Era 19 de marzo, día de mis cumpleaños, cuando mi madre decidió hacer un paseo de olla con mis amigos del colegio para celebrar la fecha. Me sentía contento, presentía que iba pasar un rato muy feliz y así fue: conocí El Paraíso, un balneario muy hermoso que enamoraba a todos los visitantes.
Después de eso, seguí yendo cada fin de semana con mis amigos, pero un día, de la nada, empece a notar cómo se empezó a deteriorar. Cuando tumbaron el puente del balneario fue una primera señal, que aparentemente no era tan grave, pues todo lo demás seguía más o menos intacto, al lugar no se le iba lo frondoso y atractivo, hasta que ya no fue más así.
Viajando hacia El Doncello, pasamos por el balneario y se me dio por mirar hacia los lados: oh sorpresa, había una máquina y dos volquetas que iban quebrada arriba. Al ver eso, lo primero que vino a mi cabeza fue: “este va a ser el fin de la quebrada”. Y sí, tenía razón, pero eso no era lo peor: a la devuelta, me di cuenta de que ya no eran dos volquetas sino cinco.
Por alguna razón, decidí no ponerle tanta atención, quise ser optimista y pensar que tal vez estaba siendo muy alarmista, que lo que sea que estuvieran haciendo no afectaría para nada mi maravilloso paraíso. Me equivoqué, sí que lo hice, pero tardé en notarlo, ya que mis amigos y yo dejamos de ir al lugar durante un año porque estábamos bastante ocupados en el colegio.
No obstante, un día recordé este lugar y decidí sacar un ratico para ir a mirar la quebrada. Cuando llegué no podía creer lo que mis ojos veían: el agua había disminuido bastante y donde había zona de árboles ya no había nada. Me sentí triste, el lugar parecía desértico y no se parecía en nada a lo que era antes.
Al regresar, le conté a mis amigos y cuando ellos decidieron confirmar por su cuenta, se llevaron la misma impresión que yo. Nos sentimos impotentes, pensamos que era muy poco lo que podíamos hacer, así que sin querer terminamos olvidando el lugar. Hoy hubo algo que lo trajo a mi cabeza de nuevo y debo decir que me duele ver como un lugar tan especial, la quebrada en la que aprendí a nadar y compartí tantas cosas con mis amigos, hoy es un lugar desértico, lleno de caminos, donde día tras día pasan volquetas sacándole material a la playa.
Perder mi paraíso, mi lugar favorito, tan lleno de risas y momentos divertidos, me hizo recapacitar y comprometerme a cuidar los espacios que me rodean. Ahora sé que se puede, que hay formas, ya sea estando más pendiente, asociándome a proyectos de protección a las fuentes hídricas o llevando un registro fotográfico de lo que sucede para que todos lo vean.
Tomemos conciencia de nuestros recursos y hagamos lo posible para que otros lugares no terminen como mi quebrada.
Fuente:https://www.las2orillas.co/la-quebrada-que-la-mineria-le-quito-al-caqueta/



Encumbrarse en Cerro Mono, corregimiento Palmarito (Cúcuta), hasta los límites con la vereda El Empalme (Tibú) solía ser tarea compleja en un monte que solo los campesinos conocen.
Cansados de no ser escuchados por los líderes políticos de la región, cientos de habitantes del área rural de Cúcuta marcharon hasta las instalaciones de la alcaldía y protestaron por los proyectos mineros que se mantienen en esta región.
Una protesta de las comunidades de los corregimientos Palmarito y Banco de Arena dejó en evidencia el grave problema que afrontan los habitantes por el impacto de la minería legal e ilegal, en esas localidades de la zona rural de Cúcuta.
Este martes en la mañana, unas 300 personas llegaron e al parque Santander de Cúcuta, para manifestar su molestia por los daños que causa la minería, legal e ilegal, en la zona de Cerro Mono.
La Federación Nacional de Productores de Carbón – Fenalcarbón, en trabajo articulado con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el Ministerio de Minas y Energía, solicitó al Gobierno Nacional que la delimitación del Páramo de Pisba se haga con base en coordenadas con escala 1:25.000 tal como lo indica la Ley, mediante un acto administrativo motivado por estudios técnicos que permitan la caracterización en materia no sólo ambiental, sino social y económica de la zona, con el fin de fijar los límites del área a proteger.
El concejo municipal de Salento aprobó un acuerdo por medio del cual prohibe en la jurisdicción del Municipio de Salento Quindío, el desarrollo de actividades de minería de metales y piedras preciosas de pequeña, mediana y gran escala. Esta es una decisión sin precedentes en la historia del municipio, que ha tenido histórica y tradicionalmente actividades mineras de esta naturaleza. Varias minas fueron abiertas en el pasado en esta localidad. El objetivo es garantizar la defensa del patrimonio ecológico y cultural del municipio, según el mismo acuerdo aprobado el pasado 27 de febrero.
En la «Marcha por la Vida y por el Agua», una protesta convocada por Proceso Campesino y Popular, y el Cabildo Indígena del Pueblo Yanacona, más de 350 pobladores pidieron la salida inmediata del departamento de las multinacionales Carboandes, Dominical, Anglo Gold y Miranda Gold.
En el municipio de La Vega, al sur del Cauca, se realizó la versión número 12 de la Marcha por la Vida y por el Agua, en cabeza del Proceso Campesino y Popular y el Cabildo Indígena del Pueblo Yanacona, para rechazar la minería en ese territorio.

El espectador.com 25 Feb 2019