Mexico

Proyecto de “Caballo Blanco” provoca ecocidio en al menos 10 especies

07 de Julio 2011
Itzel Villa
Un ecocidio de más de 10 especies entre plantas y animales, deforestación de cerca de 15 mil árboles y descargas de residuos tóxicos en mantos acuíferos, además de riesgos por accidente nuclear son las afectaciones que han provocado las primeras excavaciones del proyecto minero “Caballo Blanco” en la zona entre los municipios de Alto Lucero y Actopan, acusó La Asamblea Veracruzana de Iniciativas y Defensa Ambiental (LAVIDA), integrante de la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales (ANAA).

A pesar de que los trabajos de exploración comenzaron desde 1995 y los de perforación en 1998, fue apenas en octubre de 2010 cuando la empresa gestionó ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) la Manifestación de Impacto Ambiental por las excavaciones.

Además de que en una somera inspección llevada a cabo el pasado 13de enero de 2011 la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) avaló las actividades de la empresa a pesar de no haberse cumplido las normas que se deben acatar debido al pese al valor ecológico de la zona.

En el espacio donde se concesionó la minera existen manglares, vegetación de duna costera, bosque de encino tropical y selva baja caducifolia y están en peligro de extinción, ya que cada uno de estos ambientes representa ecosistemas muy particulares.

Entre estos destacan los encinos tropicales, que son restos pleistocénicos, por lo mismo la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad ha declarado a esta zona Región Terrestre Prioritaria para la Conservación de la Diversidad Biológica “Encinares Tropicales de la Planicie Costera(RTP‐ 104)”.

En esta área también se encuentran las cicadáceas Dioon edule, que es una especie endémica contemplada por la Semarnat como especie en peligro de extinción.

Algunas de las plantas que se encuentran en el lugar tienen una altura de casi 3 metros, lo que habla de una antigüedad de entre 2 y 3 mil años, por lo que es de la vegetación viviente más antigua de México.

De acuerdo a la organización LAVIDA, hasta ahora como resultado de la fase de exploración se han provocado alteraciones como la construcción de caminos que son visibles desde imágenes aéreas, el desmonte de casi 15 mil árboles, el depósito de tierra directamente en la ladera con bosque de encinos sepultando el sotobosque, además del descubrimiento y perturbación de sitios arqueológicos en la zona.

Además del desmonte de mil hectáreas en la fase de exploración, preparación y explotación; la descarga de residuos tóxicos y sedimentos desde la cuenca alta en arroyos y lagunas costeras y mar y el bombeo de 40 mil metros cúbicos de agua de manera inicial y 2 mil metros cúbicos diarios para la operación.

También, manifestó LAVIDA, el uso masivo de cianuro de sodio en ciclo cerrado en lagunas supuestamente herméticas, un posible desbordamiento de la capacidad de contención de las geomembranas utilizadas, ante huracanes y tormentas tropicales, la contaminación de la cadena alimenticia por metales.

A nivel global, la huella ecológica del proyecto es enorme, puntualizó la agrupación, se transforman paisajes, se degradan ecosistemas, se dejan cicatrices importantes, se contamina el suelo, se producen copiosamente gases invernadero, se fragmentan los manchones de vegetación de manera irreparable, y todos estos impactos contribuyen significativamente al cambio climático global.

El proyecto de minería a cielo abierto “Caballo Blanco” se localiza a tan sólo 3 kilómetros de distancia de la nucleoeléctrica Laguna Verde cerca del Golfo de México, a 65 kilómetros del puerto de Veracruz y a 3 kilómetros en línea recta de la Planta Nucleoeléctrica Laguna Verde.

El proyecto abarca un área de 19 mil 650 hectáreas ubicadas entre los municipios de Alto Lucero de Gutiérrez Barrios y Actopan.