Temor e incertidumbre manifestaron los residentes del municipio sierreño de Ónavas, Sonora, debido a que el Gobierno del Estado ha manejado con mucho recelo la información del accidente ocurrido el jueves 22 de agosto, cuando una pipa que transportaba cianuro derramó su carga al volcarse, contaminando esa zona del Río Yaqui. Desde entonces, los pobladores han visto flotar muertos varios peces, pájaros y otras especies.
La joven Viridiana Cruz, quien solía bañarse diario en el río que corre a escasos 200 metros de su casa, afirmó que han recibido apoyo con agua para uso y consumo, pero que no les han confirmado si está contaminado el pozo que abastece al pueblo, donde habitan unas 350 personas.



Mientras varios grupos se aprestan ya a cerrar filas con el PRD, en busca de oportunidades en las próximas elecciones, cientos de pobladores de los parajes La Piñita, Las Lagunas, La Cerca y El Naranjo, padecen la contaminación de sus ríos por el cianuro vertido por las empresas Barrick Gold y Goldcorp.
Mientras unos celebran la renegociación del contrato con las megamineras Barrick Gold y Gold Corp, otros, las más de 3,600 personas que viven en los alrededores de Pueblo Viejo, no la califican de epopeya. Ellas experimentan una muerte lenta, fatigosa y dolorosa; silente para el resto del país.