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Internacional

Teología de la Resistencia frente a la Minería

carlos_perez.redimensionadoBajo la Teología de la Resistencia y el Coraje los primeros días de mayo, se realizó un encuentro entre cerca de 150 delegados de Iglesias de América Latina, Asia, el Pacífico, y de África, con aliados de Canadá Estados Unidos y Europa que trabajan sobre distintos esfuerzos legales, inversionistas cuestionados por las implicaciones éticas de invertir en acciones mineras, con el objetivo de analizar el impacto de las empresas mineras canadienses en comunidades locales, así como para proponer los cambios necesarios que tendrían que efectuarse.

Foto: Carlos Pérez-Presidente de la Federación de Organizaciones Indígenas y Campesinas del Azuay.

Hay que destacar la participación de miembros de pueblos originarios de Canadá que no cuentan con protección legal para defender sus territorios de las operaciones mineras.
El encuentro se realizó precisamente en Toronto porque Canadá es el país sede del 75% de las empresas mineras y en las bolsas de valores en ese país se negocia el 40% de los capitales en exploración a nivel mundial. Quienes llegamos de fuera pudimos constatar que la economía canadiense depende de recursos que en su mayoría se extraen en los países del Sur.

Las personas de fe y las Iglesias reconocen que las actividades mineras ocasionan problemas éticos, de injusticia social y de irrespeto por la Creación de Dios. En este sentido, las empresas canadienses suelen aprovecharse de los conflictos en los países con democracias frágiles, los agudizan o los provocan directamente.

Delegados de países del Sur, entre ellos Ecuador, llamaron la atención al pueblo canadiense así como a sus iglesias para que se devele la co-responsabilidad y complicidad, por esta injusticia, al tener fondos públicos en inversiones mineras por parte de empresas canadienses que violan derechos en tierras y territorios del Ecuador.
Los ponentes canadienses manifestaron que en Canadá no se habla de la minería y sus impactos, puesto que este sector, junto con la extracción de petróleo y gas, constituyen una gran fuente de riqueza económica para ese país. Sin embargo, ahora se sienten obligados a afrontar los impactos de la minería en su país, como daños a la tierra y la afectación a muchos pueblos originarios.

En el evento se conoció sobre demandas legales de comunidades en contra de empresas mineras de Canadá, a nivel local como en tribunales canadiense; también el Juicio interpuesto por las comunidades de Intag de la provincia de Imbabura en Ecuador a la Bolsa de Valores en Toronto y a los directivos de la Copper Mesa Mining Corporation. Se reflexionó sobre los fracasos y los éxitos que se ha obtenido y que impulsan a seguir entablando demandas tanto en los países del Sur como en Canadá a fin de que las violaciones a los derechos por parte de las mineras no queden en la impunidad.

Un acuerdo importante del evento fue el de «…conocer a profundidad el papel de las iglesias como inversionistas y la obligación que éstas tienen de presionar a las empresas para que realicen sus actividades de manera ética y con respeto a los derechos humanos y a la tierra; se deberá contemplar el retiro de las inversiones en caso de que las empresas se nieguen a cambiar sus prácticas”.

Finalmente desde la delegación ecuatoriana sostuvimos que la resistencia de las comunidades locales, campesinas e indígenas, a los proyectos y políticas extractivistas constituyen una defensa de la sustentabilidad, no solo en el Ecuador sino en el mundo, son una alternativa frente al cambio climático y a los modelos de desarrollo que están amenazando la vida en el planeta.

Se asumió que «Como iglesias somos conscientes de nuestras contradicciones internas y de nuestra complicidad en la extracción de recursos, así como de la necesidad de ejercer un consumo y una ciudadanía responsables. Por lo tanto, como personas de fe y miembros de congregaciones de iglesias locales, debemos profundizar en nuestro entendimiento teológico del tema, analizar nuestros estilos de vida a nivel individual y colectivo, desarrollar un modelo económico alternativo y cuestionar a los poderes políticos y económicos que promueven la industria de extracción de recursos.»

Más información sobre el evento:
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