Por sexto año consecutivo, organizaciones sociales en al menos 15 países se manifiestan este 22 de julio en una edición más del Día Mundial contra la Megaminería Tóxica. Se trata de un creciente esfuerzo por consolidar un frente ciudadano global dirigido a detener el irracional modelo extractivista que impera en todo el mundo.
Dicho modelo ha causado daños irreversibles en ecosistemas de los cinco continentes y pretende avanzar incluso hacia los lechos marinos para explotar, mediante megaminería submarina, bajas concentraciones de minerales diseminados en enormes territorios subacuáticos. Como armonización de movimientos, el frente ciudadano global avanza pertinazmente y siempre contra la corriente, en un contexto cada vez más complejo y violento. Si bien sus éxitos jurídicos y morales han sido hasta el momento enormes en muchas regiones, es evidente que el problema que representa la megaminería tóxica se agrava y pone a la sociedad en uno de esos predicamentos históricos difíciles de superar sin grandes pérdidas.