Venezuela

El retorno del oro

Modesto Emilio Guerrero
Como si se tratara de un viaje imaginario en el tiempo y el espacio, 500
años después de la conquista y saqueo de metales de Amèrica, una carga
gigantesca de 190 toneladas de oro puro viajará miles de kilómetros, pero
en sentido inverso, desde las metrópolis hasta Caracas.

Esta fue la decisión del gobierno bolivariano al decretar la repatriación
de sus reservas externas de oro y nacionalizar la exploración y producción
aurífera del selvático sur venezolano. Allí se encuentra una de las veinte
vetas geológicas de oro más importante de este planeta, apretujado con
minerales no metálicos de alto valor estratégítico como el coltán, el
coalín, los silicatos, los carbonatos, litio, además de los tradicionales
diamante, hierro y bauxita guayaneses.

*El 17 de agosto de este año el presidente Hugo Chávez sorprendió al
circuito financiero mundial y a las oficinas de geopolítica, con el anuncio
de que las 365 toneladas de oro que Venezuela guarda en bancos de cuatro
Estados-potencia volverían a la bóveda del Banco Central de Venezuela, a
cuadra y media de Miraflores.

Desde los refugios bancarios en New York,
Otawa, Zurich y Londres, aviones precintados de alta seguridad trasladarán
a Caracas 17.000 lingotes de oro de 400 onzas. Alrededor de cuarenta vuelos
simultáneos sumarán decenas de miles de km de recorrido, en uno de los
cargamentos de oro más caros, sensitivos y espectaculares de la historia de
este metal embrujado. Hernán Cortez y Francisco Pizarro quedarían
boquiabiertos ante tamaña travesía. Sólo que esta vez el oro viajará en
sentido contrario, como si estuviera de regreso.

Esta medida repentina le sirve al Estado bolivariano para evitarse dos
peligros anunciados. El primero es que no embarguen esa masa valiosa de
reservas internacionales, calculada en más de 17.900 millones de dólares,
después del incremento de 35% del último año, según la cotización de London
Gold Fixing. El 63% de los 29.000 millones de dólares de reservas externas
del país, es oro puro sacado de las entrañas del Callao. El Estado
venezolano es el primer tenedor de oro del continente y el Nº 15 en el
mundo.

El segundo riesgo se anuncia en la crisis capitalista global que fragiliza
economías estrechamente atadas a deudas externas, como Grecia, o al precio
de materias primas, como la venezolana que depende del petróleo en más del
80%. La precaución gubernamental de calcular el Presupuesto 2011-2012 en 46
dólares el barril, casi a la mitad del precio actual, no es suficiente para
capear el riesgo recesivo mundial. Más aún cuando Miraflores anunció en
octubre que el gasto social será aumentado en 46% el próximo año. Para
blindarse y financiarse con muchas reservas, nada como el oro propio, en
alza y en abundancia. Así lo recomienda un dato. Este metal seductor está
actuando, de hecho, como la divisa selecta y el refugio financiero elegido
ante el colapso de la zona Euro y la crisis del dólar.

*Ambos peligros tienen nombre y apellido, CIADI y Tea Party. Varias
multinacionales mantienen juicios contra el Estado venezolano en el Centro
Internacional de Arbitraje por 42.000 millones de dólares, de ellos casi
7.000 vencen en menos de dos años. Según el registro de la doctora Eva
Golinger, desde junio de 2010 sólo el Tea Party ha promovido 11 iniciativas
parlamentarias y judiciales contra los activos venezolanos en Estados
Unidos. La quimioterapia de agosto no le impidió decir al líder bolivariano
el 17 de ese mes, que “Vamos a nacionalizar el oro y vamos a convertirlo
entre otras cosas en reservas internacionales porque el oro sigue
incrementado su valor y no podemos permitir que se lo sigan llevando”.

Es que todavía hay más incitaciones. Desde el 2007 los traficantes de
divisas y valores en oro hacen negocios crecientes con derivados sobre
depósitos estatales de lingotes amarillos, desde bancos de Suiza, Alemania
y EEUU. «La inversión minorista en oro aumentó 121% en el tercer trimestre
de 2008″, informa el Consejo Mundial del Oro.

China y Rusia, sexto y noveno tenedores de las reservas de oro mundial,
asociados a Venezuela en la estrategia de la multipolaridad, desean
refugiar el oro venezolano. De hecho, la principal inversora externa en las
minas venezolanas es el ruso Grupo Andropov junto con la sudafricana Gold
Fields.

La última razón para repatriar y estatizar el oro venezolano, quizá valga
por la suma de las anteriores. Se llama congelamiento de activos de Libia,
como antes de Irak, Afganistán, Irán.

¿Cuáles serán los nuevos Estados-potencia que resguarden su metal más
preciado, después del petróleo? En ese punto y en el uso que le den a la
producción y reservas del oro, estará la diferencia.

Publicado en Miradas al Sur, Buenos Aires, 6 de noviembre 2011