El proceso de la extracción impacta en los derechos de los pueblos indígenas cercanos a los yacimientos.
13/08/2025
Salar de Uyuni (Potosí), Bolivia.
En el lanzamiento del libro “Litio y derechos humanos en los salares altoandinos de Argentina, Bolivia y Chile”, observan que la explotación tiene un impacto fuertemente en el agua, lo que reduce la oferta, ya que la explotación de la materia prima implica muchos volúmenes de agua. La presentación se realizó ayer en Santiago de Chile, donde participaron representantes indígenas, así como delegados de entidades internacionales.
Ayer presentaron la publicación en Santiago de Chile, el Observatorio Ciudadano del vecino país, Federación Internacional por los Derechos Humanos (FIDH), Ciencias del Desarrollo (Cides) de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).
El representante del Observatorio Ciudadano, José Aylwin, en la presentación del documento, dijo que fueron motivados por una preocupación creciente de los impactos en los derechos humanos, la industria del litio en los salares de Argentina, Bolivia y Chile.
En cada país, una entidad desarrolló un trabajo, “en el caso del Celsi de Chile se dedicó a estudiar la reforma constitucional para incentivar la explotación del litio y el Cides de Bolivia sobre la gobernanza de la industria del litio”, explicó.
Sostuvo que hay clima creciente de inversiones público privadas en los salares altoandinos, que concentran casi la mitad de los recursos del litio en el mundo y un tercio de la producción.
Indicó que la crisis climática, más el acelerado proceso de inversiones, pueden tener un posible impacto en los derechos humanos y por ello hacen el seguimiento correspondiente de diversas materias.
Como es conocido, el litio es energía alternativa ante los fósiles. Expresó que hay 250 salares altoandinos en una región con una altura que oscila entre 2.000 a 4.000 metros sobre el nivel del mar, pero se debe tomar en cuenta la geografía humana anterior al descubrimiento de esta materia prima, pues 200 pueblos descendientes de culturas milenarias se acentaron.
Describió que el desarrollo de la industria del litio en Chile empezó en la década del 80 en Atacama, más tarde las inversiones extranjeras ingresaron a la región del Hombre Muerto en Jujuy, Argentina y más tarde se empezó en el Salar de Uyuni (Potosí), Bolivia.
“Identificados siete salares en producción y un centenar en exploración, así como capitales nacionales e internacionales en el proceso de explotación, pero también la intervención estatal en los países”, reflexionó.
Impacto
El estudio señala que la explotación del litio tendrá alto impacto en el agua por la metodología de extracción y procesamiento, ya que son altamente consumidores. “Producir una tonelada de litio requiere medio millón de litros de aguas de salmuera”, apuntó.
El impacto se observará en la reducción del agua de salares, humedales, que se encuentran en alrededores y afectará a las comunidades y al medioambiente.
Como se recordará, en el caso boliviano, las comunidades denunciaron que los contratos que firmó el gobierno con empresas rusa y china no cuentan con un plan de impacto del medioambiente. Expertos desde la UMSA indicaron que, debido al tamaño del proyecto de explotación, el acuerdo debería contar con un estudio de impacto ambiental.
El representante del Observatorio Ciudadano de Chile afirmó que en el estudio se señala los acuerdos de la estatal Yacimientos del Litio Boliviano (YLB) con capitales ruso y chino, cuyos contratos no fueron socializados con los pueblos indígenas, y menos la consulta, pero arrancaron los proyectos.
Perjuicio
La acelerada extracción del litio en los salares altoandinos ha provocado una grave afectación de los derechos de los Pueblos Indígenas a un medio ambiente sano y al acceso al agua. Especialmente, perjudica actividades como la ganadería auquénida (llamas, guanacos y vicuñas) y, la agricultura tradicional de quinua y maíz, apuntó el experto.
Sostiene que a raíz de la crisis climática provocada por el uso intensivo de combustibles fósiles y los procesos de desarrollo industrial contaminantes, los Estados se han comprometido a impulsar procesos de transición hacia el uso de energías renovables.
“Sin embargo, la transición energética, acordada por los Estados a través de distintos acuerdos internacionales, requiere del uso intensivo de recursos naturales, tales como el cobre, el cobalto, el níquel, el manganeso y el litio. Esto ha derivado en una ampliación sin precedentes de las áreas de explotación de estos minerales hacia territorios y ecosistemas prístinos, muchos de ellos ocupados tradicionalmente por Pueblos Indígenas”, detalló.
En este contexto, el litio se ha vuelto un recurso estratégico por ser un metal alcalino, que se encuentra tanto en rocas como en aguas marinas y continentales, que tiene cualidades propicias para el almacenamiento de energía. De este modo, se ha convertido en un mineral clave para la producción de baterías eléctricas recargables. Ello determina que la demanda por el litio haya crecido exponencialmente en los últimos años, estimándose que se incrementará 18 veces para 2030 y 60 veces para 2050.
Desarrollo del litio en salares altoandinos
En Chile, la explotación en el salar de Atacama se inició en la década de los 80 bajo el liderazgo del Estado. Sin embargo, las empresas SQM y Albemarle, que hoy dominan el mercado, se encuentran bajo control de conglomerados privados nacionales y extranjeros de Estados Unidos y China. Actualmente, Chile es el segundo productor mundial de litio, después de Australia, e impulsa desde el 2023 una Estrategia Nacional del Litio. Por su parte, la empresa estatal Codelco, la principal productora de cobre en el mundo, se asoció con SQM para explotar el litio del salar de Atacama y adquirió un proyecto en el salar de Maricunga, en el territorio tradicional del pueblo Colla. En 2024, el gobierno convocó a inversionistas extranjeros para explotar otros salares y concurrieron cerca de medio centenar de empresas.
En Argentina, el litio comenzó a ser explotado en 1997, cuando la estadounidense FMC Corporation inició sus operaciones en el Salar del Hombre Muerto, en la provincia de Catamarca. Ya en el siglo XXI, se sumaron nuevos proyectos en Jujuy, Salta y Catamarca, especialmente, los salares Caucharí-Olaroz y Pastos Grandes. La Argentina es el quinto productor mundial de litio, con un crecimiento del 87,5% en su producción anual de 2024. Hoy, la presión de la industria y la legislación provincial y federal, promovida por el gobierno de Javier Milei, se extiende a potenciales yacimientos en la cuenca de Salinas Grandes y Laguna de Guayatayoc, lo cual aumenta la conflictividad social.
En el caso de Bolivia, la exploración del litio en el salar de Uyuni se inició en los 70 y, en 1980, el gobierno le otorgó una licencia a la norteamericana Lithium Corporation (Lithco), empresa cuya presencia fue de corta duración. El 2008, el gobierno de Evo Morales impulsó una política de control estatal y estableció un plan para su industrialización: se instalaron plantas piloto y se firmaron acuerdos con empresas extranjeras. La producción de carbonato de litio, iniciada en 2013, es aún limitada, debido a falta de tecnología, problemas de administración y conflictividad social. Desde 2017, el desarrollo está a cargo de la empresa pública Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), la cual ha convocado a empresas extranjeras a presentar propuestas de Extracción Directa de Litio (EDL) en Uyuni y otros seis salares. A través de procesos carentes de toda transparencia, resultaron seleccionadas la empresa de capitales rusos Uranium One Group y la china Hong Kong CBC Investment Limited.
https://www.eldiario.net/portal/2025/08/13/explotacion-del-litio-tendra-impacto-en-el-uso-del-agua/