Agrupaciones civiles ecologistas se sumaron a las voces que rechazan la iniciativa del Gobierno venezolano de emprender una extensiva explotación minera en el río Orinoco, en la zona denominada el “Arco Minero”, por las consecuencias ambientales que tendría.
Como se recuerda, en febrero pasado, el Gobierno puso en marcha el “motor minero”, como parte de su estrategia para supuestamente fortalecer el aparato productivo del país y superar el modelo rentista de los ingresos petroleros, ante la caída de los precios del petróleo.
Con ese fin, mediante el decreto número 2.248 se creó la “Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco (AMO)”, un territorio de 117.000 kilómetros cuadrados (12% del territorio nacional), en la cuenca del río Orinoco.