
La Oroya, en Perú, la quinta ciudad más contaminada del planeta. Allí se vive con elevados niveles de metales tóxicos en el cuerpo 60, 70 microgramos por decilitro de sangre, seis a siete veces más del límite permisible. Por encima de esa línea roja, un sin fin de enfermedades.
"El plomo lo que se hace, se absorbe y al no cumplir ninguna función se deposita dentro del organismo, en especialmente los órganos blandos y en los huesos", explicó Pablo Marín, médico del área de metales pesados del Centro de Salud de La Oroya.
Y entonces, sin mayor aviso, el plomo ataca el corazón, el cerebro, los riñones y se manifiesta con alteraciones en el sistema nervioso central, anemia, cáncer, leucemia. Los niños, son los más perjudicados.
José de Echave, investigador de CooperAcción, señaló: "Todos los estudios realizados muestran que el 90 por ciento de los niños que participaron en el estudio, una muestra representativa de la población de La Oroya, tenían niveles de plomo en sangre por encima de lo que recomienda el organismo mundial de salud".
Debido a este envenenamiento masivo, organizaciones no gubernamentales enjuiciaron en tribunales internacionales al estado peruano ...