“Desde la época prehispánica el ahora territorio guerrerense ha poseído una rica gama de recursos naturales y culturales, por ello a lo largo de su historia despertó la codicia de pueblos cercanos y lejanos”, señala la arqueóloga Rosa María Reyna Robles, quien pone de ejemplo la caza y extinción de especies animales y vegetales que formaban parte de la alimentación prehispánica y la demolición de una zona arqueológica a causa de la explotación minera en el ejido Carrizalillo como prácticas vigentes de depredación.
La especialista de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) comenta que las rocas metamórficas fueron el recurso que más se ambicionó en la época antigua en Guerrero, porque de ese recurso geológico se obtuvieron pizarras, jadeítas y el cristal de roca, que sirvieron para fabricar piezas rituales y adornos.