Las aguas de la mina San José son extremadamente ácidas –tienen un pH de 1,0 a 1,2, una fuerte concentración de metales pesados y una elevada acumulación de sedimentos totales–, en comparación con las aguas de los drenajes de otras explotaciones mineras.
«Hemos hecho pruebas de laboratorio, ahora tenemos que trabajar en (construir el) prototipo, después podemos hacer una planta piloto. Es necesario tratar estas aguas, estamos hablando de 17 litros por segundo que se vierten en San José, y ahora está pasando por toda la ciudad de Oruro y está contaminando el lago Poopó», explica Juan Carlos Montoya que coordinó el estudio «Sistema de tratamiento de las aguas ácidas de la mina Japo y San José, a través del proceso de cementación, neutralización con lixiviados orgánicos y drenes anóxicos con fines de riego».