Perú

MINERIA EN EL PERÚ: DE NUEVO EL TEMA LABORAL

26/04/07

Escribe: José De Echave

El anuncio de la Federación Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Siderúrgicos del Perú (FNTMMSP) del inicio de una huelga nacional para el próximo 30 de abril, ha puesto, después de mucho tiempo, en la agenda de los conflictos mineros, el tema laboral.

Entre las principales exigencias del pliego de demandas está la incorporación de todos los trabajadores de empresas contratistas intermediarias a la planilla de la empresa principal; la restitución del articulo 7º de la Ley N º 25009, referida a la jubilación sin topes; la desafiliación libre de las AFP, la eliminación de las denominadas jornadas atípicas, el incremento en la participación de utilidades, así como una ley del trabajo que garantice el derecho de los trabajadores mineros. Como si los tiempos no hubiesen pasado, y tal como ocurría en la década del 70 o en la del 80, rápidamente el presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Isaac Cruz, ha calificado la paralización como política e ilegal.

Cabe señalar que la propuesta de huelga del mayor gremio de trabajadores mineros ha estado precedida en los últimos meses, de situaciones de conflicto en varias empresas: la paralización a inicios de mes de los trabajadores de Doe Run, los conflictos permanentes es Shougan en Marcona, la ruptura del dialogo directo entre el sindicato y la empresa Yanacocha; los despidos en Minara Atacocha y los problemas en Volcan.

¿Qué está pasando en el mundo laboral minero? Todo indica que las condiciones laborales impuestas desde mediados de la década del 90, han generado una situación que en la mayoría de empresas se hace cada vez más difícil sostener.

Algunos ejemplos: el aumento incesante de trabajadores de empresas contratistas intermediarias; si en 1993 representaban solo el 22.31% del total de trabajadores mineros, en 1999 ya eran el 58.7% y actualmente las cifras bordean el 60%.

Más más de la mitad de trabajadores mineros no tiene una relación directa con las empresas mineras. Este aspecto ha jugado un rol gravitante en la precaria calidad del empleo minero, en la medida que las empresas contratistas se caracterizan por la escasa capacitación de sus trabajadores y serias deficiencias en temas relacionados con el reconocimiento de beneficios sociales y la seguridad industrial: por ejemplo, las estadísticas muestran que más del 60% de los accidentes fatales ocurridos en las minas peruanas corresponden a trabajadores de empresas contratistas.

Otro tema que preocupa a los trabajadores mineros es el promedio de horas semanales laboradas, que según la información del propio Ministerio de Trabajo, es uno de los más altos en el país.
A ello se le suma el hecho que desde la década pasada se comenzaron a implementar, bajo distintas modalidades, los denominados “sistemas acumulativos de trabajo y descanso”.

Las formulas difieren: en algunas empresas se aplica el de 14 días continuos de trabajo (con jornadas de 12 horas diarias) por 7 días de descanso; en otras son 20 o 10 días continuos y un número de días de descanso de acuerdo a los convenios.
No es difícil imaginar los impactos que pueden estar causando estos sistemas acumulativos de horas laboradas en la vida de del minero y sus familias, ya que implican períodos de separación forzada y vida en soledad en el lugar de las labores.

En cuanto al acceso a los servicios de bienestar y salud, si bien siguen siendo una obligación a cargo del titular de la actividad minera, existen diferencias sustanciales entre los estratos de la gran, median y pequeña minería.
Además existe un problema muy serio con los trabajadores de contrata, que como hemos señalado hoy en día son la mayoría, y cuyo acceso a estas prestaciones es limitado.
Todos estos temas están saliendo a la luz con las inspecciones laborales que tanto han molestado a la Sociedad Nacional de Minería. Los resultados de las inspecciones, según el propio Ministerio de Trabajo, demuestran que el minero es el sector de mayor conflictividad y como ha declarado la ministra Pinilla “no hay ya en la minería una empresa que tenga a todos sus trabajadores directamente contratados en planilla”.
demás, en la medida que el 90% de las inspecciones se realizan por denuncias de los propios trabajadores, no es difícil imaginarse el clima que se vive al interior de muchas empresas mineras.

De no enfocarse adecuadamente las demandas que vienen del sector laboral, sin duda se le abrirá un nuevo espacio de conflicto social a las empresas mineras, que en los últimos años han estado centralmente ocupadas por las relaciones con sus entornos poblacionales.