Bolivia

Las comunidades afectadas por la minería no pierden la esperanza

Con la finalidad de informar sobre la marcha del PROGRAMA DE SOSTENIMIENTO DE RECURSOS NATURALES DE LA CUENCA POOPÓ  respecto a los proyectos que se ejecutarían en las comunidades afectadas por la minería, la Coordinadora en Defensa de la Cuenca del Río Desaguadero, Lagos Uru Uru y Poopó (CORIDUP) decidió bajar a las comunidades con el objetivo de compartir información acerca de los proyectos que sus municipios presentaron al referido programa y obtuvieron la calidad de «elegibles».

Para este propósito la CORIDUP, por decisión de su directorio y en coordinación con las citadas comunidades, programó las visitas, convencida de que el contacto directo con los comunarios de base es la mejor forma de gestionar las necesidades de las mismas. El pasado sábado 30 de abril se llevó a cabo los talleres de información tanto en el municipio de Machacamarca como en el de Poopó.

Si bien los proyectos y el desembolso para la ejecución de los mismos se va a realizar a través de sus respectivos municipios, lo cierto es que las comunidades afectadas por la contaminación minera en primera instancia deben conocer qué proyectos presentaron sus municipios para su ejecución. Más importante todavía es que tengan la oportunidad de consensuar con las autoridades municipales para lograr mayor beneficio de los mismos.

El encuentro informativo sirvió no solo para conocer cifras y datos de los proyectos presentados al Programa Cuenca Poopó, sino también para reflejar, entre otras preocupaciones, sobre temas  que a veces, por lo complicado del asunto, se prefiere dejar en el olvido. La elaboración de proyectos tiene alto costo y los recursos del municipio no pueden esfumarse en los bolsillos de los proyectistas.

«…TENEMOS MUCHAS NECESIDADES, PERO NOS PIDEN PROYECTOS A DISEÑO FINAL (carpetas completas).»

Cuando el Programa Cuenca Poopó afirma que sólo ejecutará proyectos a diseño final, las comunidades empiezan a preguntarse: «Si el municipio no tiene dinero para realizar los proyectos a diseño final, entonces estamos en lo mismo…». Inicialmente los hermanos venidos del campo se desaniman.  Sin embargo, el diálogo y los aportes de uno y otro hacen que la esperanza no muera: «…pero podemos pedir que nuestra universidad nos apoye, que los estudiantes de último año de agronomía y otras carreras afines colaboren con su pueblo y les titulen por esos proyectos, de modo que las propuestas que hagan en sus tesis sean en base a la realidad y sobre todo dando solución a un problema concreto. Entonces la universidad, sí sirve.»

«…LA CONTRAPARTE DEL 30% ES MUY ALTO; LOS MUNICIPIOS PEQUEÑOS ESTAMOS CONDENADOS A LA POSTERGACIÓN.»

Cuando la comunidad sabe y conoce que la contraparte es del 30% para la ejecución de los proyectos, surgen otros cuestionamientos: «Desde hace décadas en el municipio de Poopó hemos soñado con una represa más arriba de las operaciones mineras, pero, si la contraparte es muy alta, en vano vamos a seguir soñando.» «Si la cooperación internacional quiere cooperar con soluciones a nuestra pobreza, primero tienen que darse cuenta de nuestra real pobreza. Muchos proyectos que quisiéramos hacer, no serán posibles simplemente porque no tenemos ese monto.»

La comunidad propone: «Sería bueno que les escribamos a los altos ejecutivos de la Unión Europea. A ellos pediremos que rebajen la contraparte. Nos comprenderán.» Las ideas vienen y van. Nadie abandona la reunión. Uno dice «Peor es resignarse, sin hacer nada.»

Clemente Paco

UNIDAD DE JUSTICIA SOCIO AMBIENTAL – CEPA