Colombia

Bucaramanga unida por el agua y la vida

Bucaramanga, febrero 24 de 2011
Dadán Amaya
Un cráter de 200 metros en plena montaña del que se extraerán 1075 millones de toneladas de roca y cerca de medio gramo de oro por cada una; 230 toneladas de anfo al día; 745 millones de toneladas de estériles; un consumo de 1253 metros cúbicos de agua por hora, lo equivalente a una ciudad de 300 mil habitantes y 40 toneladas de cianuro trabajando a diario en el lugar donde nace la mitad del agua de Bucaramanga: el páramo de Santurbán…

Del otro lado: un 3,2% de regalías y 1500 empleos directos que una vez construida la mina se reducen a 554. He aquí el proyecto Angosturas de la Canadiense Greystar Resourses que ha suscitado la más amplia unidad y resistencia vista en mucho tiempo en Bucaramanga.

Ninguna actividad ilustra mejor que la megaminería las condiciones de dominación a que se encuentra sometida Colombia. Las enormes exenciones tributarias que no gozan los nacionales, la irresponsabilidad y obsecuencia de los gobiernos, la persecución a pequeños y medianos productores que allana el camino a las grandes empresas transnacionales, la forma brutal de extraer la riqueza, la compra directa e indirecta de opinión mediante el soborno y la desinformación, el subdesarrollo, el triunfo de la codicia sobre la sensatez, en resumen: la prevalencia de los intereses extranjeros a costa del bienestar de la Nación. Ahora bien, siendo la megaminería expresión concentrada del neoliberalismo, el proyecto Angosturas es la cereza que corona el pastel. Un proyecto de minería a cielo abierto en el páramo de Santurbán que compromete la vida de tan frágil ecosistema, y el abastecimiento y calidad del agua de una parte del área metropolitana de Bucaramanga, la quinta ciudad del país, a cambio de muy poco e incluso nada, pues la reforma a las regalías arrebataría incluso aquel 3,2%.

Para hacer frente a tan desproporcionada ambición, se conformó el Comité por la Defensa del Páramo de Santurbán que agrupa a numerosas ONG, sindicatos, estudiantes, ambientalistas, profesionales, la Sociedad de Mejoras Públicas, La Sociedad Santandereana de Ingenieros, Fenalco, comunidades religiosas, comerciantes, la Asamblea Departamental representada por su presidente y muchas otras expresiones de sectores de la sociedad bumanguesa en una campaña de resistencia al proyecto, que sintetiza la frase «salvemos el agua y la vida».

Tal agrupación tras dejar de lado diferencias, ha desarrollado una amplia labor de divulgación de las implicaciones de la gran minería y del proyecto, mediante la recolección de firmas, distribución de información, marchas, concentraciones, actos culturales, iniciativas jurídicas y un sinnúmero de actividades que buscan compensar mediante el activismo de cientos de voluntarios la enorme desventaja económica que se tiene con respecto de la empresa.

Además del rechazo ampliamente mayoritario por parte de la ciudadanía, merced a dicha campaña y al amplio conocimiento del tema por parte de sus miembros, el comité ha logrado anotar entre sus logros la realización de dos excelentes jornadas de movilización que prometen ser apenas el preludio de una tercera convocada por Fenalco para el 25 de Febrero, que cuenta con el apoyo de numerosas organizaciones.

El comité y en general la oposición al proyecto ―que crece exponencialmente― aciertan al entender la movilización ciudadana como la táctica a seguir ante la actitud de un gobierno que se encuentra casado con la gran minería y que en esa medida, de no ser por la presión que logre ejercer el pueblo bumangués, otorgará la licencia medioambiental a la compañía. De continuar por esa vía el comité y la ciudadanía habrán logrado un gran precedente al derrotar a Greystar y frenar en algo la marcha de una locomotora que promete arrollar el agua, la vida, la posibilidad de un desarrollo real y todo lo que esté a su paso.

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