el litio, mineral que está llamado a ser el petróleo del futuro. Justo en esa zona México tiene un megayacimiento en desarrollo, con el cual se convertirá en uno de los mayores productores del mundo.

Dicha oportunidad no ha pasado inadvertida para la empresa canadiense Bacanora Lithium y la china Ganfeng Lithium, las cuales se han instalado en el municipio de Bacadéhuachi, ubicado en la sierra alta de Sonora, con el objetivo de explorar un yacimiento que el grupo Mining Technology calificó como el mayor depósito de litio en desarrollo del mundo, el cual cuenta con reservas por 243 millones de toneladas.

Las reservas probadas y probables del yacimiento mexicano superan las 21 millones de toneladas del campo Uyuni en Bolivia; la diferencia, explicó Carlos Alberto Jiménez, investigador y especialista de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle, es que las del país sudamericano están certificadas, es decir, hay certeza de que existen, mientras las de México aún no lo están.

En el caso mexicano, la canadiense Bacanora ha comprobado la existencia de 4.5 millones de toneladas, por lo cual realizará una inversión de alrededor de 420 millones de dólares y se espera obtenga más de mil millones de dólares.

En el caso mexicano, las empresas Bacanora y la china Ganfeng han visto una gran oportunidad de negocio en un país donde la producción de litio es inexistente, toda vez que los últimos datos de la Secretaría de Economía revelan que en 2016 el país exportó tres kilogramos de este mineral, lo que representó apenas 658 dólares; en contraste, se importaron 219 mil kilogramos, equivalentes a 1.6 millones de dólares.

Actualmente en el país no se cuenta con ningún yacimiento de litio en explotación; no obstante, a la fecha se encuentran en etapa de exploración tres yacimientos que contienen este mineral en los estados de Baja California, San Luis Potosí-Zacatecas y Sonora, señala la dependencia en un documento de finales de 2018.

El mercado de litio en México está en nacimiento, al grado de que la Secretaría de Economía asegura que hay importantes oportunidades de inversión en esta industria, las cuales se ven sustentadas por varios factores, como por ejemplo, la cercanía con Estados Unidos, la salida natural al mercado del Pacífico, la posibilidad de establecer nuevas formas de asociación y complementar las inversiones nacionales con recursos externos.

De acuerdo con el catedrático, en los pasados cinco años el precio del litio ha aumentado a un promedio anual de 15 por ciento, y en los siguientes años será clave en el crecimiento de la industria automotriz, por lo que su explotación y control es crucial para los principales gobiernos del mundo.

Recientemente Bolivia se convirtió en el centro de atención de varias empresas y países interesados en el desarrollo de autos eléctricos, pues la nación sudamericana, donde un golpe de Estado derrocó al presidente Evo Morales, tiene una reserva de alrededor de 21 millones de toneladas de litio comprobadas, una de las más importantes del mundo.

De hecho, no son pocos los especialistas que aseguran que el cambio de gobierno en el país sudamericano esconde intereses de Estados Unidos por hacerse del control de este mineral, toda vez que Bolivia forma junto con Argentina y Chile el llamado Triángulo del Litio, región que, se estima, tiene 68 por ciento de las reservas mundiales probadas del mineral.

La importancia del litio se debe a su uso en la elaboración de las baterías de los autos eléctricos, un sector en pleno crecimiento, pero también se puede usar en la industria del aluminio, vidrio y cerámica, aire acondicionado, grasas y lubricantes, caucho sintético, y en pilas de celulares, entre otros.

Proyecto sonorense

Este yacimiento, que encabeza el “El top 10 de las las minas de litio más grandes del mundo” y fue concesionado durante el sexenio del gobierno de Enrique Peña Nieto, tiene reservas probadas y probables de 243 millones de toneladas. Lejos, en segundo lugar, se encuentra Thacker Pass (Humboldt, Nevada, Estados Unidos), con 179.4 millones de toneladas. Bacanora, la empresa canadiense que encabeza el proyecto, señaló en su estudio de viabilidad, que el yacimiento ubicado en Sonora será una operación a cielo abierto a desarrollarse en dos etapas, con una primera capacidad de producción de 17 mil 500 toneladas anuales de litio, mientras en la segunda la duplicará a 35 mil. Asimismo, se espera que su vida sea de 19 años.

México debe trabajar más en el desarrollo de su industria del litio, pero de alcanzar dichos objetivos se metería de lleno en la élite mundial de productores, toda vez que, según la Secretaría de Economía, la lista es encabezada por Australia, cuya producción anual asciende a 14 mil 300 toneladas, le sigue Chile con 12 mil y Argentina, con 5 mil 700 toneladas.

Las reservas de litio en México son muy importantes, pero oficialmente aún no son son tan grandes como las que existen en sudamérica; la realidad es que estamos lejos de las potencias y todavía no existe una industria tan desarrollada, dijo el investigador.

Los otros dos yacimientos en exploración que hay en México son el de Baja California, administrado por la estadunidense Pan American Lithium, y el de San Luis Potosí-Zacatecas, en manos de Litiomex, la cual estima que hay en total 8 millones de toneladas de litio.

 

Agua y Minería, Chile, Litio

Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza exige al Estado cambiar su “actitud ecocida” con la Patagonia por avance minero y salmonícola

En fallo emitido este lunes 9 de diciembre en Santiago. En el caso de Patagonia, y luego de escuchar a delegaciones de Aysén y Magallanes, los jueces determinaron que “la actividad minera y salmonicultura que se realiza en la Patagonia chilena son contrarios con los derechos de la Madre Tierra, por lo que este Tribunal declara la vulneración de los Derechos de la Naturaleza”.

  • Organismo sesionó el 5 de diciembre con la presentación de los casos chilenos Minería de litio en el desierto de Atacama; Amenazas a la Patagonia: reserva de agua y vida; Privatización del agua: el agua como objeto en Chile.

El 5 de diciembre sesionó en Santiago el 5to Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza, organismo internacional creado por la sociedad civil para proporcionar una alternativa sistémica a la protección del ambiente y que reconoce que los ecosistemas tienen derecho a existir, persistir, mantener y regenerar sus ciclos vitales, con legitimación legal en los tribunales. El espacio fue constituido por la Alianza Global por los Derechos de la Naturaleza en enero de 2014.

En esta ocasión, el tribunal fue presidido por el líder indígena ecuatoriano Yaku Pérez, e integrado por la socióloga argentina Maristella Svampay, la directora del Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Chile Nancy Yáñez, el analista internacional Raúl Sohr, el sociólogo chileno Antonio Elizalde y el economista ecuatoriano Alberto Acosta, quien fuera presidente de la Asamblea Constituyente de Ecuador desde donde impulsó, precisamente, la incorporación de la figura de derechos de la naturaleza.

Fiscal de la Tierra fue el abogado ambientalista argentino Enrique Viale, secretaria la ecuatoriana Natalia Greene.

Ante una audiencia de unas 150 personas que se congregaron en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, expertos y afectados expusieron los fundamentos de los tres casos principales: Minería de litio en el desierto de Atacama; Amenazas a la Patagonia: reserva de agua y vida; Privatización del agua: el agua como objeto en Chile. Adicionalmente se pusieron a consideración para su admisibilidad los caso de la Amazonía (varios países) y Vaca Muerta (Argentina). En total, fueron 22 los expositores de Chile, Bolivia, Ecuador, Argentina y Brasil.

Ecocidio en Patagonia

Por la Patagonia fueron ocho los participantes, siendo responsable de la presentación general el director de Codeff Aysén y presidente de la Agrupación Aysén Reserva de Vida Peter Hartmann Samhaber. Como exponentes del caso concurrieron el periodista Patricio Segura Ortiz (Corporación Privada para el Desarrollo de Aysén), el asesor legal Erwin Sandoval Gallardo (Corporación Privada para el Desarrollo de Aysén), la empresaria de turismo local Miriam Chible Contreras (Corporación Chelenko), el médico veterinario Juan Carlos Cárdenas Núñez (Centro Ecocéanos), la abogada Victoria Belemmi Baeza (FIMA). Por los pueblos originarios afectados asistieron las representantes yagán María Luisa Muñoz Manquemilla y kawésqar Leticia Caro Kogler. Acompañó también a la delegación aysenina la dirigenta de la Agrupación “Puro Ibáñez” de Puerto Ingeniero Ibáñez, Rayen Cayún.

Las exposiciones abordaron los impactos ambientales y sociales de los proyectos mineros de Aysén Los Domos (Equus Mining-Southern Gold), El Toqui (Laguna Gold), Cerro Bayo y Mina Javiera (Mandalay Resources), Newmont-GoldCorp y Mina Invierno (Grupo Angelini). Asimismo, el avance depredador de la salmonicultura en toda la Patagonia chilena.

Luego de escuchar a los expositores, el tribunal ratificó que “la Patagonia tiene gran biodiversidad amenazada debido a la presencia de industrias que progresivamente han destruido la naturaleza, y que la explotación del borde marino ha afectado el ecosistema”. El organismo también determinó que “el Estado chileno permitió un genocidio de los habitantes indígenas del extremo sur para poder desarrollar la ganadería ovina, y que el Estado no ha respetado a las comunidades. De igual manera se reconoce la vulneración de los derechos consagrado en la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra en la que se reconoce que cada ser tiene el derecho a un lugar y a desempeñar su papel en la Madre Tierra para su funcionamiento armónico”.

Ante esto, recomendó al Estado chileno “cambiar su actitud ecocida; respetar rigurosamente las áreas protegidas y de conservación; cumplir con los procesos de consulta previa; establecer medidas de precaución para que las actividades humanas no afecten brutalmente los sitios en cuestión; establecer justicia restaurativa para los pueblos originarios afectados; condenar moralmente a las empresas mineras y salmonícola e instarlas a asumir los costos reales de sus acciones”. Asimismo, exigió “al Estado de Chile generar todo las condiciones para adoptar una nueva constitución que consagre Derechos a la Naturaleza”.

Al finalizar, el 5to Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza determinó que “la actividad minera y salmonicultura que se realiza en la Patagonia chilena son contrarios con los derechos de la Madre Tierra, por lo que este Tribunal declara la vulneración de los Derechos de la Naturaleza”.

Litio y agua en Chile

En el caso de la actividad minera y extracción de litio en territorio atacameño, dictaminó el organismo que ha habido violación de los derechos de la naturaleza. “La extracción de litio, junto con la extracción de otros metales preciosos (como el cobre) y minerales (como el potasio) están consumiendo cantidades insostenibles de agua en el desierto de Atacama de Chile, poniendo en riesgo el frágil ecosistema del desierto, su vida silvestre y los medios de vida de los pueblos indígenas Atacameños que ahí habitan” sentenció, calificando la explotación de litio en los salares de Atacama como “minería de agua al encontrarse este mineral en las salmueras”.

Con relación a la privatización del agua en Chile, los jueces llegaron a la convicción que “el agua se ha vuelto un negocio. El agua en Chile es un objeto y es mercantilizada al permitir su privatización”, condenando “el modelo económico extractivista que niega que el agua es vida, debe ser un sujeto político, comunitario y espiritual” y recomendando “incidir y aprovechar el momento Constituyente chileno para establecer que el agua es un sujeto de derechos” como sí ocurre en el caso de la Constitución de Ecuador, que en sus artículos 12, 282 y 318 dictamina que el agua tiene derechos reconocidos y establece también una prelación de su uso.

En la ocasión, además, se decretó la admisión de los casos sobre la Amazonía profundamente afectada por iniciativas de explotación a gran escala y Vaca Muerta (Argentina), por la extracción de combustibles fósiles a través de fractura hidráulica (fracking).

 

Fuente:https://futurorenovable.cl/tribunal-internacional-de-los-derechos-de-la-naturaleza-exige-al-estado-cambiar-su-actitud-ecocida-con-la-patagonia-por-avance-minero-y-salmonicola/?fbclid=IwAR3s3clc85w3Di9y-eKW2eNllB4_wcVXhC8X0sHdVXeUflwwCC3UMN8l3jQ

Bolivia, Litio

Detrás del Golpe: la industrialización del litio en Bolivia

Alrededor del 85% de las reservas de Litio en el mundo se encuentran en el denominado “Triángulo del litio” compuesto por Argentina, Bolivia y Chile. Esas reservas se encuentran en condiciones de explotación únicas y por ese motivo permiten costos de procesamiento y producción mucho menores a los de los combustibles fósiles.

Venimos adelantando que el  el litio se constituye en la actualidad como recurso natural estratégico al consolidarse como:

1) Factor clave en el cambio de matriz energética: el litio se necesita para la confección de acumuladores eléctricos que permiten contener la energía generada mediante recursos renovables, ya que esta es intermitente y fluctuante, por lo que debe ser acumulada.

2) Determinante en la modificación del patrón tecnológico, ya que las baterías que denominadas ion-litio serán el motor que impulsará la movilidad de los próximos años mediante los autos eléctricos. Además estas baterías son utilizadas en casi todos los dispositivos electrónicos portátiles como celulares, y computadoras.

También mencionamos que, en el caso del litio, no se rompe la dinámica de los recursos naturales en general: el litio se consume en los países del  “centro”, pero es expropiado de los países de la “periferia” mediante su explotación por grandes multinacionales. Esto da cuenta del clásico esquema dependiente de producción de manufacturas y productos industriales con agregado de valor para los primeros, y exportación de materias primas para los segundos, dinámica que ha atado a nuestros países al “subdesarrollo”

Entonces, si el litio emerge como factor clave para garantizar la transformación de la matriz energética y del patrón tecnológico y las mayores reservas del mundo se encuentran en los países del denominado triángulo del litio, resulta simple comprender que el tablero de la geopolítica mundial estará atravesado por la disputa por los recursos naturales estratégicos, al constituirse estos como elemento esencial  de poder, porque permiten modificar o sostener el status quo vigente.

Importa aclarar que la dinámica del sistema internacional actual está signada por una transición hegemónica de los polos de poder, caracterizada por la pérdida de poder relativo de Estados Unidos, frente al crecimiento de la República Popular China.

La avanzada china mediante el proyecto de “una franja-una ruta” supone grandes amenazas a los Estados Unidos en su rol de potencia, por lo que debe garantizar su hegemonía, al menos en el plano regional, para disputar poder en el escenario internacional. Es por eso que, desde que Donald Trump asumió el poder, la potencia del norte vuelve a utilizar la Doctrina Monroe como instrumento de política exterior para con los países de América Latina y el Caribe; buscando revitalizar la hegemonía sobre lo que considera su zona geopolítica de influencia inmediata, es decir su “patio trasero”. América Latina y el Caribe se constituye, para el país del norte, como la región clave en términos geoestratégicos, geoeconómicos y geopolíticos para sostener su poder en occidente.

De estas afirmaciones se deduce rápidamente, que todas las acciones ejecutadas desde nuestros países, tendientes a poner en cuestión la hegemonía que Estados Unidos necesita consolidar en la región, estarán en el foco de la política exterior del país del Norte.

Mediante la utilización de todo tipo de instrumentos de política ya sean judiciales, financieros, económicos, diplomáticos, militares, comunicacionales, culturales, de inteligencia; o a través de instituciones de crédito como el FMI u organismos multilaterales como la OEA, buscará subyugar la voluntad de los países de América Latina y el Caribe a sus deseos. Necesita a la región controlada y actuando en pos de sus intereses.

Frente a esto, adquiere importancia lo mencionado al principio de esta nota: el litio se constituye como factor clave en el cambio de matriz energética y de patrón tecnológico, es decir, se constituye como factor de poder para liderar la disputa geopolítica por los recursos naturales y garantizar la consolidación de la actual transición hegemónica.

Bolivia posee las mayores reservas de litio en salmueras en el mundo, en el Salar Uyuni y, a  diferencia de lo que ocurre en Argentina y Chile, donde el recurso se encuentra en manos de multinacionales que responden a intereses foráneos, en Bolivia es el Estado Plurinacional el que controla de forma soberana el recurso y lo explota de acuerdo a los intereses nacionales. Este hecho supone, sin lugar a dudas, tensiones con Estados Unidos, ya que claro está, las políticas implementadas por Evo Morales, distan mucho de las que las que el país del norte desea para Bolivia.

Y es que el triunfo Evo Morales Ayma en 2006, supuso el inicio del proceso que pretendía poner fin a la opresión y subordinación del pueblo boliviano a los intereses de grandes corporaciones y potencias.

En relación a los recursos litiferos, el proceso de nacionalización e industrialización comenzó en 2008, cuando Evo decidió otorgar entidad a la histórica demanda de las comunidades mineras bolivianas: que los recursos evaporíticos del Salar Uyuni se exploten  por el Estado. Desde la época de la colonia hasta su constitución como Estado Nación los recursos naturales de Bolivia eran explotados por las grandes potencias mediante sus diversos instrumentos extractivistas . Esa explotación por supuesto poco tenía en cuenta los intereses de las comunidades locales.

Es así, que el proyecto de industrialización del Salar Uyuni, fue presentado por los movimientos sindicales campesinos que decidieron elevar la demanda al nuevo Presidente. El mismo suponía alcanzar la producción de carbonato de litio y cloruro de potasio mediante la creación de una empresa pública y estatal.

Así, una demanda popular se transformó en una política de Estado.

Formalmente el proceso se inició en el 2008 con la Sanción del Decreto 29.496 que eliminaba el régimen concesional y otorgaba estatus Nacional la explotación de los Recursos Evaporíticos del Salar Uyuni. A esto se le sumó la Ley Nº 3720 que devolvía a la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL) la posibilidad de  participar directamente en toda la cadena productiva con las funciones de prospección y exploración, explotación, concentración, fundición y refinación, comercialización de minerales y metales y administración de las áreas fiscales (1)

En 2008 mediante la resolución Nº 3801  se aprueba el Proyecto de Desarrollo Integral de Salmueras del Salar Uyuni y la instalación y puesta en marcha de una Planta Piloto para el procesamiento de litio (2). Además ese mismo año se crea  dentro de la estructura de la COMIBOL, la Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos (GNRE) antesala para la creación, en 2017, de la empresa pública, estatal y nacional Yacimientos Litiferos Bolivianos.

El proceso de nacionalización y afianzamiento de los recursos naturales como propios, entendiendo esto como clave para la elaboración y ejecución de una política exterior soberana, continuó con la aprobación en 2009 de la Nueva Constitución Política del Estado (3), donde los recursos naturales son declarados de carácter estratégico e interés público.

Para llevar adelante el proceso de industrialización se diseñó la Estrategia Nacional de Industrialización de los Recursos Evaporíticos (4) que contemplaba tres fases a través de las cuales el Estado boliviano comenzaría a controlar toda la  cadena de valor de producción del litio.

Fase 1:Esta fase suponía la producción de commodities de litio y potasio a escala piloto.  Fue concretada con éxito cuando se inauguró en enero de 2013 la Planta Piloto de Carbonato de Litio en LIppi LIppi.

Fase 2: Producción industrial  de Carbonato de litio, Cloruro de Potasio y sulfato de Potasio. Esta fase suponia la construcción de  la infraestructura y condiciones necesarias para que el el Estado Boliviano produzca commodities de litio y potasio a escala industrial.

Con esto se esperaba que el Estado Boliviano tenga total control y conocimiento del procesamiento y producción de los recursos del Salar Uyuni. Esto le permitiría, una vez consolidado, insertarse en el mercado mundial del litio sin depender ni de los recursos, ni de las maquinarias, ni de las inversiones, ni de la técnica, ni de las condiciones de las grandes multinacionales. El litio de los salares bolivianos se explotaría desde y para ese mismo país.

Ya en 2017 mediante la sanción de la Ley Nº 928 se creó la Empresa Pública Nacional Estratégica Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB),  en reemplazo de la Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos (GNRE). La ley afirmaba que “Yacimientos de Litio Bolivianos, era responsable de realizar las actividades de toda de la cadena productiva: prospección, exploración, explotación, beneficio o concentración, instalación, implementación, puesta en marcha, operación y administración de recursos evaporíticos, complejos de química inorgánica, industrialización y comercialización” (5)

El cambio de institucional de GNRE a YLB implicó el traspaso de tutela de la entidad, del Ministerio de Minería y Metalurgia, al Ministerio Energías de Bolivia. Este hecho da cuenta de la comprensión de lo que mencionamos al principio, de que el litio resulta clave en la transformación de la matriz energética, al ser el recurso que permitirá la confección de baterías de ion-litio necesarias para los autos eléctricos y la fabricación de acumuladores energéticos.

La creación de YLB  además permite además avanzar en la Fase 3 del proceso de industrialización inicial: Fabricación industrial de materiales catódicos  y baterías de litio.

En relación a esto último importa aclarar que son pocos los países que cuentan con los recursos científicos, tecnológicos y técnicos para la fabricación de baterías y materiales catódicos, por ese motivo una de las disposiciones de esta tercer fase es que el proceso de fabricación de estos materiales con alto nivel tecnológico-científico, se realice en alianza con un socio estratégico.

En abril de 2018, la empresa alemana ACY Systems fue seleccionada por reunir las mejores oportunidades económicas, tecnológicas y de mercado; luego de que el Estado boliviano definiera las condiciones que mínimamente debería cumplir la empresa o el consorcio, para ser seleccionado para la fase III en carácter de socio estratégico de YLB (donde se destaca que se mantenga la participación mayoritaria estatal -51%- y garantizar mercado para los productos producidos por la asociación en territorio boliviano, en especial las baterías de ion-litio). El acuerdo entre la empresa boliviana y la empresa alemana tenía como finalidad la instalación de una planta de producción de materiales catódicos y baterías de ion-litio.

El acuerdo entre Bolivia y Alemania ha suscitado múltiples debates y en ese sentido resulta importante aclarar que el mismo, lejos está de implicar sesión de soberanía en la explotación del litio en Bolivia. Tal y como afirma  Luis Alberto Echazú A. Gerente de Yacimientos de Litio Bolivianos “¿qué hará la empresa alemana? Pues aportará tecnología, mercado y financiamiento para que la empresa mixta conformada por YLB (Yacimientos de Litio Bolivianos con mayoría del 51% y ACI Systema con el 49% CONJUNTAMENTE procesen un residuo denominado salmuera residual, para producir en primer lugar Hidróxido de Litio, un producto industrial de alto valor comercial y a partir de él, un segundo complejo industrial de alta tecnología, conformado por una planta de materiales catódicos (nanotecnología = Sulfatos hidratados de Cobalto, Níquel y Manganeso y Fosfato de Hierro de altísima pureza, prácticamente puros) y finalmente las celdas y el ensamblado de baterías de ion Litio, todo esto en Bolivia. Toda esta cadena industrial es obtenida entonces a partir de un residuo, la llamada salmuera residual. Pero, ¿será que esta salmuera residual se entregará a la empresa alemana? Absolutamente NO. Esta salmuera será VENDIDA, no a la empresa alemana para que se la lleve a Europa, sino a la asociación o empresa mixta en la cual la empresa boliviana YLB tiene la mayoría accionaria y por tanto recibirá la mayoría de las utilidades. Además esta venta genera ingresos para YLB, y por ello debe pagar la regalía correspondiente, para Potosí.

Tenemos entonces que YLB vende como propietaria y empresa matriz, la salmuera residual a su empresa subsidiaria, la empresa mixta, que compra el producto. Como ya vimos este producto no sale de Bolivia, es transformado en productos de alto valor que serán exportados a Europa.

¿Puede ser esto caracterizado como una entrega del salar? Absolutamente NO. La empresa alemana no tiene ningún derecho sobre extensión alguna del salar de Uyuni, así como ninguna otra empresa privada nacional y menos extranjera puede ni podrá tenerlo. No hay entrega alguna, pero sí industrialización en Bolivia de los recursos evaporíticos del salar de Uyuni, que se mantiene y mantendrá como propiedad soberana del pueblo boliviano.” (6)

Además del acuerdo firmado con Alemania, Bolivia a través de YLB, firmó este año un acuerdo preliminar con el consorcio chino TBEA-Baocheng para construir plantas industrializadoras de litio en los salares de Coipasa y Pastos Grandes. Esta planta procesaría un tipo de salmuera que produce Litio Metálico. Este es un producto de alto valor de un uso en tecnología de punta que pocos países fabrican, a través de este acuerdo, Bolivia se constituye también como uno de los pocos países en el mundo en producirlo.

Importa entonces mencionar la relevancia de este acuerdo, ya que China es en la actualidad el mayor productor de vehículos eléctricos mediante su empresa BYD que ha desplazado de este puesto a la norteamericana TESLA. Es además el mayor consumidor de carbonato de litio del mundo así como también de los productos industriales derivados de este recurso. La dinámica industrial y tecnológica se concentra en ese país,  es el mayor exportador de autos eléctricos y controla el mercado de baterías de litio y de acumuladores eléctricos.

En Junio de 2019 el presidente Xi Jinping y Evo Morales mantuvieron una reunión donde entre otras cosas las dos naciones acordaron establecer una asociación estratégica en cuatro niveles:

-Fortalecer la confianza política mutua, apoyando los intereses centrales de cada uno e intercambiando experiencias sobre gobernanza.

-Expandir la cooperación en el marco de la Ruta de la Seda.  Esto incluye el establecimiento conjunto de un nuevo modelo cooperativo con la integración de los sectores de inversión, comercio y servicios, así como la búsqueda de un equilibrio comercial con el desarrollo de varios proyectos como agricultura, manufactura, energía renovable e infraestructura.

-Mejorar la cooperación en sectores como la cultura, la educación, el deporte, los medios de comunicación, el turismo y la preservación del patrimonio cultural para profundizar los intercambios entre personas.

-Promover la coordinación multilateral en el marco de las Naciones Unidas sobre el desarrollo sostenible y el cambio climático, para salvaguardar los derechos de los países en desarrollo.  Esto incluirá la construcción de un nuevo tipo de relaciones internacionales y la construcción de una comunidad con un futuro compartido para la humanidad. (8)

-Sin lugar a dudas el acuerdo entre China y Bolivia es una alianza estratégica muy importante y significa enormes potencialidades; siendo, por supuesto, una molestia para los Estados Unidos, que ven en dicha alianza una “avanzada china” en lo que considera su zona de influencia directa.

A todo este proceso se suma que, recientemente, salió a la venta el primer automóvil eléctrico fabricado 100% en Bolivia. La empresa Quantum ubicada en Llajta, Cochabamba, es la compañía que ha desarrollado este vehículo, uno cuya batería y ensamblaje se fabricó totalmente en el país.

Como hemos detallado en el Informe Nº1 (9), la fabricación de autos eléctricos se encuentra en el centro de la disputa por el control del cambio tecnológico. Pocos Estados llevan adelante este proceso, que por supuesto otorga enormes ventajas a quien asuma su control y justamente por eso se encuentra en el centro de la disputa entre Estados Unidos y China.

Detengámonos un minuto en la dimensión de este hecho: un país latinoamericano controla sus recursos naturales y los explota de acuerdo a sus necesidades. Además de eso y sin ningún tipo de “ayuda” de los Estados Unidos se inserta en el mercado de litio como un actor clave. Y no lo hace exportando commodities mineros sin ningún tipo de agregado de valor como Argentina y Chile, sino que fabrica baterías, acumuladores y autos eléctricos, tecnología de punta.

Históricamente en nuestros países, todos los procesos, como este, que desde la estructura del  Estado han pretendido poner fin a la subordinación ejercida por Estados Unidos, han sido boicoteados por esta potencia mediante el uso de diversos instrumentos de poder.

Echar luz sobre estos procesos nos permitirá comprender fácilmente que el golpe consumado contra Evo Morales es consecuencia de la acción de diversos sectores de la sociedad civil y de las FFAA y seguridad que, en su estado de subordinación y sometidas a un total imperialismo cultural fogoneadas muchas veces por organismos de inteligencia, accionan en pos de intereses que no les corresponden ni pertenecen, y que permiten la perpetuación de un sistema opresivo, injusto y desigual.  Esos organismos de inteligencia operan en el extranjero acorde a los intereses de Estados Unidos mediante mecanismos de desestabilización local, construyendo escenarios de fragilidad y vulnerabilidad que permitan ejecutar políticas directas para poner fin a aquellos procesos que signifiquen una amenaza para la seguridad de Estados Unidos. (10)

La OEA viene actuando como el instrumento que garantiza los intereses de Estados Unidos en la región. En esa línea se destaca el papel desempeñado este ultimo año en los diversos conflictos politicos de America Latina. Los casos más notorios son:

-Desconocimiento del presidente electo en Venezuela Nicolás Maduro y reconocimiento de Juan Guaidó para tal cargo.

-Respaldo a Lenin Moreno frente a masivas protestas del pueblo ecuatoriano en contra de las políticas neoliberales implementadas por este último.

-Respaldo y legitimación hacia Sebastián Piñera en Chile, a través del silencio frente a la violencia institucional ejercida directamente por el gobierno chileno contra las movilizaciones efectuadas por el pueblo, contra las políticas neoliberales.

Estos hechos, sumado al papel ominoso de la OEA  en todo el proceso electoral boliviano, da cuenta de la vocación injerencista de la potencia norteamericana a través de este organismo. Pone en evidencia que lejos de ser un instrumento para garantizar la paz en la región, es utilizado para consolidar los deseos de EEUU en América Latina y el Caribe.

El  saludo de Trump al accionar de los militares bolivianos da cuenta también de que el Golpe era una acción programada que pretendía poner fin al proceso de insubordinación que desde el  2006 venía llevando adelante la Bolivia de Evo Morales.

Y es que incluso respetando a la auditoría de la OEA, cuyo informe no brinda datos certeros, y llamando a elecciones nuevamente para garantizar la paz en Bolivia, los sectores entreguistas y cipayos del país, en alianza con las Fuerzas Armadas, instaron a la renuncia de Evo Morales, a lo que se le sumó la ejecución de múltiples acciones de violencia contra todos  y todas los dirigentes políticos del MAS.

Bolivia logró consolidarse como un actor fundamental en el mercado mundial del litio y estaba preparado para dar el gran salto y  establecerse como líder del cambio de matriz energética y patrón tecnológico en la región latinoamericana y caribeña. Sin embargo el golpe de Estado ha detenido el  proceso. El martes nos enteramos que en un parlamento sin quórum y solo con diputados opositores a Evo Morales, Jeanine Añez se autoproclama presidente de Bolivia, a pesar de no contar con las condiciones constitucionales para hacerlo.

Además el mismo domingo 9 de Noviembre, las acciones de la empresa Estadounidense TESLA, cuyos productos se fabrican a base de litio, aumentaban exponencialmente, tendencia que continuó estos días.

Estados Unidos necesita hacerse de los recursos naturales estratégicos que hay en la región para consolidar  su hegemonía a nivel regional de cara a la disputa hegemónica global actual. Frente a esto, el pueblo boliviano debe proteger su soberanía y tutelar que las políticas nacionales, soberanas y estratégicas que ha logrado conseguir en esta materia los últimos años, no sean sometidas al control de intereses extranjeros.

Fuerza a Evo Morales y a todo el pueblo boliviano.

Notas:
1- Sobre la Ley Nº 3720 ver http://www.mineria.gob.bo/juridica/20070731-16-26-44.pdf
2-Sobre la Resolución Nº 3801 ver https://www.ylb.gob.bo/resources/normativa_legal/02_rd_3801.2008.pdf
3-Sobre la Constitución Política del Estado ver https://www.oas.org/dil/esp/Constitucion_Bolivia.pdf
4-Para ver más sobre la Estrategia Nacional de Industrialización de Recursos Evaporíticos: http://www.revistasbolivianas.org.bo/pdf/rmym/n7/n7a08.pdf
5-Para ver más sobre la Ley Nº 928: https://www.ylb.gob.bo/resources/normativa_legal/04_ley_928.2017.pdf
6-Nota completa disponible en: https://cenack.com/los-detractores-de-la-industrializacion-del-litio/
7-https://www.ende.bo/index.php
8-Nota completa disponible en: https://news.cgtn.com/news/3d3d414d35496a4d78457a6333566d54/index.html
9-https://cenack.com/informe-no-1-cambio-de-matriz-energetica-y-patron-tecnologico-la-importancia-estrategica-del-litio/
10- Nota completa disponible en:https://cenack.com/la-doctrina-militar-estadounidense-los-organos-de-inteligencia-y-su-injerencia-en-el-extranjero/

Bibliografía utilizada:

-Bruckmann Mónica. 2011. Recursos Naturales y la Geopolítica de la Integración Sudamericana.

-Castello Andres y Kloster Marcelo. 2015. Industrialización del Litio y agregado de valor local. Buenos Aires. CIECTI.

-Fornillo Bruno. 2019. Litio en Sudamérica. Geopolítica, Energía, Territorios. Buenos Aires. Editorial El Colectivo. CLACSO.

-Fornillo Bruno. 2014 ¿A qué llamamos recursos naturales estratégicos? El caso de las baterías de litio. Revista Estado y Políticas Públicas Nº 3. Año 2014. ISSN 2310-550X pp 79-89

-Montenegro Bravo, J. C. El modelo de industrialización del litio en Bolivia. Revista de Ciencias Sociales, segunda época, año 10, nº 34, Bernal, Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes, primavera de 2018, pp. 69-82, edición digital.

-Nacif Federico y Miguel Lacabana. 2015. ABC del Litio Sudamericano: Soberanía, Ambiente, Tecnología e Industria. Buenos Aires. Centro Cultural De la Cooperación. Universidad Nacional de Quilmes.

-Sabino Vaca Narvaja y Zou Zhan. 2018. China, América Latina y la geopolítica de la Nueva Ruta de la Seda

 

Fuente:https://www.clacso.org/detras-del-golpe-la-industrializacion-del-litio-en-bolivia/

Litio, Perú

Suecia busca litio en América del Sur en medio de la fiebre del oro blanco

Suecia está mirando hacia Perú y otros países sudamericanos en busca de amarres de litio en medio de una carrera mundial para asegurar el suministro del metal «oro blanco» que es clave para las baterías que impulsan los vehículos eléctricos.

 

Un funcionario comercial de alto rango de la nación escandinava dijo a Reuters por teléfono que las empresas en Suecia, que están impulsando tales baterías son el hogar de la marca mundial de automóviles Volvo, estaban buscando alianzas con productores regionales de litio y cobre.

Los gobiernos y fabricantes de automóviles de todo el mundo, con un ojo en la enorme demanda esperada de autos eléctricos, buscan sellar los amarres para el metal ligero, incluso en el llamado «triángulo de litio» centrado en Chile, Bolivia y Argentina.

 

Perú, uno de los principales productores de cobre, también está buscando abrirse camino en la acción. Plateau Energy Metals de Canadá anunció el año pasado el descubrimiento de 2.5 millones de toneladas de recursos de litio de alta ley en el sur del país, con el potencial de ser la mina de litio más grande del mundo.

 

«Lo que se ve en Suecia, Alemania, en muchos países ahora es cómo vamos a obtener los materiales y minerales necesarios para el futuro de la electrificación», dijo a Reuters Niklas Johansson, secretario de Estado del Ministro de Comercio Exterior.

«Esto no solo es litio, sino también cobre, que es muy importante en Perú».

Johansson agregó que un gran impulso de China en el litio fue poner de relieve el suministro mundial. El gigante asiático está realizando un importante impulso estratégico para reforzar a sus fabricantes de baterías y fabricantes de automóviles eléctricos de fabricación local.

 

«Si alguien controla mucho, esto no es bueno para los precios (de litio), no es bueno para la competencia y también se convierte en un problema de seguridad y en un problema de suministro de seguridad», dijo, y agregó que era importante para los países como Suecia. Una «gama de suministros en diferentes partes del mundo».

 

China produce casi dos tercios de las baterías de iones de litio del mundo y controla la mayoría de las instalaciones de procesamiento de litio en todo el mundo, según datos de Benchmark Minerals Intelligence, que rastrea los precios del litio.

En la región, Tianqi Lithium Corp de China ha adquirido una gran participación en la minera chilena SQM. Alemania también ha hecho un gran impulso con un acuerdo en Bolivia para ayudar a explotar las enormes reservas sin explotar del país.

 

La propia industria automotriz de Suecia incluye autos Volvo, ahora controlados por el gigante automotriz chino Geely, y los fabricantes de camiones AB Volvo y Scania. La firma sueca Northvolt comenzará la construcción en agosto de una enorme planta de baterías de iones de litio.

En cobre, también necesario para la revolución eléctrica, Perú es el segundo productor más grande del mundo.

Johansson agregó que las empresas suecas estaban interesadas en posibles suministros de litio en la región, pero también en ayudar a desarrollar los depósitos.

 

«Hay muchas compañías que están interesadas en comprar litio y comprar litio, y también hay otras empresas suecas que son proveedoras de minas que están muy interesadas en ayudar a que las minas sean más sostenibles», dijo.

 

Fuente:https://tiempominero.com/contenido.php?id=1685

Argentina, Bolivia, Chile, Litio

La fiebre del litio amenaza a las culturas indígenas de los desiertos de sal andinos

La extracción de este metal alcalino para las baterías de los coches eléctricos requiere enormes cantidades de agua. Argentina, Bolivia y Chile son los más afectados.

No hace falta ser experto en energía para darse cuenta de que es imperativo buscar alternativas a los combustibles fósiles, entre otras cosas, porque estamos llegando al principio del fin de la producción de petróleo, pero sobre todo porque los efectos destructivos que provocan –agotamiento permanente de fuentes de agua, deforestación, inundaciones, vertidos tóxicos, incendios, huracanes, subida de los niveles del mar,  etc.–  son cada vez más palpables para la mayoría de la población mundial.

Una de las soluciones tecnológicas para paliar los deletéreos efectos de la economía del petróleo es la producción de automóviles eléctricos.  El estado de California, por ejemplo, planea reducir la emisión de gases en un 40% hasta llegar a niveles inferiores a los de 1990. Para ello, proyecta crear una serie de incentivos financieros y de regulaciones que permitan que en el 2030 haya 4.2 millones de autos eléctricos en su parque automovilístico.  En Europa algunos estados como Holanda tienen objetivos incluso más ambiciosos y aspiran a tener un parque automovilístico 100% eléctrico para el 2030.

Con semejantes incentivos estatales, los principales productores de autos mundiales –Ford, Toyota, Nissan, General Motors, BMW, etc.– hace tiempo ya que llevan experimentando con vehículos híbridos y modelos eléctricos, pero ninguna de ellas iguala en ambición ni en grandilocuencia tecno-utópica a la californiana TESLA y a su capitán de industria Elon Musk. Como Steve Jobs en su día, Musk,  portada incluso de revistas de entretenimiento como Rolling Stone,  es idealizado o vilipendiado como el auténtico gurú de una secta que podría salvarnos del apocalipsis ecológico sin renunciar a la comodidad de nuestros vehículos utilitarios. De las paredes de la gigafactory de Tesla en Nevada cuelga un cartel enorme que reza: “Para acelerar la transición mundial a la energía sustentable”.

TESLA produce automóviles eléctricos de lujo con la promesa de alcanzar niveles de producción masivos y precios al alcance de las clases medias. Pero, como el iphone en su día, los automóviles TESLA son mucho más que un automóvil: son el futuro, “un sueño hecho realidad”, como le escuché decir a una de sus usuarias californianas. Los modelos TESLA poseen, entre otras cosas, reconocimiento facial , capacidad de estacionarse automáticamente y, eventualmente, autonomía para operar sin control humano. Además de sus vehículos eléctricos, Musk ha producido en Australia la batería de litio más grande del mundo con 100 megavatios de potencia para abastecimiento eléctrico doméstico, planea fabricar camiones eléctricos para el transporte de mercancías pesadas e incluso lanzar automóviles que alcancen la luna.

Con estos mimbres resulta casi imposible restarse al optimismo tecnológico que promueve Musk, o, si no se comparte su visión futurista, al menos no reconocer la necesidad de iniciar lo antes posible una transición hacia el uso de energías alternativas al petróleo, a ser posible renovables y más limpias. Sin embargo, antes de aceptar las nuevas soluciones tecnológicas que se nos ofrecen, deberíamos, por una cuestión de ética esencial, preguntarnos de dónde vienen los materiales que hacen posible el uso de estas nuevas energías en la producción de vehículos limpios.

En este caso la pregunta puede ser bastante simple y, a la vez, bastante esquiva. La funcionalidad de los vehículos eléctricos depende de la capacidad de fabricar baterías relativamente livianas. Hoy por hoy esto se consigue fabricando baterías de litio, las mismas que también hacen posible que la batería de nuestros celulares y computadores funcione sin estar conectada a una fuente de red.  La pregunta entonces es: ¿De dónde viene el litio y qué efectos tiene su minería en las comunidades donde opera?

El litio está bastante concentrado en ciertas áreas geográficas. Hay litio en roca en Australia, en Carolina del Norte (Estados Unidos) y en algunos lugares de China, pero la forma más barata de extraer litio es mediante evaporación en salares (lagos de sal formados tras un prolongado periodo de erupción volcánica). Hay salares en Tíbet y en Nevada (Estados Unidos), pero la mayoría de las reservas mundiales de litio –entre el 80% y el 85% dependiendo de los expertos—están en una zona transandina que se extiende a través de las fronteras de Argentina, Bolivia y Chile e incluye los salares de Atacama (Chile), Hombre Muerto, Olaroz y Salinas Grandes (Argentina) y Uyuni y Coipasa (Bolivia) entre otros muchos de menor tamaño. Se trata de cuencas endorréicas (cerradas al flujo de los ríos y otros cauces de agua) que oscilan entre los 2,400 y los 4,000 metros de altitud y que presentan índices de precipitación muy bajos y de radiación muy altos. O dicho más prosaicamente: hace mucho calor en el día, mucho frío en la noche y hay muy poco agua para la vida en general.

La revista Forbes, que rebautizó la zona con el nombre de «Arabia Saudí del Litio», describe en estos términos el Salar del Atacama:

«Nada crece en el corazón del Salar de Atacama, esta antigua cuenca lacustre, 700 millas al norte de Santiago, debe ser el lugar más seco del planeta, una tierra baldía, cubierta de una costra de rocas de sal que se parece a una plasta de vaca […]. Si no fuera por la preciosa salmuera que burbujea 130 pies por debajo de la superficie, los humanos se mantendrían alejados del Salar de Atacama».

Se trata de un gesto típicamente colonial: ver el territorio vacío para evitar hacerse cargo de los potenciales impactos ambientales y humanos que pueda causar la actividad emprendida por un agente foráneo como la minería del litio. Sin embargo, si el periodista de Forbes hubiera sido un poco menos bárbaro, se hubiera informado de que en los oasis que bordean el Salar de Atacama viven comunidades indígenas, según el registro arqueológico, al menos desde el 8,000 AD. De hecho, el pueblo atacameño o Lickan Antay –gente de la tierra en kunza, su lengua– fue capaz de levantar toda una civilización en mitad del desierto más árido del mundo, domesticar la llama y otros camélidos para utilizarlos en sus largas caravanas transandinas, emplear el fruto del chañar y del algarrobo (dos de los pocos árboles que crecen en estos parajes) para aportar proteína a su dieta y fabricar “aloha”, un licor utilizado en ceremonias y ritos. En los Oasis del Salar de Atacama se cosecha hoy alfalfa, maíz, papas y habas; en sus huertos sigue habiendo árboles frutales que reciben agua a través de un escrupuloso sistema de uso comunal del agua que convive con el turismo ecológico y otros emprendimientos comunitarios. Y por si todo eso fuera poco además han sobrevivido a las distintas olas de colonialismo desde la llegada de los españoles hasta el presente.

Por eso, las malas noticias para los inversionistas de Forbes y para el optimismo tecnológico del norte es que, lejos de ser una tierra baldía, el Salar de Atacama, como el resto de territorios del llamado triángulo suramericano del litio, sigue habitado por las comunidades ancestrales Aymara, Quechua, Kolla y Lickan Antay que son, según derecho consuetudinario, los legítimos dueños del territorio, los que lo siguen haciendo florecer respetando sus ciclos de regeneración mediante todo un sistema ritual de pagos a la tierra y respeto a la naturaleza.

A diferencia de los occidentales, estos pueblos indígenas, que se consideran los herederos directos de los Incas, no ven la naturaleza como un objeto exterior a ellos del que pueden disponer a capricho o destruir, sino como un ser vivo. Verónica Chávez, de la comunidad de Santuario de Tres Pozos en Salinas Grandes (Argentina), cuenta que el Salar es un ser vivo con sus venas de agua y sus ciclos de regeneración que atraviesan la estación de las lluvias hasta secarse y hacer brotar la sal que se cosecha después, en la estación seca, como una planta más. Por eso cuando llegaron las mineras del litio a explotar el Salar, el efecto en ella fue demoledor: “Por lo que yo vi, era que gente venía sin conocimiento, no les importaba nada el destrozo de nuestra Mamita Pacha, le tiraban ácido, le rompían la venita de agua, ¡hacían todo un desastre! Y para mí es un dolor eso, porque ella es una mamita para mí, a una madre no se le hace eso”.

Conviene, no obstante, no idealizar ni romantizar a los pueblos indígenas de los salares. En la cuenca de Salinas Grandes, Argentina, han logrado parar, de momento, la explotación del litio, pero unos kilómetros más al este, en Olaroz y Laguna Guayatayoc, las comunidades Lickan Antay han firmado un acuerdo con la minera Orocobre (proveedor principal de litio para Toyota). Lo mismo sucede en el Salar de Atacama donde la norteamericana Rockwood Lithium, subsidiaria del gigante minero Abermale, tiene convenio con la mayoría de comunidades indígenas. A veces estos convenios se firman por intereses, porque las comunidades tienen necesidades de infraestructura o fuentes adicionales de ingresos y, otras veces, se hace a regañadientes, porque si van a sacar el mineral de la tierra es mejor que quede algo en las comunidades. Pero en todos los casos, los pueblos indígenas quieren lo mismo: que se aplique el convenio 169 de la OIT, que haya consulta previa, libre e informada; en el caso de la cuenca de Salinas grandes, sus 33 comunidades incluso tienen un protocolo llamado Kachi Yupi, huellas de sal en quechua, que estipula cómo llevar a cabo esta consulta.

La realidad, sin embargo, no parece dispuesta a respetar la voluntad de estos pueblos indígenas. La presión que ya existía sobre el litio se está incrementando exponencialmente porque si para una batería de teléfono móvil hacían falta 3 gramos de litio, para un auto eléctrico hacen falta casi 20 kilos, más de 50 si se trata de uno de los rutilantes modelos de TESLA.

Con el cambio de ciclo político en Argentina y Chile parece que se han abierto las puertas definitivamente para la explotación sin límites del llamado oro blanco de los salares. Mauricio Macri en Argentina está otorgando licencias de explotación sin consultas y sin muchas cortapisas, hay en la actualidad hasta 63 proyectos aprobados en las provincias de Salta, Jujuy, Catamarca y La Rioja. Del mismo modo, en Chile, con la llegada de Sebastián Piñera al poder, la minera SQM –una de las más corruptas de la región, privatizada durante la dictadura de Pinochet y vendida a su yerno Julio Ponce Lerou, envuelto hoy en escándalos de financiación política ilegal– acaba de llegar a un acuerdo con el Estado chileno para retomar y aumentar la explotación de litio en el Salar de Atacama. Paralelamente, Elon Musk visita clandestinamente el país para explorar la posibilidad de abrir una megafábrica de baterías de litio en Chile con gran regocijo de las clases dirigentes.

Estos movimientos entre bambalinas, sin duda, hacen que las comunidades indígenas se sientan amenazadas. Saben que la minería del litio extrae grandes cantidades de salmuera y agua que luego se secan al sol en mega piscinas, son conscientes de que viven en cuencas cerradas cuyas fuentes de agua están interconectadas y pueden llegar a secarse definitivamente haciendo la vida en el salar inviable. Como explica Sandra Flores, de la comunidad de Coyo en Atacama, esta posibilidad se vive como un potencial genocidio cultural. En sus propias palabras:

La extracción de este metal alcalino para las baterías de los coches eléctricos requiere enormes cantidades de agua. Argentina, Bolivia y Chile son los más afectados.

No hace falta ser experto en energía para darse cuenta de que es imperativo buscar alternativas a los combustibles fósiles, entre otras cosas, porque estamos llegando al principio del fin de la producción de petróleo, pero sobre todo porque los efectos destructivos que provocan –agotamiento permanente de fuentes de agua, deforestación, inundaciones, vertidos tóxicos, incendios, huracanes, subida de los niveles del mar,  etc.–  son cada vez más palpables para la mayoría de la población mundial.

Una de las soluciones tecnológicas para paliar los deletéreos efectos de la economía del petróleo es la producción de automóviles eléctricos.  El estado de California, por ejemplo, planea reducir la emisión de gases en un 40% hasta llegar a niveles inferiores a los de 1990. Para ello, proyecta crear una serie de incentivos financieros y de regulaciones que permitan que en el 2030 haya 4.2 millones de autos eléctricos en su parque automovilístico.  En Europa algunos estados como Holanda tienen objetivos incluso más ambiciosos y aspiran a tener un parque automovilístico 100% eléctrico para el 2030.

Con semejantes incentivos estatales, los principales productores de autos mundiales –Ford, Toyota, Nissan, General Motors, BMW, etc.– hace tiempo ya que llevan experimentando con vehículos híbridos y modelos eléctricos, pero ninguna de ellas iguala en ambición ni en grandilocuencia tecno-utópica a la californiana TESLA y a su capitán de industria Elon Musk. Como Steve Jobs en su día, Musk,  portada incluso de revistas de entretenimiento como Rolling Stone,  es idealizado o vilipendiado como el auténtico gurú de una secta que podría salvarnos del apocalipsis ecológico sin renunciar a la comodidad de nuestros vehículos utilitarios. De las paredes de la gigafactory de Tesla en Nevada cuelga un cartel enorme que reza: “Para acelerar la transición mundial a la energía sustentable”.

TESLA produce automóviles eléctricos de lujo con la promesa de alcanzar niveles de producción masivos y precios al alcance de las clases medias. Pero, como el iphone en su día, los automóviles TESLA son mucho más que un automóvil: son el futuro, “un sueño hecho realidad”, como le escuché decir a una de sus usuarias californianas. Los modelos TESLA poseen, entre otras cosas, reconocimiento facial , capacidad de estacionarse automáticamente y, eventualmente, autonomía para operar sin control humano. Además de sus vehículos eléctricos, Musk ha producido en Australia la batería de litio más grande del mundo con 100 megavatios de potencia para abastecimiento eléctrico doméstico, planea fabricar camiones eléctricos para el transporte de mercancías pesadas e incluso lanzar automóviles que alcancen la luna.

Con estos mimbres resulta casi imposible restarse al optimismo tecnológico que promueve Musk, o, si no se comparte su visión futurista, al menos no reconocer la necesidad de iniciar lo antes posible una transición hacia el uso de energías alternativas al petróleo, a ser posible renovables y más limpias. Sin embargo, antes de aceptar las nuevas soluciones tecnológicas que se nos ofrecen, deberíamos, por una cuestión de ética esencial, preguntarnos de dónde vienen los materiales que hacen posible el uso de estas nuevas energías en la producción de vehículos limpios.

En este caso la pregunta puede ser bastante simple y, a la vez, bastante esquiva. La funcionalidad de los vehículos eléctricos depende de la capacidad de fabricar baterías relativamente livianas. Hoy por hoy esto se consigue fabricando baterías de litio, las mismas que también hacen posible que la batería de nuestros celulares y computadores funcione sin estar conectada a una fuente de red.  La pregunta entonces es: ¿De dónde viene el litio y qué efectos tiene su minería en las comunidades donde opera?

El litio está bastante concentrado en ciertas áreas geográficas. Hay litio en roca en Australia, en Carolina del Norte (Estados Unidos) y en algunos lugares de China, pero la forma más barata de extraer litio es mediante evaporación en salares (lagos de sal formados tras un prolongado periodo de erupción volcánica). Hay salares en Tíbet y en Nevada (Estados Unidos), pero la mayoría de las reservas mundiales de litio –entre el 80% y el 85% dependiendo de los expertos—están en una zona transandina que se extiende a través de las fronteras de Argentina, Bolivia y Chile e incluye los salares de Atacama (Chile), Hombre Muerto, Olaroz y Salinas Grandes (Argentina) y Uyuni y Coipasa (Bolivia) entre otros muchos de menor tamaño. Se trata de cuencas endorréicas (cerradas al flujo de los ríos y otros cauces de agua) que oscilan entre los 2,400 y los 4,000 metros de altitud y que presentan índices de precipitación muy bajos y de radiación muy altos. O dicho más prosaicamente: hace mucho calor en el día, mucho frío en la noche y hay muy poco agua para la vida en general.

La revista Forbes, que rebautizó la zona con el nombre de «Arabia Saudí del Litio», describe en estos términos el Salar del Atacama:

«Nada crece en el corazón del Salar de Atacama, esta antigua cuenca lacustre, 700 millas al norte de Santiago, debe ser el lugar más seco del planeta, una tierra baldía, cubierta de una costra de rocas de sal que se parece a una plasta de vaca […]. Si no fuera por la preciosa salmuera que burbujea 130 pies por debajo de la superficie, los humanos se mantendrían alejados del Salar de Atacama».

Se trata de un gesto típicamente colonial: ver el territorio vacío para evitar hacerse cargo de los potenciales impactos ambientales y humanos que pueda causar la actividad emprendida por un agente foráneo como la minería del litio. Sin embargo, si el periodista de Forbes hubiera sido un poco menos bárbaro, se hubiera informado de que en los oasis que bordean el Salar de Atacama viven comunidades indígenas, según el registro arqueológico, al menos desde el 8,000 AD. De hecho, el pueblo atacameño o Lickan Antay –gente de la tierra en kunza, su lengua– fue capaz de levantar toda una civilización en mitad del desierto más árido del mundo, domesticar la llama y otros camélidos para utilizarlos en sus largas caravanas transandinas, emplear el fruto del chañar y del algarrobo (dos de los pocos árboles que crecen en estos parajes) para aportar proteína a su dieta y fabricar “aloha”, un licor utilizado en ceremonias y ritos. En los Oasis del Salar de Atacama se cosecha hoy alfalfa, maíz, papas y habas; en sus huertos sigue habiendo árboles frutales que reciben agua a través de un escrupuloso sistema de uso comunal del agua que convive con el turismo ecológico y otros emprendimientos comunitarios. Y por si todo eso fuera poco además han sobrevivido a las distintas olas de colonialismo desde la llegada de los españoles hasta el presente.

Por eso, las malas noticias para los inversionistas de Forbes y para el optimismo tecnológico del norte es que, lejos de ser una tierra baldía, el Salar de Atacama, como el resto de territorios del llamado triángulo suramericano del litio, sigue habitado por las comunidades ancestrales Aymara, Quechua, Kolla y Lickan Antay que son, según derecho consuetudinario, los legítimos dueños del territorio, los que lo siguen haciendo florecer respetando sus ciclos de regeneración mediante todo un sistema ritual de pagos a la tierra y respeto a la naturaleza.

A diferencia de los occidentales, estos pueblos indígenas, que se consideran los herederos directos de los Incas, no ven la naturaleza como un objeto exterior a ellos del que pueden disponer a capricho o destruir, sino como un ser vivo. Verónica Chávez, de la comunidad de Santuario de Tres Pozos en Salinas Grandes (Argentina), cuenta que el Salar es un ser vivo con sus venas de agua y sus ciclos de regeneración que atraviesan la estación de las lluvias hasta secarse y hacer brotar la sal que se cosecha después, en la estación seca, como una planta más. Por eso cuando llegaron las mineras del litio a explotar el Salar, el efecto en ella fue demoledor: “Por lo que yo vi, era que gente venía sin conocimiento, no les importaba nada el destrozo de nuestra Mamita Pacha, le tiraban ácido, le rompían la venita de agua, ¡hacían todo un desastre! Y para mí es un dolor eso, porque ella es una mamita para mí, a una madre no se le hace eso”.

Conviene, no obstante, no idealizar ni romantizar a los pueblos indígenas de los salares. En la cuenca de Salinas Grandes, Argentina, han logrado parar, de momento, la explotación del litio, pero unos kilómetros más al este, en Olaroz y Laguna Guayatayoc, las comunidades Lickan Antay han firmado un acuerdo con la minera Orocobre (proveedor principal de litio para Toyota). Lo mismo sucede en el Salar de Atacama donde la norteamericana Rockwood Lithium, subsidiaria del gigante minero Abermale, tiene convenio con la mayoría de comunidades indígenas. A veces estos convenios se firman por intereses, porque las comunidades tienen necesidades de infraestructura o fuentes adicionales de ingresos y, otras veces, se hace a regañadientes, porque si van a sacar el mineral de la tierra es mejor que quede algo en las comunidades. Pero en todos los casos, los pueblos indígenas quieren lo mismo: que se aplique el convenio 169 de la OIT, que haya consulta previa, libre e informada; en el caso de la cuenca de Salinas grandes, sus 33 comunidades incluso tienen un protocolo llamado Kachi Yupi, huellas de sal en quechua, que estipula cómo llevar a cabo esta consulta.

La realidad, sin embargo, no parece dispuesta a respetar la voluntad de estos pueblos indígenas. La presión que ya existía sobre el litio se está incrementando exponencialmente porque si para una batería de teléfono móvil hacían falta 3 gramos de litio, para un auto eléctrico hacen falta casi 20 kilos, más de 50 si se trata de uno de los rutilantes modelos de TESLA.

Con el cambio de ciclo político en Argentina y Chile parece que se han abierto las puertas definitivamente para la explotación sin límites del llamado oro blanco de los salares. Mauricio Macri en Argentina está otorgando licencias de explotación sin consultas y sin muchas cortapisas, hay en la actualidad hasta 63 proyectos aprobados en las provincias de Salta, Jujuy, Catamarca y La Rioja. Del mismo modo, en Chile, con la llegada de Sebastián Piñera al poder, la minera SQM –una de las más corruptas de la región, privatizada durante la dictadura de Pinochet y vendida a su yerno Julio Ponce Lerou, envuelto hoy en escándalos de financiación política ilegal– acaba de llegar a un acuerdo con el Estado chileno para retomar y aumentar la explotación de litio en el Salar de Atacama. Paralelamente, Elon Musk visita clandestinamente el país para explorar la posibilidad de abrir una megafábrica de baterías de litio en Chile con gran regocijo de las clases dirigentes.

Estos movimientos entre bambalinas, sin duda, hacen que las comunidades indígenas se sientan amenazadas. Saben que la minería del litio extrae grandes cantidades de salmuera y agua que luego se secan al sol en mega piscinas, son conscientes de que viven en cuencas cerradas cuyas fuentes de agua están interconectadas y pueden llegar a secarse definitivamente haciendo la vida en el salar inviable. Como explica Sandra Flores, de la comunidad de Coyo en Atacama, esta posibilidad se vive como un potencial genocidio cultural. En sus propias palabras:

“[Explotar el litio] es terminar con una parte de la humanidad y lo que es la cultura. Eso creo que sería como…trágico, o sea… como decir tú puedes matar a la otra persona y lo matas y listo. Para mí eso es trágico, para mí sería eso, traer algo grande para que mate a los pequeños, eso sería como lo trágico, lo terrible. Es… extinguir una cultura, matarla. Qué ha costado harto vivir en este desierto, es difícil, no es fácil, y… lo hemos podido conservar muchos años… Pero no tenemos las armas para poderlo seguir cuidando, no tenemos. Si el gobierno prefiere el litio, no tenemos nada más que hacer, porque no podemos luchar con algo tan grande.  […] Pero si la luchamos, si la gente se preocupa de poder conservar el agua…”.

Es evidente que necesitamos alternativas al petróleo, pero también pensar en los desafíos que presentan esas nuevas tecnologías y hacernos preguntas incómodas: ¿podemos simplemente sustituir los autos que funcionan con hidrocarburos por autos eléctricos? ¿Qué papel debe cumplir el transporte colectivo y público en la lucha contra el calentamiento global? ¿Existen alternativas al litio como por ejemplo la batería de sodio? ¿Impiden la minería transnacional y los inversores financieros la búsqueda de alternativas al litio? ¿Estamos dispuestos a facilitar con nuestros patrones de consumo la destrucción de ecosistemas de gran complejidad y diversidad como los de los salares? ¿Queremos asumir éticamente la destrucción de culturas milenarias y modos de vida y gestión de lo social alternativos al modo de vida occidental?

 

Fuente:https://kaosenlared.net/la-fiebre-del-litio-amenaza-a-las-culturas-indigenas-de-los-desiertos-de-sal-andinos-video/?fbclid=IwAR17vWoorsisFm5QrLDuBTq_k8DYYZvT3hnDT4vvCmO9OVdcErkjrOm_hJ8