Intag
Ecuador

Comisión de organizaciones defensoras de derechos humanos y la naturaleza, para el monitoreo de la situación de la población de la zona de Intag, provincia de Imbabura, Ecuador

IntagComisión de organizaciones defensoras de derechos humanos y la naturaleza, para el monitoreo de la situación de la población de la zona de Intag, provincia de Imbabura, Ecuador

Resumen Ejecutivo

20 de mayo de 2014

      I.        Antecedentes

La comunidad de Junín y otras comunidades de la zona de Intag, desde hace 17 años han defendido su tierra y su forma de vida libre de contaminación y desplazamientos. Así, se han proclamado en defensa de sus fuentes de agua, bosques y la agricultura, como pilares fundamentales para su soberanía alimentaria y su organización económica. En consecuencia, las comunidades se han proclamado en resistencia frente a distintos proyectos mineros que han pretendido imponerse en sus tierras.

La empresa nacional minera (ENAMI), ha adquirido la concesión minera Llurimagua para la exploración, y subsiguientemente, la explotación de cobre, en la Cordillera de Toisán. Este proyecto, tiene incidencia directa en la comunidad de Junín, entre otras comunidades que se encuentran en las parroquias García Moreno y Peñaherrera, en el cantón Cotacachi, provincia de Imbabura. El proyecto ha sido transado mediante convenio con la empresa transnacional Codelco, de Chile, el 28 de noviembre de 2011.

El 10 de abril de 2014, miembros de la policía nacional detuvieron a Darwin Javier Ramírez Piedra, presidente de la comunidad de Junín, en el cantón Nanegalito. De acuerdo a los testimonios, la detención ocurre sin orden de juez competente, lo mantuvieron incomunicado durante varias horas, interrogándolo sin defensa y sin conocer la causa de su detención. Así, de manera ilegítima, la fiscalía de Cotacachi lo acusa por el supuesto delito de rebelión y sabotaje.

El 8 de mayo de 2014, la ENAMI incursionó en la zona de Intag, y en la comunidad de Junín, acompañada de la fuerza pública policial, en el marco del proyecto minero Llurimagua.

    II.        Conformación de la Comisión de organizaciones defensoras de derechos humanos y la naturaleza, para el monitoreo de la situación de la población de la zona de Intag, provincia de Imbabura

El 8 de mayo de 2014, varios pobladores de la zona de Intag denuncian que numerosos miembros de la fuerza pública ingresaron en la zona y se han instalado en varias comunidades de las parroquias de García Moreno y Peñaherrera.

También, se denuncia que los miembros de la fuerza policial, estarían limitando la libertad de circulación de los pobladores de Intag, y su permanencia ha conllevado una situación intimidatoria para las organizaciones comunales y las personas, que abiertamente se han opuesto a la minería en Intag.

Ante estos hechos, las organizaciones defensoras de derechos humanos y de la naturaleza, Fundación INREDH, CEDHU, Acción Ecológica y CEDENMA, deciden conformar una comisión para monitorear esta situación.

El objetivo principal de la comisión, fue el registro de las circunstancias denunciadas y la recopilación de información, para ulteriormente, al verificar los hechos, realizar un informe sobre la situación de derechos humanos de Intag. La comisión se trasladó a la provincia de Imbabura desde el día 14 al 16 de mayo de 2014.

   III.        Situación de la comunidad de Junín

El día 14 de mayo de 2014, la Comisión se dirige a la zona de Intag. Se pudo evidenciar que en las entradas de las parroquias Peñaherrera y García Moreno, habían al menos dos camionetas de la Policía Nacional. Además, en la carretera, se constató la presencia de la ENAMI que se transportaba en varias camionetas públicas y privadas. Al conversar con las personas de la zona, la Comisión consideró pertinente ir hacia la comunidad de Junín, en la que se presumía un estado de sitio.

Esta presunción se obtuvo de testimonios, como la de Polibio Pérez, dirigente de la comunidad de Junín, quién relata que alrededor de las 16h00 del 8 de mayo de 2014, incursionaron de manera violenta en Junín al menos, 200 miembros de la Policía Nacional, con 30 vehículos, entre estos, vehículos de la DINAPEN y dos ambulancias. Luego de esta incursión, miembros de la Policía Nacional se habrían instalado en la comunidad.

Así, el 14 de mayo, la comisión se dirigió a la comunidad de Junín, alrededor de las 21h30, y fue detenida por un control policial en Chalguayacu Alto, que se encuentra en la entrada de la comunidad. Este control policial estaba conformado por aproximadamente diez policías, comandados por el teniente Tello, quién informó que estaba prohibido el paso para personas que no son de la comunidad, y que sólo a partir de las 7h00 del día siguiente se podría ingresar.

Al preguntar cuál era la razón de limitar la libre circulación en Junín, el teniente Tello se limitó a contestar que tenía órdenes directas del coronel Chávez, y que sólo él podría determinar lo contrario. En este control policial, la Comisión conoció que la ENAMI les facilitaba la comunicación a través de teléfonos satelitales, y que su presencia allí era por la ENAMI.

Al día siguiente, el 15 de mayo de 2014, la Comisión intentó nuevamente ingresar a Junín. Esta vez, en el control policial de Chalguayacu Alto, el teniente coronel Vinueza detuvo a miembros de la Comisión, quiénes tuvieron que explicar sobre la conformación de la misma, y del objetivo de monitorear la situación de derechos humanos de la comunidad. El teniente coronel Vinueza, permitió el ingreso de la Comisión, bajo la condición de revisar nuestras pertenencias, nuestros documentos de identidad, y que no se “incite” a los pobladores de Junín.

Luego, ya en la comunidad de Junín, cuando la Comisión cuestionó la presencia de la Policía, lo único que respondió el teniente coronel Vinueza fue que su presencia en la comunidad era parte del Operativo Nacional Intag, y que tiene órdenes directas del Ministerio del Interior.

En la comunidad de Junín, la Comisión recopiló información fotográfica y recogió varios testimonios, entre pobladores y funcionarios públicos. En virtud de ello, la Comisión constató una presencia desproporcional de miembros de la fuerza policial.

La comunidad de Junín está conformada por alrededor de 36 familias, es decir, aproximadamente 260 personas. Allí, se han instalado más de 120 miembros policiales, es decir hay un policía para cada dos personas, hombres, mujeres, niños y adultos mayores de la comunidad. Los miembros de la policía, se han establecido solamente en tres casas, a quiénes se les paga un precio de $10 dólares al día para que cada policía pueda dormir en cualquier espacio de la casa, y $5 dólares por cada comida. Según los testimonios, la comunidad de Junín no tiene capacidad parar mantenerlos.

En estas circunstancias, desde el 8 de mayo de 2014, los miembros de la policía se acomodan en Junín: un grupo de ellos juega volleyball en la cancha central de la comunidad, otros están sentados, otro grupo conversando en las gradas de las canchas o de la iglesia, otros juegan cuarenta, otros deambulan por la comunidad o se bañan en el río, y muchos de ellos ya no usan el uniforme o están con el torso descubierto.

Mientras los miembros de la policía se acomodan, los pobladores de la comunidad de Junín viven en pánico, sufren por la restricción de derechos y la ruptura de su cotidianidad.

La afectación es causada directamente por la presencia de la Policía Nacional. Ahora, se les pide documentos de identidad en el paso de una comunidad a otra, se ha restringido el acceso a turistas, (el turismo es fuente de ingresos para la comunidad), los policías no cumplen las normas de la comunidad, y las personas no hacen uso de sus espacios públicos que están ocupados por los policías.

En estas circunstancias, los testimonios relatan que en su propia comunidad tienen miedo de hablar, se sienten observados y presumen que son escuchados en sus casas; muchos de ellos tienen miedo de ser detenidos, al igual que el presidente de su comunidad, y sienten que cualquier objeción que puedan hacer puede ser una causa para su represión.

(Minería Acción Ecológica)