Colombia

De la fiebre del oro a la diversificación de minerales

Colombia tendrá una estrategia clara para lograr un adecuado desarrollo de la industria minera.

En los últimos años, la crisis en los países poderosos como Estados Unidos y los pertenecientes a la Unión Europea desató un fuerte auge de inversiones en oro como activo de refugio, que incidió en una apuesta de los inversionistas extranjeros y locales en actividades de este tipo.

Esto a su vez, llamó la atención de las empresas extranjeras por ejecutar proyectos en el país, y generó una explosión de la minería mecanizada, informal e ilegal.

La fiebre minera se ha dado pese a que proyectos de renombre como La Colosa en el Tolima, o Angostura en Santander no han podido avanzar, debido a los procesos ambientales en el primer caso y a la demora en la delimitación de la zona de páramo, en el segundo.

Según las cifras del Gobierno, solo entre el 2008 y el 2012 la producción de oro del país casi que se duplicó, al aumentar un 93 por ciento, luego de pasar de 34,3, toneladas a 66,1 toneladas, cifra que este año llegaría a las 69,2 toneladas.

Luego de tocar un precio histórico de 1.900 dólares a comienzos de septiembre del 2011, la cotización de la onza de oro ha venido en declive los dos últimos años, con una reducción del 28 por ciento al cierre del pasado 18 de septiembre, al ubicarse en 1.364 dólares la onza.

SÍ HAY FUTURO

No obstante esta situación, las autoridades del sector señalan que si bien hay complejidades, todavía hay espacio para desarrollar esta industria en diferentes regiones del país.

De acuerdo con las proyecciones de la Agencia Nacional de Minería (ANM), sumado a los proyectos de La Colosa y de Eco Oro en Tolima y Santander, hay otras iniciativas de las firmas Continental Gold, Sunward, Bellhaven, Seafield, Batero Gold, Gramalote y Gran Colombia Gold, que de concretarse llevarían la producción a las 109,2 toneladas anuales, generando regalías por aproximadamente 300.000 millones de pesos al año, tomando como base el precio del 17 de abril (1.376 dólares por onza).

Esto significa que el impacto social de la minería en favor de las comunidades, es significativo en materia de desarrollo.

Sin embargo, los representantes de los gremios advierten que el ritmo del auge minero dependerá del desarrollo de algunas iniciativas legislativas que buscan gravar algunas actividades como el oro, y de la velocidad con que se tomen las decisiones en torno a los permisos ambientales.

El director de la Cámara Asomineros de la Andi, Eduardo Chaparro, afirma que actualmente algunos proyectos en Antioquia están avanzando, pero advierte por la reciente contracción en las exportaciones y en el crecimiento del sector, debido al declive de los precios.

Panorama competitivo Para la ANM, la consolidación de importantes proyectos mineros para los próximos 20 años se fundamentará sobre diferentes variables.

En primer lugar, señala que las contribuciones que se realicen en la etapa de exploración se verán fortalecidas mediante los esfuerzos realizados en los procesos de adjudicación de áreas estratégicas de minería, en la disponibilidad de información de calidad y oportuna para continuar sus labores de exploración y finalmente en el mayor conocimiento del subsuelo, que hoy solo es del 4 por ciento de la geofísica, 28 por ciento en geoquímica y 48 por ciento en geología.

PLATA PARA COMPETIR

Adicionalmente, la inversión en minería se enfocará a competir con los países de la región, principalmente Chile, Perú y Canadá. Por ello, estas variables permitirán que Colombia diversifique su producción y logre posicionarse entre los principales países productores de minerales metálicos de la región.

En otras palabras, del auge del carbón se pasará a una canasta más diversificada, compuesta por el oro, la plata y minerales que hoy tienen un nivel muy bajo, como es el caso del cobre.

La entidad agrega que las expectativas para Colombia en el 2023 son alentadas por la gran riqueza del país (hoy el 5 por ciento del territorio está titulado y apenas el 1 por ciento está en explotación), los continuos hallazgos mineros, el aumento de la inversión extranjera y el mejoramiento de la percepción de Colombia como destino de inversión.

“Este escenario, acompañado de la alta proporción de proyectos que se encuentran en fase de exploración, construcción y montaje y explotación, confirman el potencial mineral del país, especialmente en minerales metálicos”, recalca la Agencia Nacional de Minería.

Actualmente, de los 9.700 títulos mineros el 24,6 por ciento son de metales preciosos, el 16,8 por ciento de carbón, el 35,76 por ciento de materiales de construcción y el 22,75 por ciento corresponde a otros minerales.

HAY MUCHOS INTERESADOS EN BUSCAR Y EXPLOTAR MINERALES

Pese a las dificultades, las expectativas de una mayor actividad minera se fundamentan en el creciente interés por buscar en nuevas zonas para exploración y su posterior explotación.

Tras la reapertura por parte del Gobierno de la denominada ventanilla minera para áreas no estratégicas, al corte del 8 de agosto el 36,5 de las solicitudes correspondía a metales preciosos. De la misma manera, un 30,7 por ciento tiene interés en la explotación de materiales de construcción tales como arcillas y arenas, principalmente.

Así mismo, un 26,6 por ciento quiere explotar oro; 16 por ciento hizo solicitudes para áreas con potencial en carbón y 2 por ciento solicitó permiso para buscar esmeraldas.

“Esperamos que un buen porcentaje de los proyectos de exploración continúen a la etapa de montaje en la presente década y así, podrán encontrarse en etapa de explotación para el año 2023”, aseguró Juan Camilo Granados, vicepresidente de Seguimiento, Control y Seguridad Minera de la ANM.